- Y....¿Que tal estás? - dije para romper el hielo.
- ¿Pregunta trivial? - respondió Nick.
- ¿Que otra cosa quieres que pregunte? - respondí mientras cambiaba el bote lleno de gasolina a mi otra mano.
El pelirrojo se quedó mirándome y, sin decir nada y junto a un suspiro, me quitó el recipiente para llevarlo el.
Wow....como todo un caballero.
- ¿Como un rico como tu está tirado en mitad de la nada? - comenté disimulando una sonrisa.
Sonrisa que no pasó por desapercibida ante el y me lanzó una mirada asesina.
- Al nuevo sirviente de mi padre se le olvidó rellenar el tanque.
- ¿Y por qué no lo haces tu?
- Le pagamos para que se encargue el.
De verdad que no entendía a los ricos.
- Es tu coche, tu responsabilidad - respondí arqueando una ceja.
- Si puedo permitírmelo, ¿por qué no aprovecharlo?
- Porque te hace inútil como ser humano - dije con pocker face - está bien que, gracias vuestra fortuna, tengáis mas facilidades para vivir y podáis hacerlo de una forma mas cómoda, pero no deberías dejar que eso influya en cosas tan normales como poner gasolina en tu vehículo.
- ¡No me influye!
- ¿Por eso estoy acompañándote hasta tu coche para que te rellene el tanque ya que tu no sabes hacerlo?
El se quedó callado.
Alina 1, Nick 0.
- ¿Por qué no has llamado a uno de tus helicópteros o tus yates?
- ¿Un yate? ¿Por tierra? - dijo intentando saber si lo dije enserio o solo le tomaba el pelo.
- Quien sabe, puede que os hayáis cansado de los yates convencionales y hayáis creado uno que viaja por carretera.
- Tal vez - me siguió la corriente - no seria tan mala idea.
- O podrías llamar al secretario de tu padre y pedirle que te lleve en brazos - empecé a reírme tras imaginarme la escena.
El no pudo evitarlo y rió.
Pensé que no sabia hacerlo.
- Eres mas rara de lo que pensé.
- Quizás - me encogí de hombros - pero eso es divertido.
Algo me golpeó en la cara.
Otra vez.
Y otra.
- ¿De donde viene esta lluvia? - dije con una queja mientras pasaba la mano por mi cara limpiándola.
- No hay muchas nub....
Una tormenta de agua y viento apareció prácticamente de la nada.
Agua y agua empezó a caer, las gotas nos golpeaban en la cara con fuerza a causa del viento.
- ¿¡Y esto tan de gratis!? - dije intentando cubrirme.
- ¡No lo sé! ¡Pero hay que darse prisa! - respondió levantando la voz ya que era difícil escuchar por el ruido de la tormenta.
Pronto los rayos iluminaron el cielo creando un fuerte estruendo y haciendo que mi pecho se encogiera cada vez mas.
- No me digas que te dan miedo.
- Cállate - dije intentando aguantar el temblor que tenia.
- Cada vez falta menos para llegar, no te preocupes.
Apresurando el paso, fuimos hasta el coche.
- Dame el bote - le dije con dificultad extendiendo el brazo
- ¿Vas a poner la gasolina ahora?
- ¡Claro!
- ¡Métete en el coche! ¡Es inútil llenar el tanque ya que se está creando una inundación!
Entonces me fijé. El agua ya empezaba a cubrir nuestros tobillos, además, esa zona era carretera de barro, el coche estaba atascado en la tierra mojada.
- ¡Podemos empujar el coche! - sugerí.
- ¡Podemos sacarlo del barro, pero no podríamos avanzar!
Que alguien me salve por favor.
- ¡Vamos dentro!
Nick se apresuró a abrir el coche y entrar.
El se sentó en la parte del piloto y yo en el copiloto.
- ¡Wow! Eso fue horrible - dije con cara de espanto agarrada con una mano a la ventana y con la otra al asiento.
Este se echó a reír.
- Estas realmente fea.
- Y tu te creerás una escultura - respondí mientras recobraba la postura e intentaba re colocar mi pelo.
Sin decir nada, Nick se giró a los asientos traseros y cogió una especie de macuto.
- Cámbiate y ponte esto - dijo mientras abría el saco y sacaba una sudadera.
Yo cubrí la parte de mi pecho haciendo una cruz con mis manos.
- ¡P....pervertido! ¿Que planeas?
El se acercó silenciosamente hasta mi. ¿Qué le pasaba?
Estiró sus dedos hasta donde estaban mis manos.
Ay no....
- Tu ropa está empapada, será mejor que te cambies o te pondrás enferma - dijo con una mezcla de burla y picardia mientras señalaba mi camiseta - es la ropa que uso cuando voy a pasear por mi reserva. Tranquila, está limpia.
- G....gracias - dije algo avergonzada - ¡Pero no mires!
Este, riendo, se cruzó de brazos y cerró los ojos.
Como si se me fuera la vida en ello, me quité la ropa mojada y me puse la sudadera de Nick.
- Guau....que calentita - que a gusto me quedé al cambiarme de ropa.
Sin decir nada, este empezó a quitarse su ropa y ponerse otra sudadera que tenia en el macuto.
- ¡Avisa! - me exalté avergonzada mientras giraba la cara hacia la ventana.