7º noche

Shido se levanto. Estaba envuelto en sudor. había sido un sueño terrible pero, había parecido tan real. ¿Qué estaba pasando?. Necesitaba tranquilizarse o acabaría cometiendo una locura. salió de la habitación, necesitaba despejarse. Encima del sofá encontró la toalla y la bolsa de Liho. había ido a la playa. Shido casi no recordaba cuanto hacia que no salía a pasear bajo el sol.

Liho salió del baño y lo vio apoyado en la ventana mirando al exterior. Entro en la cocina y cogió una manzana. Al pasar por donde estaba Shido se quedo parada. Parecía que no la había visto o no hubiera notado que estaba allí.

- ¿Vamos esta noche al cine? – pregunto Shido de repente.

- ¿Al cine? – repitió ella sorprendida. Era la primera vez que le hacia una invitación como esa – Cla.... claro. Me encantaría.

- Estupendo – dijo Shido sin darse la vuelta – voy a ducharme. ¿Has terminado en el baño?. Puedes cambiarte en la habitación mía.

- Si claro – respondió Liho mirándolo – Shido, ¿estas bien?

- Si – respondió este indiferente entrando en el baño – voy a ducharme. Cuando estés lista avísame.

¿Qué estaba pasando con el?, ¿por qué trataba a Liho con tanta frialdad?. El agua fría lo ayudaría a calmarse. De seguir así, acabaría preocupando a Liho. El sueño que había tenido lo estaba afectando demasiado. Sonó el teléfono. Liho lo cogió. Era Yayoi. Esta noche trabajaría hasta tarde, así que pido el favor de que fueran a comprar el regalo de cumpleaños para una amiga. Liho le dijo que si, que después del cine irían a comprarlo. Yayoi se sorprendió mucho por esa respuesta, pero les deseo que lo pasaran bien.

Shido se metió en la ducha. Las gotas a medida que caían lo iban relajando. Al coger la toalla vio la muñeca que le había regalado a Liho encima del lavabo. Últimamente no le prestaba mucha atención. Se estaba portando mal con ella, y lo sabia. Liho comprendía que el caso que estaban llevando era difícil y no pedía ningún tipo de atención. Esta salida le haría tanto bien a el como a ella.

cogió la muñeca y salió del baño. Liho estaba buscando algo en la cocina. Ya estaba casi lista. Dejo la muñeca encima de la mesa. Shido entro en su habitación y se cambio. Al salir Liho se había vuelto a meter en el baño. Se sentó pacientemente en el sofá a esperarla para marcharse. Se prometió a si mismo que esa noche se olvidaría de todo. Liho salió al poco rato con unos vaqueros que tenían en la parte de abajo figuras en forma de estrella fugaz y unas sandalias vaqueras altas. Llevaba una camiseta de tirantes con un dragón chino en el centro que al moverse parecía que tenia brillos. En un principio iba a salir con el pelo suelto, pero el calor de la noche le obligo a recogerse un moño y dejarse el cuello despejado. Shido pensó que la moda cambiaba muy rápido, pero le gustaba ese cambio.

El cine estaba lleno de gente, pero a ninguno de los dos pareció importarle. Shido pidió ver una película donde apareciera el amanecer. Al entrar en la sala se sorprendió . nunca había visto una pantalla tan grande y un sitio tan grande que albergara tantas sillas y tantas cabezas. Liho sonrió divertida y lo empujo un poco para que se sentara y dejara entrar al resto de las personas. Se sentaron entre las filas de en medio. allí podrían ver bien la película. Las luces se apagaron, la película estaba a punto de comenzar.

..............................................................................................................................................

La noche caía lentamente. Un muchacho caminaba por la calle que ya estaba completamente vacía. Las zonas residenciales no tenían mucha actividad durante el verano. Llevaba una mochila al hombro, donde se encontraba la toalla de la playa, un balón y protección para el sol. Su casa estaba cerca.

Hoy había sido un día duro. Primero había tenido entrenamiento, después quedo con unos amigos del instituto para ir a la playa y se había declarado a la chica que le gustaba. Hoy había sido un buen día, eso sin duda. Ahora, solo quedaba esperar que ella se presentara mañana al entrenamiento.

Le quedaban unos pasos para llegar a su casa, cuando oyó un ruido que provenía de detrás suya. Se quedo parado y se giro lentamente. Detrás suya estaba el cubo de la basura, iluminado por la luz de una farola. No había nada alrededor. Estuvo dudando entre entrar de una vez a su casa o acercarse a mirar la procedencia del ruido.

La curiosidad pudo mas que el. Se acerco lentamente hasta el lugar. Le daba un poco de miedo, pero esto era necesario si quería saciar su sed de curiosidad. Movió ligeramente uno de los cubos. Iba a alejarse, seguro de que no había sido mas que su imaginación, cuando el ruido volvió a producirse. Esta vez era una especie de goteo, casi imperceptible, pero que el muchacho distinguió claramente. Movió el cubo un poco mas fuerte, sin saber porque lo hacia exactamente, un gato asustado salió de entre la basura. El muchacho cayo al suelo del susto y respiro entrecortadamente. Al tranquilizarse sonrió. Si sus amigos y compañeros de equipo se llegaran a enterar de eso, se estarían riendo durante años de el.