Nexus Parte I V: La Singularidad

La caída de un ideal.

Lavanda logro cortar de nuevo a Hernando aunque esta vez en el costado lo que lo llevo al suelo por unos instantes antes de ponerse de pie con habilidad utilizando el aire como soporte.

— ¡Mierda!— Hernando estaba herido en varias partes de su cuerpo y aunque no eran heridas muy graves, el hecho de recibirlas y estar un tanto más alterado que antes debido al estrés, lo hacía ver de lo que estaba en realidad.

Las chicas estaban en pilares algo alejados de él, tan agotadas como su enemigo.

—Admito que estoy muy sorprendido, mocosas ¡No esperaba que fueran tan difíciles de matar y tampoco esperaba…!— El tipo toco su herida y se miró la sangre— ¡…Esto! ¡No piensen que voy a perder por eso! ¡No voy a perder ante ideales de gente mediocre ni suyos, ni los de Edwina!

El tipo hizo que un agujero negro se materializara sobre la cabeza de todos, lo que comenzó a destrozar todo el Oasis, provocando un colapso total incluso en el espacio, ya que tenía un tamaño increíblemente grande, mucho más que un Oasis— ¡Las hare pedazos!

El tipo creo otro portal y se fue de ahí.

Hernando cayó de rodillas de regreso al desierto blanco, recargándose en la nave de Edwina— ¡Mierda! Espero que los otros ya hayan acabado aunque conociéndolas, terminaron antes que yo aunque…

La nave de sus enemigos seguía intacta. Conociendo a Samantha, ya la habrían destruido lo que significaba que también estaba teniendo problemas.

—Así que todavía no terminan, en ese caso— Hernando se transportó de regreso a la cabina donde Irene y Beatrisa le miraron sorprendidas— Hola, chicas, ahora que he terminado con sus amigas, las matare a ustedes y…

Ambas chicas se mostraron aterradas, congelándose debido al impacto de escuchar que sus amigas estaban muertas tanto por el hecho de que ahora seguían ellas.

Hernando tuvo que transportarse a otro lado pues otra niña mágica estaba ahí.

Colín llevaba un top de color rojo sin mangas que dejaba ver sus brazos y su estómago, una falda negra con franjas rojas con solo una de sus piernas cubierta por una malla negra. Sus botas tenían un par de garras de metal al igual que sus manos y por dedo llevaba garras de un metal brillante rojizo como el fuego. Sus cabellos estaban sueltos y llevaba una gabardina negra de manga larga de color negro. Tenía una cola metálica recubierta de aquel fuego rojo.

Era su modo de niña del orden, pues estaba claro que no podía andarse con rodeos.

Hernando al principio se mostró molesto, frustrado pero luego se dio cuenta de que esa niña no tenía un origen.

—Oye, no te han dicho que no te metas con las chicas de otras— Colín estaba a cuatro patas, mirándolo con odio.

— ¿Otra lesbiana? No me molesta pero parece que hay cierta fijación últimamente— Dijo Hernando haciendo una mueca— No te molestes, voy a matarlas a todas juntas para que te lleves tu harem.

— ¿Un harem? No lo había pensado…— Dijo Colín pensativa.

— ¡Olvídalo!— Se quejaron las dos hermanas.

—Las aplastaré y…— El tipo se congelo unos segundos antes de esquivar el corte de Lavada quien acaba de llegar dando un tajo con su lanza que de no ser porque se movió entre el espacio, estaría ya sin cabeza.

Hernando las vio desde afuera del vidrio de la gran nave— ¡Deberían estar muertas! ¡Mierda, tu, rasgaste el espacio para llegar acá! ¡Son peores que cucarachas! ¡Mierda, mierda, mierda! ¡Ya muéranse!

Celeste por poco corta su cuello pero este se fundió con el espacio antes de que eso pasara.

Lavanda comenzó a cortar el espacio y Celeste hizo lo mismo, por lo que Hernando no tuvo más opción que escarpar por otro espacio, terminando con una herida en su mano debido a Lavanda.

—Si te transportas, tienes que estar completo, por eso podemos atacarte— Dijo Lavanda.

—Así que cubriremos todo el espacio— Celeste lanzaba tajos tan rápidos y destructivos por toda la zona.

Hernando hizo una mueca pues si se trataba de transportar, la chica de los rayos lo cortaría o incluso la otra, pero si se mantenía así, de todas formas podría ser herido por Lavanda que cortaba el espacio.

Los cortes fueron rápidos y violentos formando lo que parecía un espacio lleno de cortes relampagueantes que Hernando estaba por aprovechar causándole cortes también a ellas pues los espacios eran suyos.

Pero se concentró tanto en eso que término descuidado su cuerpo. El problema de seguir siendo mortal incluso con un Origen es que aún tenía un cuerpo humano que era herido y cuándo se quedo sin brazo, todo se descontrolo.

El poder de Lavanda seguía siendo un problema al poder cortarlo incluso cuando era el espacio.

—Te huelo— Le dijo Lavanda sonriendo relamiéndose los labios.

Hernando salió disparado por el cristal para terminar sobre la nave, sin un brazo y con más heridas que antes— ¡Mierda! ¡Duele! ¡Las odio!

—Se terminó— Dijo Lavanda apuntándole con su lanza mientras Celeste mantenía la espada arriba.

Hernando estaba sudando y su expresión denotaba su dolor y su odio— Dejar que me acorralaran fue lo peor, pero claro, me dejaron sin espacio siendo yo mismo el espacio ¡Nunca me paso! ¡Podría haber duplicado el espacio! ¡Claro, soluciones tardías! ¡No, de todos modos ustedes ya sabrían cómo contrarrestarlo!




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.