El sol me estaba dando en la cara.
Mi postura....¿que le pasaba?
Estaba en una cama, ¿no?
O, ¿estoy en el suelo?
- Y yo que pensaba que eras toda delicada y señorita - dijo una voz haciendo que mis ojos se abrieran de par en par.
Estaba secándose el pelo con una toalla mientras me miraba aguantando la risa.
Espera....¿Por qué Julen estaba del revés?
Entonces entendí la situación.
Mis piernas estaban sobre la cama, y el resto del cuerpo, en el suelo. Al menos estaba usando el cojín de anoche bajo mi cabeza.
Rápidamente me levante y acomodé mi pelo torpemente.
- B....buenos días - me apresuré a decir avergonzada.
- Buenos días serán para ti, te has pasado toda la noche dándome patadas y puñetazos - dijo haciéndose el molesto.
- Ah....lo siento - respondí avergonzada.
Julen suspiró.
- En 15 minutos bajamos a desayunar - comentó mientras dejaba la toalla en una cesta con ropa.
Me fui hasta la que era mi habitación, entré al baño y me preparé: me peiné, me lavé los dientes (si, me lavo los dientes antes de desayunar), me vestí, doblé y coloqué el pijama encima de la cama, tal y como me lo habían dado....entre otras cosas.
Volví hasta la habitación del Zapajo pero,....¿por que no había nadie? ¿Donde se ha metido?
- Julen.... - le llamé en voz baja -Julen - repetí con un tono de voz mas alto - Estúpido
- Ah bueno, pues gracias por el piropo - dijo una voz detrás mía
- HOSTIA DE LA MADRE!
Casi me da un infarto.
Nos pusimos en marcha hasta el comedor....quiero dejar claro una cosa....para llegar hasta allí yo necesito el google maps....
Una vez allí....me quedé impresionada. No sabia que los ricos podían ser tan jodidamente ricos.
Para empezar, la sala era enorme, una mesa alargada decoraba el centro, encima de esta colgaban dos lamparas de araña con piedrecitas de cristal. Habían 6 ventanas grandes decoradas con cortinas rojas que se recogían a los laterales con unos lazos dorados. Habían varios cuadros, dibujos hechos con mármol, esculturas, una gran chimenea....
- WOW....
- ¿Tanto te asombra?
- Tu has visto mi casa....pues es la mas grande de las que conocía.
- Que triste - soltó ganándose una mirada asesina por mi parte.
Entramos y nos sentamos. El presidia la mesa y yo estaba a su lado izquierdo.
La mesa estaba repleta de comida....demasiada. Era un banquete para solo ¿2 personas?
En silencio nos pusimos a comer, pero había algo que me estaba inquietando.
Una sirvienta al lado mía.
- Mmmm ¿Quieres? - dije ofreciéndole de mi comida
Se notó que aquello le pilló por sorpresa, aun así negó con la cabeza mientras sonreía.
- ¿Quieres sentarte?
Ella volvió a negar.
Levanté la cabeza y me di cuenta de que en realidad habían 6 sirvientes, uno al lado de Julen, otra a mi lado y 4 mas, dos a cada lateral casi pegados a su respectiva pared.
- ¿Es necesario esto? - susurré acercándome hasta el.
- Siempre ha sido así, es su trabajo - respondió tranquilo mientras se echaba otro pedazo de comida a la boca.
Pobrecitos....lo que habrán sufrido por culpa de este niño....
- ¿Puedo pedirles lo que sea? - volví a susurrarle.
- Claro, para eso están.
- Entonces - me dirigí a ellos - sentaros a comer con nosotros
Todos me miraron sorprendidos y luego miraron a Julen buscando una respuesta.
- Ella lo ha ordenado - dijo Julen mientras se encogía de hombros.
Seguidamente, los sirvientes se sentaron con nosotros a comer.
- Yo me llamo Alina, pero podéis decirme Lynn - Sonreí - ¿Usted?
Me dirigí hacia la sirviente que me atendía a mi y que ahora estaba sentada a mi lado.
- Me llamo Maria, y no me trates de usted que no soy tan mayor - sonrió
- ¿Y usted? - miré al señor mayor que había enfrente mía.
- Yo soy Isidoro, encantado de conocerla señorita Alina.
Poco a poco fueron presentándose todos mientras seguíamos nuestro desayuno.
- Tiene que ser duro este trabajo, ¿verdad?
- Mucho, es horrible este niño - dijo con total confianza hacia Julen, quien le estaba echando una mirada asesina.
- Este señor me cae muy bien - reí
- Ja Ja muy gracioso - comentó Julen con sarcasmo
Pronto aquello se convirtió un festín mañanero muy divertido.
El desayuno terminó y los sirvientes se quedaron allí terminando su trabajo.
Mientras, Julen y yo salimos para lo importante: mi familia.
- Ahora vuelvo Alina - dijo dejándome en mi habitación - no te vayas a mover de aquí.
Yo asentí con la cabeza viendo como se iba acelerando el paso hasta perderle de vista.
Me senté en la cama....¿que hago?
Revisé la habitación, era muy bonita, demasiado bonita, quiero llevármela a mi casa.
La mayoría de cajones estaban vacíos y los que no, tenían toallas de diferentes tamaños y poco más.