Nexus Parte I l: El Laberinto De Las Pesadillas.

Visión del futuro.

Mientras Roció avanzaba, no pudo evitar recordar la pesadilla que le provoco aquel Kraj, aquella pesadilla que la dejo temblando cuando despertó y no parecía un sueño más, si no la advertencia de un futuro cercano.

­Al abrir los ojos aquella mañana, la luz del sol entro con intensidad por la ventana de su habitación, provocando en la chica una pequeña queja, entonces se percató de que se encontraba en una habitación que nunca había visto.

— ¿Dónde estoy?— Se preguntó mientras restregaba sus ojos.

La habitación está pintada de blanco sin nada en las paredes y solo había un gran ropero de madera con grabados de cuadros y triángulos, una mesita de noche con una lámpara y un cuaderno, quizá su diario que no abrió porque no sabía de quien era la habitación.

Se levantó para verificar que una de las puertas llevaba a un baño completo que olía a ella y verifico que la otra puerta estuviera abierta, lo que confirmo que podía salir de ahí.

Entonces abrió los ojos, sorprendida por lo que escuchaban sus oídos desde afuera.

Cuando abrió la cortina azul, vio que la gente caminaba con tranquilidad afuera, hablando y riendo mientras maquinas grandes comenzaban la reconstrucción de una sociedad que hasta ese momento, había estado escondida bajo tierra o en el cielo.

Las chica se cambió con rapidez, poniéndose un vestido de coloro azul largo y un suéter de mezclilla de un tono más intenso de azul.

Roció reviso las otras habitaciones pero no encontró a nadie, solo muebles acomodados como si alguien durmiera con ella ¿Estará viviendo con alguno de sus amigos? Si era así ¿Era Ulises?

La chica bajo la escalera con cuidado, llegando así a una pequeña sala que estaba divida por una barra y justo detrás, la cocina. Había un par de sillones individuales, una sencilla mesa de madera con tres sillas y en la cocina, una estufa completa, un par de anaqueles con ingredientes y un refrigerador bastante bonito a simple vista.

—Debería desayunar— Dijo Roció para sí misma mientras escuchaba como gruñía su estómago— Estaría mal desaprovechar la comida ¿No? Parece mi casa…

Su refrigerador estaba lleno, algo que la hizo sentir aliviada.

Se sirvió un vaso de leche y se preparó dos panes tostados con una mermelada de durazno que encontró en los anaqueles. Utilizo una de las sillas de la barra para desayunar con tranquilidad.

El ambiente era especialmente tranquilo, lo que la motivo a comer más rápido.

Alguien abrió la puerta principal, haciéndola saltar.

Irene y Roció intercambiaron miradas sorprendidas. 

— ¿Quieres un pan?— Preguntó Roció levantando su pan.

— ¿R-Roció?— Irene dejo caer las bolsas que traía con lágrimas en los ojos y fue corriendo a abrazarla, algo que saco de onda a Roció quien tuvo que levantar su pan para que ninguna de las dos se manche— ¡Roció, despertaste! ¡Qué bueno! ¡Qué bueno!

— ¿Eh? ¿Dormí tanto?

— ¿No lo recuerdas?— Irene le miro con los ojos llorosos, a lo que Roció le limpio el rostro con sus manos. La chica se apartó un poco, para limpiar ella misma con un sonrojo en el rostro.

— ¿Q-qué paso? Puede que si lo haya olvidado— Roció no lo entendía lo que pasaba.

Irene fue a recoger sus cosas para guardar los ingredientes en el refrigerador y en los anaqueles— ¿Quieres almorzar? Puedo preparar algo para ambas mientras hablamos sobre eso... 

— ¿Entonces vivimos juntas? Ya veo…

—Sí, espero que no te moleste— Irene sonrió y entonces comenzó a cocinar mientras Roció contemplaba su espalda.

— ¿Y los demás? ¿Solo vivimos solas?

—Supuse que tendríamos esta conversación— Irene parecía estar temblando, entonces tras un largo suspiro, Irene sonrió de lado hacia su amiga— ¿Quieres que caminemos afuera? Vendré a cocinar después…

Roció sabía que estaba incomoda pero asintió.

Ambas chicas salieron de la casa y comenzaron a caminar. Roció noto que todas las casas eran idénticas, solo que de colores diferentes.

La gente paseaba en pareja o solos, familias jugueteaban con sus hijos mientras soltaban risas que se podían escuchar en toda la calle. Era un ambiente tan apacible que hasta Roció se dejó llevar.

—Es tan cálido ¿Es otra colonia?— Preguntó Rocio mientras miraba al cielo— ¿No estaremos muy expuestos? ¿O es alguna clase de cielo artificial? Se ve bastante diferente del de Atlantis.

—No es una colonia, es una ciudad, bueno, naciente pero una ciudad al fin y al cabo— Explico Irene mientras también miraba a la gente con una leve sonrisa— Ya no necesitamos colinas o preocuparnos por no poder habitar afuera ¿Sabes? La guerra ya termino.

— ¡¿De verdad?! ¡¿Cuánto tiempo dormí?!— Roció se quedó en shock, mirando a Irene con los ojos muy abiertos, incluso desorbitados— Es… ¡Increíble ¿No?! ¡Después de tanto tiempo, ganamos…!

Roció de verdad estaba muy feliz.

—Y después de muchos sacrificios…— Irene bajo la vista, llamando la atención de Roció quien le miro con una ceja levantada— No dormiste, estabas despierta pero no estabas consiente, como si estuvieras solo muerta por dentro. El trauma era severo así que no pensé que podrías recuperarte, la verdad.



#5932 en Fantasía
#7976 en Otros
#907 en Aventura

En el texto hay: pesadillas, multiverso, chicasmagicas

Editado: 29.01.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.