Llego el fin de semana, Alissa y yo quedamos en ir de compras y conocer mejor los alrededores de donde vivimos.
Al tener una semana de vivir en Inglaterra, optamos por decirle al chofer que viajaríamos solas, si sucedía algo lo llamaríamos.
Nos divertíamos mucho y entrábamos en todas las tiendas de ropa, de zapatos y de accesorios que encontrábamos a medida caminábamos.
Alissa toma mi mano y me ve con una sonrisa en sus ojos, señalando hacia un edificio, dice,
—Mira Elizabeth una tienda de pinturas vayamos a dar un vistazo.
Le sonrió y asiento diciéndole,
—Se ve que tienen muchas cosas, si quieres entremos a dar un vistazo.
Dentro de la tienda, observó a mi alrededor, estoy rodeada por acuarelas, temperas, pinceles, caballetes y muchas cosas de pintura, dirijo mi mirada a Alissa y ella estaba como un niño en una dulcería.
No ha pasado mucho desde que entramos y Alissa abraza varios productos de pintura lista para comprarlos todos.
Sonrió y le digo bromeando,
—Wow Alissa compraras toda la tienda.
Ella me ve con una cara avergonzada y dice, —No te burles Elizabeth, si fuéramos a una librería,¿cuántos libros comprarías?
Digo riendo por su comentario,
—Touché, buena jugada Alissa.
Salimos de la tienda riendo y Alissa llevaba muchas bolsas de compras, seguimos caminando y de repente sentimos hambre, vimos la hora y era tiempo de almorzar , nos dimos cuenta que nuestros celulares estaban con poca batería, por las muchas fotos tomadas, pero no le dimos importancia.
Busque en el GPS, algún restaurante, para ir a almorzar.
Llegando al restaurante nos dimos cuenta que era un hermoso a lugar, tenía una decoración rústica, se notaba que era un restaurante de comida casera y eso nos encantó.
Un mesero se acerca con una sonrisa y un tono muy educado nos pregunta nuestra orden.
Elijo pedir un Shepherd's Pie que la verdad con solo saber que era un pie de patatas quede fascinada y Alissa se decidió por un Sunday roast. A la hora del postre como una verdadera amante al chocolate decidí ordenar un pastel de chocolate, Alissa pidió un pie de limón.
Al terminar de comer y estar más que satisfechas decidimos salir del restaurante y caminar sin tener un lugar específico, solo queríamos ayudar a la digestión.
Nos distrajimos viendo todo a nuestro alrededor, olvidando así, el hecho de que nuestros teléfonos se habían apago y sin ellos no teníamos idea a donde ir, podríamos pedir ayuda pero para nuestra sorpresa estábamos en un lugar bastante solo.
Alissa con mucha preocupación en su voz dice,
—Elizabeth nos perdimos, peor aún nuestros celulares están apagados ¿como le avisamos a nuestro chofer? "¿donde estamos?" este lugar es bastante solo, tengo miedo.
Yo no estaba mejor que Alissa, pero decidí calmarme y digo con tono tranquilo,
—No te preocupes Alissa, mira el lado bueno aún es temprano, no se ha hecho de noche, si caminamos por la dirección que vinimos, tal vez encontremos a alguien y le preguntamos, que camino tomar para regresar a nuestros apartamentos.
No se si mis palabras hicieron efecto en la preocupada Alissa, pero ambas decidimos caminar en dirección opuesta a la que íbamos, por más que caminábamos no veíamos a nadie y tampoco ninguna tienda para pedir información, me sentía bastante angustiada éramos dos chicas en una ciudad tan grande, solas y sin idea de donde estábamos, pero traté de actuar lo más calmada posible para no preocupar más a Alissa.
A punto de resignarme en encontrar a alguien o alguna tienda.
Digo con un tono de sorpresa y algo fuerte,
—¡Alissa....!
Ella levanta la vista y me mira con una cara confundida,
—¿Qué sucede Elizabeth?
No puedo evitar reír a carcajadas y digo,
—Sabes los nervios no nos dejaron pensar claramente, ¿por qué no tomamos un taxi y volvemos a casa?
Alissa al verme reír a carcajadas ella también comienza a reír y dice,
—Elizabeth tienes razón, ¿por qué no habíamos pensado en eso?
Entré en mi cuarto y puse las bolsas de compras en la cama, empecé a ver las cosas que compré, entre ellas estaba un vestido el cual me gusto mucho, tenía un estilo de los años 50, era color rosa viejo con botones blancos hasta la cintura, al terminar los botones tenía una cinta con un moño, del mismo color, su falda era a bajo de la rodilla, no compró muchas cosas pero al ver ese vestido no pude evitar comprarlo. Le tome una foto y lo mande al grupo de mis primas con un mensaje miren chicas la belleza que me encontré en una tienda,¿qué opinan?, no espere sus respuestas y decidí hacer té, quería invitar a Alissa pero creí que estaba cansada por tanto caminar así que termine yo sola tomando el té, para no sentirme aburrida me puse a leer un poco.
Después de leer mire mi celular, para ver si tenía algún mensaje del grupo, a mi sorpresa, tenía un mensaje de Darcy, Hola Elizabeth, ¿estás ocupada?¿quieres venir conmigo y Amelia a cenar?
La verdad no quería salir, estaba bastante cansada, pero me sentiría mal por no aceptar su invitación así que me decidí a ir, me puse el vestido que compré y un par de tacones color negro que combinaban muy bien con el estilo cincuentero de mi vestido. Me gusta mucho vestirme con el color rosa viejo hace que mi piel se vea más blanca, me puse un ligero maquillaje, amarre mi cabello ondulado con un recogido y salí de mi apartamento.
Al llegar al restaurante Amelia y Darcy me esperaban en la entrada, al verme bajar del vehículo se sorprendieron por la razón de mi chofer.
Sonriendo Amelia dice,
—Hola Elizabeth, por aquí.
—Hola Amelia, Darcy ¿las hice esperar mucho?—Pregunto algo preocupada.
Respondiendo Darcy,
—No te preocupes, venimos llegando.
Amelia sin poder disimular, dice,
—Elizabeth ¿tienes un chofer?
Editado: 11.06.2022