Nexus Parte I: Los Remanentes.

Para ganar...

Colín estaba sorprendida, no solo por el poder de ese chico, que pudo lanzarla como si nada con una sola mano, sino también porque acaba de presentir en él a una de esas pesadillas con las que las niñas mágicas peleaban y que se supone, ya no deberían existir: Los Deformados.

— ¿Qué demonios hiciste?— Preguntó Irene, aterrada.

—Una pequeña mejora necesaria para poder ganar esta guerra— Dijo Diego mientras bajaba su brazo— Llegue a la conclusión de que tus armas y armaduras mágicas no serán suficientes contra los Krajs pero eso ya lo sabías ¿No es verdad? Seguro estas planeando otra cosa para poder ganar pero lo desconocemos en este momento pero como dije, la verdad es que ya no importa...

Irene no se quedó callada unos segundos— Te diré…

— ¿No me escuchaste? Ya no importa— Diego volvió a sonreír con astucia— Ya tengo todas las respuestas que busco pero dime ¿Todos ellos las saben? ¿Saben que son los Krajs? Y lo que es más importante ¿Lo qué eres tú?

— Los Krajs son seres de otra dimensión, conquistadores, todos lo saben— Irene hablo con seguridad pero poco a poco su tono fue perdiendo intensidad— No pueden ser otra cosa…

— ¿Te pica la curiosidad, eh?— Diego le miro con unos ojos penetrantes y una sonrisa confiada, astuta— ¿Así que tampoco lo sabes todo? ¿Qué clase de diosa eres? Supongo que por eso estas en tan bajo en las escaleras de poder.

Irene ya no supo que decir.

Colín se movió con gran velocidad para cortarle la cabeza pero Diego le estaba siguiendo con los ojos, la cosa es que no era tan rápido como para evitar sus golpes, así que cuando retrocedió, se llevó un rasguño que le recorrió todo el rostro, entonces la cola de gato de la niña se enrollo en su pierna cosa que solo le saco una sonrisa al chico.

La cola lo arrastro por el suelo un poco antes de levantarlo y estrellarlo contra una pared., entonces Colín comenzó a correr para que la cola lo fuera arrastrando por la pared, golpeándolo con todo lo que podía y cuando pensaron que había terminado, la cola lo atrajo de regreso a ella, entonces preparando sus dos manos, lanzo dos zarpazos que Diego por poco pudo cubrirse con sus dos manos.

El chico salió disparado hacia atrás con sangre chorreando de forma exagerada.

— ¡Hermano!— Grito Irene, dando un paso al frente pero en realidad no sabía cómo detener a Colín— ¡No lo mates, por favor!

— ¡Es muy tarde para eso!— Colín trono los labios al escuchar ese tono preocupado de Irene— Ya ni siquiera era humano ¿Viste su brazo? Reconozco esa magia porque enfrente muchos Deformados antes.

Colín había enfrentado varios de esos y sabían que podían ser difíciles de matar.

— ¿Así que se les llama Deformados?— Diego se puso de pie frente a la sorpresa de ambas chicas— Yo los llame Pesadillas y si me preguntas, suena mejor el no canon, como sea, gracias por el dato, niña mágica veterana.

Diego tenía una enorme herida en el rostro que sangraba y que incluso parecía haber llegado al hueso, mientras que ya no tenía uno de sus brazos, cortado desde la a parte baja del codo y su otro brazo, pese a no estar roto, sangraba ya sin parte de la piel y los músculos.

—Hermano— Irene estaba preocupada, casi llorando, pues verlo así, le dolía mucho.

Pero antes de que pudiera acercarse más, el rostro de Diego comenzó a regenerarse, viéndose los músculos y los vasos sanguíneos regenerándose, pegándose como si nada, incluso su brazo estaba reformándose, primero los huesos, seguido de capas de piel y músculos, vasos sanguíneos para terminar con la piel.

Su brazo herido termino cayéndose para quedarse a la mitad en el proceso de regenerarse.

—Ah, de nuevo— Diego termino cayendo de rodillas y escupiendo sangre.

— ¡¿Qué tienes?!— Preguntó Irene, más alarmada ahora.

—Sospecho que ya saben lo que pasa— Diego logro ponerse de pie mientras su brazo se reconstruía después de uno segundos— La verdad es que la evolución no me interesa en lo más mínimo, solo me preocupa terminar con los Krajs y la amenaza que suponen pero, bueno, podríamos verlo como otra gran ventaja.

—Estás loco, esas cosas son peligrosas— Señalo Colín, mirándolo con desprecio.

—Claro, claro, pero mejor que nadie debes saber que no son monstruos, son humanos o al menos en teoría lo eran— Dijo Diego mientras extraía uno de sus ojos como si nada, para aplastarlo— Imagina todo el poder del universo, tratando de aplastarte pero con un cuerpo que se adapta, se transforma…

—Es una locura, esa magia ni es…— Comenzó Irene.

—No es tuya, lo sé, lo puedo sentir— Dijo Diego mientras su rostro se deformaba en una sonrisa— No importa, lo importante es que ahora puedo jugar a la par con los elegidos por los tesoros y lo que es mejor ¡Todo podrán luchar a la par con esos monstruos, incluso el más débil de nosotros!  

— ¿Y para que la quieres a ella, loco?

—Oh, es necesario para poder perfeccionar la formula y poder replicarla— Diego volvió a extender su mano hacia su falsa hermana— Irene, podemos terminar con la guerra ¿Lo entiendes? ¡Tenemos la clave y estuvo bajo nuestras narices tanto tiempo! ¡Solo tienes que venir conmigo!




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.