Nexus Parte I V: La Singularidad

El nuevo viaje (Epilogo 1)

Un par de meses pasaron tras aquella batalla en el lugar de todos los Oasis.

Edwina apareció de forma brusca en el desierto blanco, notando al instante que estaba rodeada de nada, tal como esperaba ¿El tiempo había pasado mientras se movía? Quizá hasta volvió en el tiempo pero no podía confirmarlo solo estando ahí. Todo le daba vueltas y le dolía el cuerpo, además de que el sabor de la arena no era precisamente rico de forma natural— Supongo que debo empezar de nuevo pero…

Una sombra enorme apareció detrás de ella a lo que esta se giró.

—Vaya ¿Pero que tenemos aquí?— Preguntó un chico de cabellos rubios que se relamía los labios.

Edwina estaba congelada, ya que no solo miraba a ese chico, sino una figura mucho más grande, mucho muy grande, roja y con unos ojos dorados con el iris en línea. Sabía que serían inmensas pero ver a una frente a ella, era terriblemente horrible.

El chico esbozo una leve sonrisa.

—Pensaba devorarte pero sería un desperdicio solo hacerlo ¿No te parece? Tu qué crees que estas por encima de los demás ¡Me recuerdas a mí pero nadie está sobre mí!

Edwina no pudo hacer más nada.

Un ramo de hermosas flores voló hasta caer en las manos de Hela.

— ¿Ya viste?— Alejandro golpeo el hombro de José quien por poco se atraganta con su copa. El primero llevaba un traje de color blanco con una corbata negra— Eres el siguiente…

—No me quedara de otra— José iba de negro aunque este no llevaba corbata, aun así su traje era muy elegante. Este no parecía ni mínimamente afectado de ser el siguiente en casarse.

—Si atrapas la liga, entonces sí tendrán que casarse— Dijo Ulises. Este si llevaba corbata junto su traje negro, aunque ahora no llevaba el saco— Aunque si lo atrapa cualquiera de ustedes, supongo que tendremos boda doble.

—Podrías atraparlo tú— Sugirió Edward comiendo pastel.

—Entonces creo que se los dejare a ustedes— Dijo José encogiéndose de hombros.

— ¡Oye, Hela, que José no se quiere casar!— Grito Diego mientras las chicas regresaban a la mesa. Este portaba solo un chaleco negro elegante y una corbata de un tono un poco más gris.

—Yo no dije nada, claro que si me casare— José se mostró muy serio.

— ¡Muchas felicidades!— Dijo Lavanda abrazando a Hela quien estaba muy sonrojada. Esta llevaba un vestido negro corto sobre la rodilla con el cabello negro recogido en un moño de color blanco.

Lavanda por otro lado llevaba un vestido blanco largo con los hombros descubiertos y que dejaban ver su escote, con sus cabellos sueltos y unas sombras hermosas en los ojos. Su vestido de novia tenía patrones de estrellas.

—-Ni modo, te tocara ir por la liga— Dijo Amapola recargándose en José.

Amapola llevaba un vestido de color rojo con algunos holanes en las manos y en el borde de la falda que le llegaba hasta debajo de la rodilla. Su cabello iba suelto con algunos mechones negros.

—También podría atraparla Diego— Le sugirió José.

—Claro que si— Dijo este con orgullo mientras levantaba el ramo pues se lo había pedido a Hela para verlo.

—Doble boda— Alejandro se mostró orgulloso— Pero si es de Pepe, entonces tendrá que ser nuestra boda juntos.

—No compa, yo con Hela…— Le dijo José.

—Al menos no nos escondemos para casarnos. Nosotros si invitaremos a nuestros amigos— Dijo Navier encogiéndose de hombros recargándose en Ulises.

Esta llevaba un vestido de color blanco largo pegado, lo que resaltaba su cuerpo, además de llevar una mascada de color blanco sobre sus hombros. Tenía un gran escote en su espalda.

— ¡Solo nos casamos por el civil!— Se quejó Roció sonrojada. Esta llevaba una blusa negra con una falda negra muy bonita, sin holanes y que dejaba libre sus brazos y su escote. Sus cabellos estaban peinados en un chongo muy elegante que dejaba algunos mechones libres.

—Solo quería ponerla a mi nombre— Agrego Ulises.

— ¡No lo digas así!— Roció se sonrojo más.

— ¿Quieres que lo diga como realmente lo dije?— Ulises le sonrió con astucia.

—Por cierto, yo también me case por el civil, no pensé que hubiera problema— Dijo Celeste sirviéndose más comida del plato principal.

Todos miraron a Celeste con los ojos abiertos salvo Amapola y Diego.

— ¿Tu porque te sorprendes?— Preguntó Alejandro hacia Edward quien estaba tan sorprendido como los demás.

—Me sorprendo cada que lo escucho— Admitió el chico, esbozando una leve sonrisa avergonzada.

Todos comenzaron a atacar a la otra pareja casada en secreto.

—Por cierto, Irene dijo que llegaría tarde o quizá no podría venir. Ha estado bastante ocupada— Diego se acercó a Lavanda con vergüenza.

—Sé que tu hermana y Beatrisa están ocupadas con el establecimiento de la COFOS así que tranquilo— Le dijo Crisa. Diego ya podía reconocerlas al cambiar— Me hubiese gustado que estuvieran todos pero aún me manda fotos chistosas. También se juntó ¿No? Eso me alegra mucho.




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