Nexus Parte I V: La Singularidad

El castillo negro.

Roció hizo que el tiempo regresara a antes de que la “Brea” cayera sobre ellas, logrando esquivar las masas casi sólidas, esto para por poco alcanzar a Samantha quien fue travesada por su huso y la navaja de Navier.

Pero ahora solo había un clon de brea negra que comenzó a comérselas.

Las chicas extrajeron sus armas pero el líquido estaba muy pegado a ellas.

—Deberías regresar el tiempo, eso solo se pegara más y más— Le susurró Samantha a Roció.

Roció lo hizo pero a diferencia de antes solo regreso el tiempo para Navier y ella.

— ¿Eso también lo puedes hacer? Increíble, tu control es mucho mejor de lo que pensé— Samantha le contemplo con atención desde uno de los pilares rotos del castillo que seguía cubriéndose del líquido negro.

Navier trato de cortarla en el cuello y de hecho, lo hizo pero de nuevo aquel líquido oscuro atrapo su arma, así que sin más opción la soltó y se apartó antes de mancharse.

Entonces más piedra blanca creció, cubriendo aquel liquido negro. Ella era la reina, no iba a permitir que la contaminación avanzara.

Roció fue con Edwina para curarla, regresando el tiempo en su cuerpo.

El frio también comenzó a aumentar por lo que Samantha levanto las manos para invocar aquel líquido negro que solo se volvía más pesado con el frio, al menos hasta que se congelaba completamente.

Alejandro trato de atacarla desde atrás pero esta solo lo esquivo, a lo que una onda congelante se dispersó, congelando a la chica y pese a que Alejandro sabía que no podía ser tan fácil, no pudo reaccionar cuando Samantha desde el otro lado de la sala le disparo en el brazo.

Pero entonces su brazo reventó.

Samantha había hecho que la gota de brea que atravesó su brazo se esparciera por todo su brazo, contaminando su sangre para que esta también explote, reventando así todo el brazo.

— ¡Alejandro!— Navier trato de acercarse pero una pared increíblemente grande oscura se levantó. Esta logro evitarlo dispersándola con una pared blanca y fue hasta él aunque Roció también ya había ido tras él.

Regreso el tiempo en su cuerpo pero ¿Era más lento? Imposible.

Samantha por poco cayó sobre ellas pero Navier y Ulises lograron apartarla por poco.

Ella giro en el aire con habilidad y se sostuvo de una pared blanca que se cerró hacia ella para aplastarla.

Pero claro, no había sangre, solo más liquido negro.

Edwina tomo un poco de ese líquido negro para analizarlo pero este le reventó el dedo. Al instante se quejó y trato de detener el sangrado.

—No podrás analizarlo, nena— Le dijo Samantha acercándose a ella bailando como hace poco— Siempre fuiste tan lenta para estas cosas pero claro, por eso te gusta estar dos pasos delante ¿No?

—Yo no quería que todo terminara así… Yo solo quería que dejaran de comportarse como dioses, que dejaran de destruir Oasis con gente, con sueños ¿Qué tiene de malo? Ellos no habían hecho nada…

Samantha le pego tremenda cachetada.

—Ambas sabemos que estas mintiendo…

Samantha ni se movió cuando hilos la atraparon, apartándola de Edwina para que Navier abriera el suelo del castillo, dejando caer a Samantha con todo y los hilos.

Roció fue con Edwina para curarla.

—Es más fuerte de lo que pensamos— Dijo Roció, curando el dedo de Edwina.

—Lo siento— Edwina se disculpó.

—No nos sirve ¿No tienes alguna idea?— Preguntó Navier mirando a todos lados. Sus paredes se tragaban el líquido negro para evitar que siguiera formándose pero solo terminaban deformándose.

—Lo estoy pensando— Admitió Edwina.

—Puedo congelar el líquido pero es mucho...— Dijo Alejandro. 

—Mi viento no hace nada— Ulises hizo una mueca.

—Lo importante es alentarla, por eso no está usando el viento como fluido, sabe que tú tienes cierta influencia lo que lo vuelve parcialmente inútil y por eso se centró en ese líquido negro siendo tan peligroso como para explotar— Edwina apretó su dedo como si aún le faltara.

— ¿Ya terminaron de hablar?— Samantha ya estaba sobre ellos, sentada en uno de los pilares del casillo, moviendo sus piernas de arriba abajo como una niña mientras inflaba sus mejillas— Es un poco injusto que yo este sola esperando cuando realizan sus reuniones estratégicas.

—Lamento hacerte esperar— Le dijo Edwina.

—Como sea, bienvenidos a mi castillo— Dijo la chica extendió sus manos.

— ¿Tu…?­— Navier entonces hizo que nuevas paredes y armas de fuego salieran desde abajo o eso esperaba pero le fue imposible, ya que al instante se llenaban de aquella brea negra que impedía que se formaran completamente.

—Tu Origen es la creación pero no controlas la materia prima ni mucho menos, ese es mi juego, la arena blanca es un fluido y lo puedo moldear más rápido que tú, igual que el aire— Dijo la chica mirando a Ulises— ¡Solo estoy jugando!




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.