Nexus Parte I: Los Remanentes.

Por el lazo que formamos.

Hela se giró hacia él, formando una espada en su mano lo que confirmo a José que iba en serio. Muy en el fondo aún tenía la esperanza de que se detuviera, de que se arrepintiera o de que todo fuera una broma muy mala.

La chica estaba mordiéndose la mejilla por dentro para evitar temblar.

Las botas de José se mantuvieron activas.

— ¿Por qué no te detienes? ¡Mierda!— Hela le miro de mala gana— ¡Tan fácil que es! ¡Solo quédate atrás! Y si no se mueven, todo terminara pronto… Incluso podría… No ¡Mierda!

José aprovecho aquel arranque y lanzo una patada que dio justo en su mano, lo que hizo que soltara la espada, entonces con un rápido giro, lanzo una segunda patada que la chica evito, creando otra espada.

El impulso de José fue suficiente como para lanzarla contra la pared.

—No has cambiado, aun dudas cuando te dejas consumir por tus emociones— José sonrió de lado, casi tratando de que no se notara que le dolía— Lo siento pero te detendré ¡Es mi responsabilidad!

Hela había chocado contra la pared, creado una gran grieta.

— ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Te odio! ¡Te odio! ¡Te odio!— Hela comenzó a restregar su cabeza con frustración, tanto que se sangro de la fuerza que logro poner— ¡Solo quédate quieto y muere como toda la humanidad merece!

Hela ataco de forma directa a lo que José se hizo hacia un lado para entonces lanzarle una patada que la chica de nuevo evito, desviándola con su espada, por lo que creando una segunda desde la otras mano, trato de atravesar su cráneo.

El fuego en sus pies aumento, retrocediendo en el último momento.

— ¡Qué te quedes quieto, mierda! ¡¿Nunca escuchas?!— Hela le miraba con furia, mientras sangre escurría por su rostro a causa de sus propias heridas. Era una imagen que José no quería ver.

—No, pero creo que eso ya lo sabes— Admitió esté, volviendo a sonreír con dolor.

Eso invadió de muchas emociones a Hela que no pudo clasificar en ese momento.

Ella de nuevo se lanzó para cortarlo pero José pateo la espada, entonces usando el peso de su cuerpo para recargarse, salto con la pierna de apoyo y trato de patear a la chica en el rostro a lo que esta tuvo que utilizar su segunda espada, para cubrirse.

El fuego en sus pies aumento de intensidad.

Hela solo necesitaba cortarlo una vez para envenenarlo y entonces todo terminaría pero tomando en cuenta todo lo que lo conocía, estaba segura de que no sería para nada fácil hacerlo.

Pero no era imposible.

José se acercó primero a ella, ante su sorpresa por lo que tuvo que evitar la patada hacia abajo con su espada  y pese a que pensó que podría usar su otra espada para golpearlo, no pudo hacerlo, tuvo que usar ambas armas para evitar que la aplastara contra el suelo.

Por el color del fuego en tus botas, entendió que también iría en serio.

Hela quería moverse pero parecía que la fuerza que estaba poniendo aumentaba a cada segundo, esto no solo debido a su poder de fuego, si no también por el hecho de usar la gravedad y todo su peso.

Entonces José deslizo sus piernas hasta el borde de las espadas, para bajarlas a la fuerza hacia enfrente y como la chica estaba poniendo fuerza hacia arriba, pudo desviarlas con facilidad para aprovechar y usar su otra pierna, impulsándose para girar en el aire y lanzar una patada.

Su idea no era lastimarla de gravedad pero sabía que no podía detenerla sin esperar lastimarla. Si solo la hubiese golpeado con sus puños, ni cosquillas hubiera sentido debido a que es una niña mágica.

Hela había recibido ya dos impactos que si había sentido. Limpio la comisura de su boca pues estaba sangrando.

—Esto me duele más a ti que a mí— Dijo José, mirándola con seriedad,

—En eso te equivocas, idiota— La chica sobo un poco la barbilla— Pero no me sorprende que no te moleste golpear a una pobre chica como si nada ¡Siempre fuiste una horrenda persona!

—Nunca te demostré lo contrario ¿Verdad? Dime algo que no sepa— José hablaba con cierto sarcasmo en su tono.

Hela apretó con fuerza sus espadas y se lanzó contra él.

Lanzaba estocadas con fuerza, tanta que incluso formaba ondas de aire que parecían cortar el aire, pero José las esquivaba o bien las pateaba con sus botas en llamas a una gran velocidad.

En algún momento la fuerza de los impactos aumento tanto que el suelo, las paredes se estaban quebrando, generando grietas y sobre todo, haciendo vibrar toda la zona y asuntando a la gente que estaba escondida en la sala continua.

— ¡Incluso con tu poder sigues siendo humano!— Grito Hela mientras una sonrisa se formaba en su rostro— Tu poder es dependiente de los Luceros y esas armas suyas ¡Y te casaras antes que yo!

José era consciente de eso.

Pero sus movimientos no eran a lo tonto, más allá de esquivar y de tratar de golpearla con sus patadas, también estaba tratando de aumentar su propia temperatura para lanzar un certero golpe.

No tenía que usar la segunda etapa, no era necesario con ella, y eso es algo que ambos tenían en claro, ya que ni ella había usado su poder mágico al completo.




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