Venganza

Traicionado y dado por muerto, el tío Salvatore era un hijo de perra muy astuto, es muy probable que hayan celebrado con un brindis y otras cosas. 

Yo sobreviví y tuve suerte, este mundo que mi abuelo intentó alejar de mi vida es oscuro y traidor, sé que si se sabe de mi existencia tanto mi familia como los Cipriacci van a terminar el trabajo. 

Estoy decidido, quiero venganza pero sería un idiota si quiero matarlos a todos, yo solo busco una cabeza. 

Viví entre las personas comunes como mecánico, trabajando para otro tipo, también entre al mundo del asalto si eso significaba menos tiempo para saciar mi venganza. 

Trabajando un par de años compré un arma, un vehículo y un traje sabia a donde ir y que día ir. 

El 19 de Enero de 1986 en el 75º cumpleaños del tío Salvatore, como era de esperarse con buena seguridad entre por medio de sobornos a los meseros adecuados. 

Sin perder el tiempo y mientras el tío aprovechaba para ir al baño junto a Margaret lo perseguí, asesine a sus guardias en secreto y mientras el y Margaret empezaban a besuquearse me vieron a la cara, el rostro de ellos estaba llena de asombro mi tío intentó hablar pero pronto todo se volvió rojo. 

No se cuantas balas dispare pero fueron todas, tuve suerte de poder salir cuando nadie me veía o eso pensé. 

Dos oficiales me atraparon al ver mi ropa llena de sangre, era mi fin. 

Permanecí en la comisaría por cerca de 3 horas, solo esperaba que unos tipos llegarán y me llevarán a torturar, en cambio mi sorpresa fue otra. 

Valentino Cipriacci, cabeza de los Cipriacci me agradeció por la ayuda involuntaria, el no estaba contento ni esperaba trabajar conmigo.

Solo agradeció, lanzó una bolsa de billetes y un boleto de avión hacia Canadá. 

Era un claro mensaje de largate y sin dudar lo acepte eso nos lleva al presente.