Llegamos a Inglaterra, me la pase increíble jamás creí viajar a países tan diferentes en tan poco tiempo, ame cada uno de ellos.
Le traje algunos regalos a los padres de Andrew y a Valentina, la cual me envió mensajes todos los días que si encontraba algo lindo se lo trajera, así que le traje una yukata de Japón, se que se verá hermosa, al dársela estaba muy emocionada, los padres de Andrew también estaban agradecidos con los presentes, a los chicos también les traje algunos regalos y obviamente también a mi familia, todos estaban muy agradecidos.
Al llegar a nuestra casa, comencé a sentirme algo nerviosa, no es que me sienta incomoda, estoy acostumbrada a estar con el, pero ahora es diferente, estará en esta casa todo el tiempo, para comenzar con mi papel de esposa, decidí hacer la cena.
El primer mes fue hermoso, la temporada de recién casados, Andrew coloca alguna flor hermosa en la almohada de el, donde deja una tarjeta con una frase de algún escritor, a veces solo es la flor, otras veces me trae el desayuno, el no cocina, si no que la sirvienta, todo el día me la pasó en casa sola, porque el se va a trabajar, en la noche preparo la cena, para cuando el vuelva, cenemos juntos, todo el día me la paso escribiendo, viendo alguna película en el cine, haciendo ejercicios, visitando a los padres de Andrew y a veces salgo con las chicas, es una vida encantadora, me siento todos los días en un sueño.
Las chicas molestan diciendo que desde que soy la señora Lindsor, me he vuelto más bonita, mis ojos brillan como nunca lo habían hecho, mi piel es más perfecta que nunca y siempre estoy sonriendo, las personas en la calle siempre se emocionan con mi presencia, me parece divertido porque me tratan como si fuera una celebridad, si supieran que soy una chica normal igual que ellos.
El día de hoy los padres de Andrew nos invitaron a cenar, así que decidí hacerles un pastel, salí de compras por los ingredientes, le pedí a Arthur que me llevara al supermercado, desde que me case con Andrew nunca salgo, siempre los sirvientes hacen las compras.
Cómo es costumbre ahora, en el supermercado, las personas me ven muy emocionadas, me da risa porque es como que fuera Scarlett Johansson.
Se llegó la hora de la cena con los padres de Andrew, Sofía y Alejandro nos reciben muy emocionados, Sofía se acerca y nos abraza a cada uno, en cuanto Alejandro, solo nos saluda con una sonrisa,
—Hola bienvenidos, pasen.
Dice Sofía con gran emoción.
Le entrego el pastel y los saludo educadamente,
—Buenas noches, gracias por invitarnos.
Alejandro responde,
—No debes ser tan formal con nosotros Elizabeth, ya sabes eres familia.
Es extraño, porque cuando me conoció ni siquiera quería dirigirme la palabra y ahora me trata muy bien, se ha disculpado conmigo muchas veces por cómo se comporto, aunque la verdad, no me importa, se que el debió ser así porque es un hombre de palabra y el prometió que Andrew y Regina se casarían y pues no pudo cumplir con su palabra.
Estamos todos en la mesa hablando de todo un poco, comenzamos a hablar de nuestro viaje, Sofía como en todas las reuniones que tenemos dice,
—Bueno chicos, cuando piensan darnos un nieto.
Me tomo por sorpresa y en ese instante comencé a ahogarme con el vino, rápidamente Andrew comienza a dar palmadas en mi espalda para que pueda tranquilizarme, ve molesto a Sofía,
—Mamá, tenemos un mes de casados, podrías dejarnos disfrutar de nuestra vida sin hijos por más tiempo.
Alejandro secunda a Sofía,
—Andrew somos viejos, necesitamos a un hermoso niño corriendo por nuestra casa.
Valentina también opina,
—Si chicos, yo sería una excelente tía.
Cuando logro calmar mis nervios,
—No se preocupen tendremos hijos, pero creo que deberíamos esperar un poco más.
Sofía suspira,
—Solo por favor no se tarden mucho, serán unos padres excelentes, he visto a Lizzy con niños y es muy buena.
En ese momento comienzo a imaginarme con un hijo, sonrió sin darme cuenta, veo a Andrew y el me observa con ternura, me pregunto, ¿a Andrew le gustarán las niñas o los niños?
Mis pensamientos son interrumpidos por Valentina,
—Hermano, solo ve a Lizzy ella se está imaginando un hermoso bebé.
Mis mejillas se enrojecen y todos comienzan a reír por lo que Valentina dijo y Andrew frunce el ceño,
—Dejen de molestarnos, en todas las reuniones nos molestan con lo mismo, tendremos hijos, pero no aún.
—En cuanto a ti Valentina, deja de insistir, Lizzy no quiere hijos.
Me levanto del asiento,
—Claro que quiero hijos Andrew, es el sueño de la mayoría de mujeres, tener una familia.
Sin esperar a que responda,
—Disculpen, iré al tocador.
Todos se quedan en silencio, Andrew me sigue hasta que me alcanza,
—Lo siento cariño, no quise decir eso, solo estaba frustrado.
Suspiro,
—No te preocupes, creo que me emocione un poco, deberíamos volver.
Al terminar la cena, hablamos un poco más y luego volvimos a casa.
Han pasado tres meses desde que nos casamos, últimamente he comenzado a sentirme cansada y algo mareada, pero no le he dado mucha importancia, hasta que recuerdo que hace un mes que el periodo no me baja, mis manos comienzan a temblar, no puede ser, llamo a Arthur y le pido que me lleve a una farmacia, el camino lo siento eterno hasta que llegamos, Arthur habla rompiendo mi nerviosismo,
—Llegamos Señora Lindsor.
Justo ahora no me importa que me diga señora Lindsor, bajo rápidamente del auto y entro en la farmacia, pido una prueba de embarazo.
Al llegar al auto estoy tan blanca como un fantasma por los nervios,
—Señora Lindsor, ¿se encuentra bien?
Suspiro y doy una sonrisa nerviosa,
—Aún no estoy segura Arthur, regresemos a casa.
El no sigue indagando y regresamos a casa, desde que baje del auto subí las gradas corriendo y entré al baño, comienzo a sacar la caja de la prueba de embarazo, comienzo a leer las instrucciones, las manos me tiemblan como nunca lo habían hecho, hago lo que las instrucciones dicen, mientras espero hago una videollamada a Roselyn y Daniela, les cuento todo lo que está pasando y que tengo mucho miedo, no estoy lista para ser madre.
Editado: 11.06.2022