Ni 1millón de Estrellas

Capitulo 10

El sueño estaba apoderándose de mi poco a poco y por mas que intentaba mantenerme despierta mis ojos no aguantaban mas.

- Si quieres puedes tumbarte atrás y descansar - sugirió el pelirrojo.

La oferta era bastante suculenta, pero no quería dormirme en aquel momento ni en aquel lugar. Quería mantenerme alerta a todo.

- Seguramente la tormenta tarde en terminar, probablemente pasaremos la noche aquí - soltó con un suspiro.

- Me lo imaginaba - respondí de igual manera.

Otro rayo iluminó el cielo haciéndome saltar del susto y escondiendo la cabeza entre mis brazos.

- ¿Por qué te asustan tanto?

Yo le miré con desafío.

- Tu no me cuentas tu miedo, yo no te respondo a eso - me giré con la cabeza bien alta hasta la ventana.

- Veo que sabes jugar - resopló - está bien, ya que vamos a pasar la noche aquí encerrados, vamos a hacerlo interesante.

Yo le miré extrañada, pero alegre.

- Está bien - respondí sentándome hacia el, con mis piernas cruzadas sobre el asiento.

- A ver....mi mayor miedo - dijo rascándose la frente

- ¡No vale mentir! - me apresuré a decir.

- Antes de mentir, te cuento mi vida entera - aseguró.

Por su reacción, ahora sé que Nick moriría antes que soltar una mentira.

- Mi mayor miedo son....son los payasos.

Yo me aguanté la risa. Me imaginaba cualquier otra cosa, insectos, que su coche se rompiera, quedarse sin dinero, no ir a la moda, miedo a fracasar, a no sentirse realizado....pero ¿payasos? ¡Esa opción no entraba ni en mi lista de miedos!

- No eres la más indicada para reírte - dijo avergonzado mientras se subía las gafas - Cuando eramos pequeños, nuestros padres tuvieron una reunión muy importante, yo fui el ultimo en llegar ya que mi padre no es muy puntual. El me dejó donde se supone que estarían Julen, Natham y Jack y subió a la habitación donde se celebraba la reunión. Cuando fui en busca de los niños, estos me habían preparado una broma muy pesada....Contrataron un par de actores para disfrazarse de payasos y Julen, Jack y Natham fingieron su propia muerte a mano de los actores.... - le dio un escalofrío - fue horrible.

- ¿No los mataste? - dije sorprendida....en realidad estaba muy bien preparada la broma, puede sonar a mala persona....pero me habría encantado verlo.

- Casi, por suerte los actores me agarraron antes de ir a matarlos una vez me enteré de que era una broma, pero el hecho de que los que hacían de payasos me agarraran solo me causó mas trauma.

- Tuviste que pasarlo mal.

- Mucho, pero ahora lo recuerdo como una anécdota - rió - a pesar de temerles, puedo controlarlo.

- ¡Eso es genial! - respondí feliz

- Ahora te toca Aliña, ¿Por qué le tienes miedo a los rayos?

- Mm....pues mi historia no es tan divertida como la tuya, es mas, es bastante trágica, penosa y patética- suspiré.

- No creo que sea patética y penosa si es algo que te asusta.

- Tal vez - dije no muy convencida - Vale, un día salí con una persona a la cual vamos a llamar Eme, no quiero dar información de esa persona - aclaré - por eso el apodo.

Nick asintió con la cabeza mientras cruzaba sus brazos y ponía toda su atención en mi.

- Esta persona, que tenia cambios de humor muy drásticos, y yo fuimos a  un parque para pasar el día, todo iba bastante bien, dentro de las posibilidades, paseamos, hablamos, comimos helado....pero de repente, tal y como pasó ahora, comenzó una tormenta de la nada. Corriendo buscamos refugio en una caseta que había allí. El se enfadó y comenzó a gritarme ya que el día se había estropeado. Claramente yo le decía que no pasaba nada, solo era lluvia y que pasaría pronto, eso pareció calmarle. En ese periodo de tiempo, el estuvo rondando por la caseta y pronto empezó a patear cosas. Para mi mala suerte, una de ellas era de cristal, este se rompió y el cogió un trozo.

La cara de sorpresa en su cara era notable.

- Los rayos cada vez se hacían mas presentes haciendo aquel lugar mas y mas tétrico. El sonido aquel me agobiaba mas y mas. Yo le grité que se calmara y que parase. Pero su bipolaridad arremetió contra mi y me hirió los brazos y la espalda. El se fue gritando que todo aquello era culpa mía, dejándome sola en aquel lugar oscuro escuchando los rayos rugiendo en el cielo - suspiré - me quedé allí sin poder moverme durante dos días, dos días en los que la tormenta no paró. Por suerte, el dueño del lugar, entró para recoger unos materiales y ahí fue cuando me encontró. Realmente no se ni como sobreviví, pero aquí estoy - Sonreí - desde aquel día me quedó un trauma y unas cuantas cicatrices - dije estirando un poco el cuello de la sudadera, que me estaba grande, y enseñándole un par de cicatrices que me quedaron en el hombro.

Su expresión ahora era de espanto.

- Te dije que era una historia trágica, patética y penosa - Sonreí forzosamente.

- P....pero....¿No lo denunciaste?

Yo negué con la cabeza.

- Tampoco servía de mucho a esa persona, terminaría saliendose con la suya. Por suerte, no lo he vuelto a ver desde entonces y yo estoy bien. Ahora es una experiencia, desafortunada, pero sigue siendo una experiencia de la que aprender y algo que contar.



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En el texto hay: adolescentes, drama, amor

Editado: 18.11.2019

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