Nexus Parte I: Los Remanentes.

Cuando la naturaleza se revela.

Celeste se movía a gran velocidad entre las raíces que el Kraj levantaba del suelo como si nada y de no ser porque su magia era de relámpago, las raíces ya la habrían aplastado desde hace bastante debido a la gran velocidad con la que se movían.

Su compañero estaba lejos, fuera de peligro mientras apuntaba al Kraj. Estaba disparándole pero sin éxito, pues aunque su enemigo estaba quieto en un punto, las raíces se habían encargado de rodearlo para crear una barrera casi impenetrable.

Solo los primeros disparos lograron darle pero Edward no había logrado alcanzar su cabeza. Los reflejos de esa cosa eran tremendos por si solos.

Incluso cuando había zonas donde las raíces no estaban tan concentradas en su barrera y él podía atravesarlas con facilidad, al instante se regeneraban y se engrosaban y aunque el hecho de que no toda la barrera se engrosara a la vez, le daba ventaja. Aún así, estaba bastante claro que no era lo suficientemente rápido como para alcanzarlo.

Había estado utilizando munición especial, la que creaba con la magia de las niñas mágicas y de los otros usuarios de visiones pero no era suficiente, salvo la munición de Hela y la de Celeste.  

—“Tu velocidad te fallara”—Dijo el Kraj mientras su voz rebotaba entre las raíces que estaban ahí.

Celeste usaba las raíces de soporte y se impulsaba hacia él con gran velocidad con el fin de cortar la barrera de raíces, pero seguían creciendo desde el frente y evitaban que se acercara. Incluso si seguía adelante y las cortaba, otras aparecían a sus costados y evitaban que acortara distancia.

No iba a llegar a ningún lado de esa forma.

Pero tampoco podía ir con todo desde el principio porque ya había usado así si poder antes contra aquel otro monstruo y el periodo de descanso no había sido el suficiente como para no quedar expuesta si fallaba.

Una raíz le pego en el costado y pese a que trato de recuperarse, otra le pego justo desde donde fue golpeada, entonces otra le pego de regreso, seguido de otra que le pego hacia abajo y seguida de otra que trato de atravesarla desde atrás pero esta genero un campo de relámpagos que las destrozo.

Celeste regreso al suelo, jadeando.

Sus brazos, los que habían recibido la mayoría de los impactos, le dolían.

—“Se acabó, mujer mortal”— La voz del Kraj se escuchaba entre las raíces.

Parece que no había más opción, entonces sin más, levanto la espada con el filo hacia enfrente, una clara señal para su compañero.

Esto lo entiendo Edward, a lo que entonces saco un cartucho de munición especial que guardaba un poco de la magia de Hela y de Amapola y la cargo sin mucho problema en su rifle que brillo de magia. Debían tener especial cuidado con las municiones de Amapola, pues esta última había dejado de transformarse así que no había mucha.

Al instante disparo y las balas pasaron a los costados de Celeste que ni se inmuto, entonces pegaron en varias de las raíces, incluso en la barrera del monstruo y cuando el Kraj pensó que no eran nada, la barrera comenzó a secarse.

Ya las había visto y el monstruo sabía no eran lo suficientemente potentes como para destrozar su barrera.

Entonces trato de alcanzar a la chica con más raíces ahora que no se movía, pero otras municiones interrumpieron sus ataques pero la cantidad de raíces era superior así que muchas ya estaban por atravesar a la chica.

Ahí fue cuando entraron en acción las municiones de Amapola, que crearon escudos alrededor de Celeste. Estos eran tan delgados que no podían verse pero eso no significaba que fueran débiles.

Los rayos en el cuerpo de Celeste ya eran rojos.

— ¡Veamos que puedes hacer contra mi dragón carmesí!— Grito Celeste mientras cortaba el aire con los rayos.

El Kraj solo pudo levantar la vista dentro de su capullo y ver como un rayo rojo caía sobre él a una velocidad impensada.

Las raíces cercanas se carbonizaron y los ataques se detuvieron.

Celeste cayó, sosteniéndose de una rodilla y tratando de recuperar el aliento.

— ¿Qué te parece?— Celeste no pudo evitar celebrar un poco, soltando leves risitas— Ni con todas tus raíces pudiste resistir un rayo tan intenso ¿Eh?

Levanto el rostro hacia el gran cráter pero lo que vio fue al Kraj, de pie como si nada. 

Su ropa estaba quemada y estaba cubierto de raíces quemadas que parecían seguir desintegrándose. Su máscara parecía estar agrietada de forma brusca, como si en cualquier momento se fuera a caer.

Nuevas raíces crecieron, se enrollaron en su cuerpo y se fusionaron con él, regenerando su ropa y sus heridas.

—“No puedes enfrentar a un dios con poderes tan insignificantes”— Dijo Kraj como si nada mientras sus dos rivales le miraban sorprendidos por haber resistido a ese ataque. Solo vieron los videos pero eran de verdad formidables.

Aunque Edward pudo notar que su recuperación fue muy diferente de la del monstruo que vieron en el video que se regeneraba por completo solo al tocar la tierra. Este se fusiono con las raíces.

Entonces se dio cuenta de que lo mejor que podían hacer era apartarlo del suelo y acabarlo en el aire, lejos de las raíces para que no se curara. Sonaba fácil pero las raíces parecían crecer de forma infinita y eran muy rápidas.




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