Nexus Parte I V: La Singularidad

Realidad.

Antes del tan esperado encuentro.

—Yo también me vi ese anime, muy bueno, lástima que el final es horrendo aunque eso no desmerita toda la obra, al menos así debería ser— Dijo el hombre sentándose en el aire cruzándose de piernas, haciendo girar su bastón con habilidad en su mano—  ¡Es tan injusto!

—Entiendo lo que dices— Aseguro Diego, concordando con esa idea.

— ¿Vamos a hablar de anime?— Preguntó José confundido.

—Me gustaría pero no. Estamos en un estado de emergencia, nuestros amigos se pelean en otro lado y ¿Hablar de anime? No creo que sea lo correcto— El hombre se encogió de hombros— Mejor hablemos de lo que los trae hoy aquí.

—Detenerlos…

— ¿Por qué? ¿Por qué una chica de otro Oasis te dijo que lo que hacíamos estaba mal?

—Lo hacemos por nuestro Oasis…— Dijo Edward.

—Claro, claro, lo entiendo, incluso lo respeto— El hombre asintió levemente— Pero ¿Están conscientes de lo que significa hacerlo? Seguro que no así que ¿Quieren saber el origen de todo esto?

—No estamos aquí para saber el contexto— Alejandro hizo una mueca.

Todos parecían listos para pelear, por lo que el tipo hizo una expresión seria, casi decepcionado, entonces con un chasquido la batalla comenzó pero todo pasó frente a sus ojos fue una realidad completamente alterada.

Y así es como llegamos a ese momento, donde fueron liberados de su batalla mental y las niñas mágicas acaban de llegar.

— ¿Nada de eso paso?— Preguntó Alejandro haciendo una mueca.

—Íbamos ganando, así que era imposible—Ulises apretó los labios.

— ¿Y Amapola y Hela?— Preguntó Diego mientras José también parecía buscarlas.

—Parece que siguen peleando contra su enemigo pero en general están bien— Le informo Irene por el comunicador a lo que ambos chicos se mostraron nerviosos pero un poco más tranquilos.

Irene pudo, después de tanto tiempo volver a entablar comunicaciones con todos lo que la alivio bastante.

—Iremos por ellas, de todas formas— Dijo José a los chicos y tanto él como Diego se fueron de ahí.

­         —Hermana, guíanos— Le dijo Diego por el comunicador.

Edwin giro la habitación por lo que terminar0on corriendo de regreso con él, lo que los dejo sorprendidos.

— ¿Por qué interrumpirlas?— Edwin miro a sus invitados y con un chasquido, una mesa con comida apareció— ¿Quieren comer algo específico? Les puedo servir lo que quieran, mientras hablamos.

— ¿De verdad quieres hablar?— Ulises hizo una mueca.

—Los seres pensantes crearon el idioma para evitar enfrentamientos innecesarios o incluso para estilizar un enfrentamiento, como sea— Edwin se encogió de hombros— Creo que si me escuchan y escuchan su historia, todos llegaremos a un acuerdo que nos beneficie.

Todos intercambiaron miradas extrañadas.

—Pero si no quieren hablar, entonces solo pelearemos hasta las últimas consecuencias y esta vez no será una realidad alterada— Dijo el hombre esbozando una tranquila pero peligrosa sonrisa.

Las niñas mágicas se prepararon para el enfrentamiento.

—Nos advirtieron que no te dejáramos hablar— Dijo Navier.

—Claro, seguro que lo hizo— Edwin extendió sus manos— Bien, entonces enfrentémonos pero si están dispuestos a escucharme incluso avanzando el enfrentamiento, podemos hacerlo. Si soy franco, odio los enfrentamientos largos.

Todas entraron al instante en su modo Charge y Berserker respectivamente.

—Un gran trabajo dividiendo el trabajo, señorita Irene, señorita Beatrisa— Dijo Edwin mirando con atención a las niñas mágicas frente a él. Las chicas escucharon la voz del líder en su cabeza— Son una obra de arte. Un ser consiente y muy bien preparado puede controlar solo dos Orígenes pero ustedes no solo no apostaron a eso, si no que por poco crearon nuevos arcanos con esos tesoros sagrados.

— ¿Arcanos? ¿Qué es eso?— Preguntó Irene confundida.

—Los arcanos existen desde hace muchos años, creados por una sociedad de herreros conocidos como los Triunfos que lograron fusionar por primera vez materia física con Orígenes para crear los veintidós arcanos mayores. Uno está sobre mi cabeza— El hombre lo señalo como si nada.

Un rectángulo floraba sobre él, brillando constantemente y liberando destellos de magia.

Irene hizo un rápido análisis pero esa cosa estaba cargada de energía etérea que se movía en todas las direcciones, que se transformaba en otros tipos de energía y que regresaba a ser energía etérea por lo que fue imposible en realidad hacer un análisis.

—Incluso cuando la gente logro replicar la técnica, jamás llegaron a su nivel de exactitud, a su perfección, e incluso ustedes, están lejos pero también están cerca— Admito el hombre bajando la mano— Este es el Mago, por cierto, capaz de dar magia a la gente, incluso a ti.

Señalo a Diego quien hizo una mueca.

—El problema con los Luceros es que solo podían usarlos gente con sangre de brujo, o más bien, con sangre alienígena pero el mago es tan poderoso que no descarta y crea magia exclusiva para ti— Explico el hombre mirando al Mago con fascinación unos segundos— ¿Quieren probar?




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