Nexus Parte I: Los Remanentes.

Un mundo que no es para todos.

— ¿Q-qué pasa?— Preguntó Celeste, mirando con una expresión nerviosa a Irene quien de alguna manera tenía una mirada bastante intimidante en ese momento, pese a su linda apariencia— ¿Hicimos algo mal?

—No, claro que no, creo, pero he pensado que les interesaría escuchar esta idea— Les dijo, dejando caer sus hombros— Es algo riesgoso en general pero podría darnos una arma más para enfrentar a los Krajs.

— ¿De qué se trata?— Preguntó su compañera, alzando una ceja.

—Bueno, como saben, he estado trabajando en el proyecto de Niñas Mágicas y he pensado que ustedes podrían entrar también, al fin y al cabo son chicas— Irene se cruzó de brazos— ¿Qué les parece?

Ese fue el primer acercamiento a la idea y desde entonces Celeste no había dejado de pensar en ello.

Al final, aquella chica, su amiga, que parecía no querer pelear, acepto volverse una niña mágica y no solo eso, decidió que iría al otro mundo, donde las cosas estaban peor a ayudar mientras que Celeste, cobarde, seguía dudando.

—Creo que no es una mala idea, al fin y al cabo ustedes tuvieron la opción, yo solo pude volverme una niña mágica— Catherine estaba recargada en su mano cuando sus amigas le contaron la situación— Creo que mientras más fuerte, más posibilidades de sobrevivir así que…

—En eso tienes mucha razón— Asintió Celeste de regreso.

— ¿Entonces porque dudas?— Catherine le miro con mucho interés— ¿Tienes miedo?

—Creo que todos ¿No?— Celeste se dejó caer sobre la mesa— No, solo creo que ser una niña mágica no es para mí ¿Sabes? La mayoría son muy vistosas, claro, tengo los problemas psicológicos pero no sé si la lindura.

— ¿Los problemas psicológicos? ¿Qué clase de niñas mágicas has visto?

—Las recomendaciones de Diego— De hecho había visto uno que otro de los animes de ese género pero hasta el momento en que le dijeron que podía volverse una, había estado viendo más cuando podía.

—Ah, con razón— Catherine ya no estaba sorprendida sobre su comentario— Aun así, el que sean, ya sabes, inestables y lindas no son las únicas características para ser una niña mágica, al menos, creo que no son las más importantes.

—Puede que no pero creo que me causa la suficiente inseguridad como para no aceptarlo— Celeste no pudo evitar sentirse avergonzada— Y si sé que es egoísta pero… Bueno, no sé…

—Te dieron la opción, así que está bien— Catherine le tranquilizo antes de salir de ahí— Yo te apoyo en lo que sea que hagas.

—Yo creo que un atuendo rudo de niña mágica no estaría mal. He visto varios y creo que quedan genial, sobre todo para ti, que controlas el rayo— Dijo Edward, pensándoselo un poco pues Celeste les había contado sobre sus inseguridades en algún momento.

— ¡Estoy de acuerdo!— Diego se mostró positivo mientras a su lado Amapola dibujaba algo— ¿Recuerdas ese donde las niñas son agentes del gobierno? Hay niñas que no son tan brillantes, si no rudas y son geniales.

—Sí, lo recuerdo— Celeste, asintió, recordándolo.

—Puedes escoger algo así— Le dijo Amapola mientras le daba un dibujo hermoso de ella vestida con una ropa bastante ruda de niña mágica— Las verdad es que cuando nos volvimos niñas mágicas teníamos más o menos una idea de lo que queríamos, al menos en teoría.

— ¿En serio?

Amapola asintió.

—Pues supongo que debería pensármelo un poco más— Celeste no aparto la vista del dibujo de la niña mágica ¿De verdad algo así le quedaría mejor que la ropa vistosa? No lo sabía.

Edward disparaba hacia las raíces con gran velocidad mientras las esquivaba y pese a que sus ojos eran tremendos y utilizaba su Lucero de viento para evitar la mayoría de los ataques, los que lograban pasar, le causaban leves heridas. Se dio cuenta de que no todas las raíces le causaban daño pues algunas rebotaban en la defensa mágica de su armadura lo que significaba que no todas las raíces tenían el mismo poder.

Celeste ya había comenzado a moverse pero no podía hacer mucho, ya estaban atrapados entre la cantidad monstruosa de ataques que el Kraj lanzaba.

Las plantas carnívoras liberaban esporas que Celeste aun no entendía su función, pero tanto Edward como ella se habían mantenido lejos de ellas lo más posible.

—“Su perseverancia no es admirable, al contrario, es un claro acto de desesperación”—Dijo el Kraj mientras evitaba algunos disparos que Edward le lanzaba mientras otros eran evitados por sus raíces. Eso los hizo pensar que comenzaba a alentarse.

Unas raíces lograron sujetar a Celeste y con toda la fuerza posible la enterró en el suelo y sin soltarla, la levanto y la arrojo contra el chico de los disparos que no tuvo más opción que sujetarla, solo para ser por poco ser atravesados por una raíz enorme. Celeste reacciono a tiempo para destrozarla con rayos.

Aun así, ambos terminaron siendo lanzados lejos.

­— ¿Y los refuerzos?— Preguntó Celeste mientras Edward le ayudaba a levantarse de entre los escombros. Ambos se veían agotados— O las cosas están peor de lo que vemos o de verdad nos quieren matar…

—Perdí comunicación hace rato con la base y seguro que Gabino y Lavanda están teniendo problemas con el otro Kraj— Admitió Edward, dándose cuenta de que su pie le dolía.




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