“Hoy cumplí quince años, no hubo fiesta pero me dieron un pedazo de pastel y me eximieron de las clase, pase todo el día leyendo en el jardín
Todo el mundo paso a felicitarme y el mejor regalo fue una noticia: mañana van a adoptarme; estoy tan nervioso, no se casi nada de esta persona, no hubo entrevista previa, solo sé que se llama Heichin Lavroche, que es un artista reconocido y que mañana vendrá a llevarme con él.
Así pues, mañana comienza una nueva etapa de mi vida, un capitulo en blanco y las primeras páginas vienen con una nota de misterio.”
-Me gusta
El chico miro a quien le hablaba, un ser pequeño y sombrío posado en su hombro, de ojos azules y una gema en la frente del mismo color.
-Gracias-le dijo, acaricio la gema con su dedo haciéndola reír.
-¿No olvidas algo?
-Lo revise tres veces-cerro su diario y lo metió en la mochila al pie de la cama-¿Cómo crees que sea él?
-Seguro es una excelente persona-se desplazo a su pecho cuando él se acostó.
-¿Y ella?, ¿será bonita?-los ojos le brillaban al imaginarlo-mis nuevos padres, siento que se me sale el corazón.
-Contente, Bruma, mañana será un gran día, tienes que dormir.
-Lo intentare-se acomodo de manera que pudiera abrazarla-buenas noches, Niebla.
-Dulces sueños, Bruma.
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A media mañana del día siguiente una lujosa limosina se presento frente al orfanato, los chicos que la vieron pasar el contaron a los demás y había un montón de chiquillos mirando cuando se detuvo y de esta bajo un hombre apuesto y muy bien vestido.
-¡Señor Lavroche!-fue recibido por la directora del orfanato-le esperábamos más tarde.
-Me disculparan, ya no podía seguir esperando.
-Pase, pase.
-¿Él está listo?
-Desde ayer, esta despidiéndose de todos.
-Dígame algo, ¿diría que es un chico retraído?, ¿callado?
-¿Erick?, todo lo contrario, es el chico más alegre y sociable que he conocido.
-¿En serio?-por alguna razón eso parecía contrariarle.
-Allá esta, jugando con los niños-lo vieron en el patio-¡Erick!, ¡Ven un momento!
Bruma pesco a una niña al vuelo, le susurro algo al oído que le causo mucha gracia y la dejo ir antes de acercarse, fue la primera vez que ambos se vieron y, en consecuencia, la que les causaría el mayor impacto.
Erick Delko, al que todos llamaban Bruma, recién cumplía trece, tenia cabello y ojos castaños, era de constitución saludable y poseía una de esas miradas brillantes que parecen estar en todo al mismo tiempo, para aquel día se había puesto su ropa favorita, un suéter blanco con un pantalón anaranjado.
Heichin Lavroche casi tenia treinta años y era el hombre más imponente que el chico hubiera visto en su vida, media como dos metros, tenía el cabello negro muy bien peinado y unos ojos profundísimos, de ese negro que se confunde con la pupila, su mirada era entre triste y abstraída; en su hombro llevaba un Ente de rasgos afilados, su gema era verde y presentaba tres terribles grietas, una que iba de arriba hasta abajo y dos que partían de esta, solo podía suponer que le había ocurrido.
-Bueno, empecemos como se debe-él mayor hizo el primer movimiento, extendió su mano hacia él-soy Heichin, es un placer conocerte.
-Igualmente-la estrecho-soy Erick pero todos me dicen Bruma.
-Me dicen que ya estás listo.
-Oh, ¡sí!, ¿ya nos vamos?
-Cuanto antes mejor, nos esperan en casa.
-En casa…-lo dijo en tono soñador-iré por mis maletas, ¡vuelvo enseguida!
-Vaya que es entusiasta-se dijo, viéndolo correr con la directora pisándole los talones-pero…no debería serlo.
-¿Por qué me miras a mi?-pregunto su Ente.
-Los otros cuatro no son así.
-¿Y la chiflada de Jenny?
-Es diferente, ella tiene un Físico.
-Es igual, si buscas respuestas yo no las tengo.
-Ya, Dreken, no necesitamos tu mal humor desde tan temprano.
Bruma volvió a lo cinco minutos con un par de mochilas, la más grande tenia ropa y la más pequeña estaba llena de cuadernos usados y por usar, Heichin le indico dejarlas en el maletero y que subiera a la limosina.
-¡No puede ser!-se trepo de un salto y se asomo por la ventana de arriba-¡Chicos, miren!, ¡Estoy en una limosina!-los que miraban le hicieron bulla.
-Siéntate, por favor.
-Sí, perdón, ¡Adiós a todos, los voy a extrañar!-se metió.