Nexus Parte I V: La Singularidad

El poder de la mayoría.

Amapola creó un escudo grande con picos en todos lados que la mujer choco con su espada y entonces este se cerró hacia ella, como una esfera rellena de picos que la aplastaron, haciéndola sangrar.

Hela enterró su espada atravesando el escudo de un lado a otro.

Hela apretó el mango de su espada la cual exploto con sangre hacia todos lados dentro de la esfera metálica.

Un chasquido desde arriba de la torre blanca llamo la atención de todos, era Marianne. Detrás de ella, el dragón seguía enfrentándose furiosamente a la marioneta gigante que se regeneraba constantemente.

—Saben cuál es la ventaja del origen de los grupos— Dijo la mujer sentándose, entonces todas sus marionetas cayeron desconectadas salvo la más grande— Que una persona puede tener la fuerza de todo un grupo ¿Lo habían escuchado antes?

Varias figuras, varias Marianne aparecieron por los pasillos del Panóptico.

—Ah, no me jodas— José hizo una mueca al ver la cantidad de enemigos que tenían en frente.

Todas ellas eran una sola, pero podía crear más conforme más destruyan. Esa es la ventaja de los grupos, nunca se sabía cuántas personas había en ciertos grupos, cuantos más había escondidos y cuantos más siguen luchando incluso al final.

—No es un desperdicio si todas son yo— Admitió la mujer sobre la torre central de la sala, enterrando su espada de hueso a su lado mientras los contemplaba con sus profundos ojos— Terminemos entonces con esto.

Todos los clones fueron tras ellos.

Diego avanzo y entonces pego su arma bajo el suelo— Veamos qué pasa si disparo muy fuerte sobre el suelo…

Se pudo sentir un temblor en toda la sala seguido de algunos temblores mucho más grandes hasta que todo el suelo bajo sus pies se agrieto completamente, levantando grandes rocas que propagaron más el sonido.

La mujer sobre la torre no pudo evitar sonreír. Era claro que se adaptarían a sus poderes con forme más avanzaba el combate.

José comenzó a moverse tras aquello, pateando varios de los clones a gran velocidad, destrozando sus caras, y causando quemaduras solo con su paso, quemaduras que se volvían más horrendas y generaban más incendios incluso con solo pequeñas llamas.

Hela corrió hacia la mujer que estaba en la torre central mientras Amapola se movía pero desde atrás.

La mujer evito las espadas de Hela con su espada, entonces se agacho para evitar el golpe de Amapola, acto seguido le pego en el escudo con el mango de la espada, lo que termino empujándola lejos, estrellándola ruidosamente.

La mujer trato de atacar a Hela pero esta lo evito girando en el aire, entonces extendió su espada y creo una explosión de sangre desde esta pero la mujer retrocedió comenzando la caída libre.

Hela aprovecho esto para tratar de golpearla en el aire mientras Amapola apareció sobre esta con un escudo que tenía un enorme filo al frente.

La mujer recibió el ataque de la chica de los escudos como si nada en el pecho, siendo atravesada en el pecho y desvió a Hela con su espada y la sujeto de la cabeza para terminar golpeándola contra la pelirroja quien recibió el corte de su espada sangrante.

Ambas cayeron al suelo…

— ¡Amapola!— Hela se acercó a ella— Puedo sacarlo…

—No te preocupes— Amapola se centró en restaurarse.

—Si lo dijo es verdad no puedes exigirte mucho— Le dijo Hela con preocupación.

— ¡Estoy bien!— Le grito Amapola apretando los labios y sorprendiendo a Hela— Lo siento… estoy bien, debemos centrarnos en acabar con ella, eso es todo ¿Si? Estaré bien, soy resistente.

Hela hizo una mueca pero asintió.

La Marianne que fue atacada estaba muerta en el suelo, entonces otra tomo la espada entre sus manos— No importa cuantas de mi maten, mi grupo, todo lo que soy, es infinito.

Amapola sonrió y entonces chasqueo los dedos, creando un montón de escudos enormes que aparecieron sobre la cabeza de todos, entonces estos cayeron como una lluvia de meteóricos a gran velocidad, aplastando a muchas Marianne y haciéndole daño hasta a la gran marioneta.

Otros los tuvieron que esquivar sus amigos pero era fácil para ellos patearlos o hacerlos vibrar hacia otro lado.

Una Marianne se levantó de los escombros tomando su espada de hueso— No importa…

Más clones salieron de todos lados.

La marioneta grande parecía en problemas pues el ataque de los escudos le hizo daño pero no al dragón, entonces varios restos de las marionetas se juntaron en su mano formando una nueva arma.

La adaptación de la marioneta llego a su punto final.

Cuando levanto su brazo, este comenzó a succionar el aire y con ello el cuerpo del dragón quien se quejó un poco mientras trataba de destrozar la gran aspiradora pero sin mucha suerte pues el aire era muy fuerte.

La otra mano de la marioneta se convirtió en un ventilador filoso que comenzó a girar dentro del cuerpo del dragón para dispersarlo. El dragón trata de mantenerse entero pero era difícil.




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