Nibiru

10

Gulf parpadeaba sin poder creerlo.

—Déjame los dos cajones de naranjas que tienes y...todos los maples de huevos que cargas. Y si para la semana entrante me traes más naranjas y más huevos, te pagaré el doble. Ahora que todas las granjas están tecnificadas, es muy difícil encontrar productos como los tuyos, orgánicos, sin pesticidas ni contaminantes.

Mew, al notar que Gulf no salía de su asombro, le sonrió al comerciante mientras bajaba los cajones de la vieja camioneta.

—También habrá una abundante cosecha de uvas, pronto... Y...¿cómo se llaman esas delicias del color del sol?—Mew miró a Gulf.

—Maíz...— susurró Gulf ante la mirada sorprendida del comerciante que lo oía hablar por primera vez.

—¡Maíz! ¡Maravilloso!

—¿Puedes traerme dos cajones la semana entrante?— preguntó el comerciante a Gulf.

—¿Sólo dos cajones?—Mew lo miró fijamente.

—¡Tienes razón! ¡Que sean diez!— exclamó el comerciante mientras le pagaba en efectivo a un Gulf completamente sorprendido.

 

— Aún nos falta aquel negocio de allí...— dijo Mew unos minutos después, mientras la camioneta circulaba por la calle principal del pequeño pueblo.

—No tenemos nada más para vender. Hemos pasado por cinco negocios ya. La parte de atrás está vacía.

Gulf estacionó frente al negocio que Mew le había señalado. Y le hizo señas para que bajara. Se acercó a la parte trasera de la camioneta y retiró una pesada lona sin dejar de mirar a Mew.

—¿Acaso allí...en Nibiru...multiplican el pan y los peces?— dijo Gulf haciéndole una mueca de burla a Mew.

—Algo así...

Gulf bajó la vista. Miró por unos segundos y volvió a mirar a Mew, azorado.

— Cinco cajones de naranjas y cinco maples de huevos, es lo que necesitaré hoy...— le gritó una mujer desde la entrada.

—Justo los que nos queda aquí atrás, señora. —dijo Mew con una sonrisa.

—¡Y la semana entrante, por favor, pasa por aquí primero!

Gulf recibió el pago y se apresuró a subir a la camioneta.

—¿Qué sucede, Gulf?

Pero unas risas burlonas les llegaron desde la entrada de un negocio cercano.

Mew miró unos segundos a Gulf y luego susurró para sí: Acer...

Mientras Gulf se subía a la camioneta, Mew dio un par de pasos hacia Acer y sus amigos que miraban a Gulf con desdén.

—¿Acer...? ¡Qué nombre más extraño! Sabes, de donde vengo no hay personas como tú...

—¿Y este idiota quién es...?

—¡El imbécil de Gulf ya tiene novio!

—Te tengo una pregunta...— dijo Mew en voz baja mientras miraba al joven Acer fijamente— ¿Por qué...cada vez que tú y tus amigos ven a Gulf...sienten unas inmensas ganas de...vomitar?

El grupo entero río a carcajadas.

Pero en cuanto Mew se corrió a un costado, todos miraron hacia la camioneta estacionada. Bastaron tres segundos para que, primero Acer y luego los demás, comenzaran a hacer arcadas y vomitaran en plena acera antes el desconcierto y algunas risas burlonas de los transeúntes que pasaban por allí...

Mew se subió a la camioneta, el motor arrancó sin problemas. Y mientras se alejaban, Gulf no podía quitar su vista del espejo retrovisor, viendo, sin entender, cómo aquel grupo seguía vomitando sin poder parar...

 



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En el texto hay: alienigenas, boyslove chicoxchico, mewgulffanfic

Editado: 23.09.2023

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