Nexus Parte I: Los Remanentes.

¡Entran los héroes!

El sonido de gritos y disparos se podía escuchar por toda la zona, acompañados de un brillante color rojo en el cielo contrastado con el negro de los vapores que se alzaban desde los restos de los edificios que estaban destrozados, en escombros y que aún estaban siendo castigados por la destrucción de una guerra sin fin.

La que pudo ser antes una gran metrópoli humana ahora era un campo de batalla donde cuerpos de humanos, junto con cuerpos de criaturas que no eran humanas descansaban destrozadas.

— ¡¿Cuánto tiempo más para que lleguen los refuerzos?!— Grito uno de los soldados que cargaba un rifle de color negro que no era para nada normal, sobre todo porque su fuente de energía azul brillaba a uno de los costados.

— ¡Se cortó la comunicación con la base!— El otro soldado golpeaba un pequeño aparato— ¡Hay demasiados Krajs que interfieren en la seña! ¡Mierda, ni con magia se soluciona esta mierda!

Una explosión los hizo retroceder.

Entre el vapor y las nubes de escombros apareció aquella criatura, un Kraj de tipo Devorador.

Era una especie de lagarto largo, de rostro largo también, con músculos morados y armadura de un color negro con estrellas brillantes salpicadas, con grandes protecciones en sus hombros, uno con forma de tres garras y otro en forma de media luna, además de una larga cola protegida que terminaba en una punta filosa.

Su rostro alargado no mostraba emociones, solo un enorme ojo de color negro en medio de su rostro, este rodado de dos círculos negros junto con lo que parecía una sonrisa pintada ya que ningún Kraj tenía boca, al menos que se hubiese descubierto. De hecho, aquel ojo también era falso.

La criatura trato de aplastar a los soldados pero uno le lanzó una granada.

La esfera de color blanco brillo con algunas runas y entonces exploto, haciendo retroceder a la criatura que termino con parte de la armadura destrozada, lo que no le gusto para nada pues regreso a embestir contra ellos.

Fue hasta él que lo ataco y este ya no estaba huyendo, fue entonces que un disparo le atravesó la cabeza, salpicando aquel líquido amarillento que era su sangre hasta el asfalto.

Su compañero recargo su arma con facilidad, utilizando las municiones mágicas que siempre debían tener encima.

—Gracias— Dijo pero entonces desde el suelo, algo los lanzo volando, haciéndolos estrellarse contra una pared de forma ruidosa, incluso provocando que la pared cayera sobre ellos.

Una esfera mágica los rodeaba pero ninguno de los dos estaba en condiciones de seguir peleando pues al menos el primer impacto les había dado.

Frente a ellos otro Kraj pero este de tipo Brazo Garra, por lo que la defensa duraría todavía menos.

Estos son una especie de gusano azulado, su piel es resistente e incluso se recupera a gran velocidad, con una gran armadura que va desde su pecho hasta la parte baja de su cola deslizante. Una de sus manos no está protegida y sus dedos son largos y flexibles mientras que la otra porta una garra grande de piel gruesa que iba desde el antebrazo, una protección extra y que servía para destrozar cosas. Su máscara esta hacia atrás, con dos especies de protuberancias como cuernos sobre ellas.

El mismo rostro que el anterior, inexpresivo pero igual de aterrador.

Al segundo ataque con aquellas garras, la barrera flanqueo, entonces tras el tercero, la barrera desapareció, dejando a los dos soldados con expresión de terror mientras el monstruo regresaba la garra gigante para matarlos.

Pero la garra del monstruo fue cortada antes de llegar a ellos.

Frente a los soldados, alguien se alzaba y cuando la criatura fue a destrozarlo con su otra mano, su cabeza fue separada de su cuerpo de forma brusca para terminar clavada en otra pared junto con la lanza del nuevo atacante.

—Sigan derecho, los refuerzos llegaron— Dijo el chico mientras la lanza regresaba a su mano.

— ¡Si, muchas gracias!— Dijo uno de los soldados, ayudando a su compañero a moverse.

—Ese es…

—Sí, solo vamos…

El chico nuevo comenzó a correr hasta la batalla, con la lanza lista.

Los soldados solo podían mirarlo atónitos pues sus refuerzos no solo eran muy conocidos si no que estaban haciendo gala de su fama destrozando a los Krajs como si nada. Ningún ejército podría compararse con ellos.

—Por favor, manténganse atrás— Una voz suave los llamo desde la retaguardia— No queremos que ninguna persona salga herida de más durante el combate por lo que les rogamos que no se interpongan en su camino pues eso podría ponerlos en desventaja a ellos. De este lado estamos preparando algunas zonas para su recuperación ¡Gracias por trabajar tan duro!

Era una chica hermosa, podía verse incluso a la distancia.

Es una chica de tez clara, de ojos verdes brillantes, cabello corto blanco que se movía con el viento de forma hipnotizaste, de nariz respingada y labios delgados, además de cargar con una espada grande.

Llevaba puesto un vestido de color amarillo que le llegaba hasta abajo, con unas botas blancas que, pese a no verse, le llegaban debajo de las rodillas, llevaba un corsé de color blanco, y el vestido le cubría hasta los brazos, con algunos holanes en sus mangas y en el borde de la falda. Su cabello estaba suelto pero tenía una trenza que le rodeaba su cabeza, solo de la derecha.




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