Night Walker

8º noche

- Cuando no sientas más que tu interior congelado; la noche te dará la bienvenida. No llores, nada puedes hacer para cambiar. Alégrate, la inmortalidad te ha acogido entre sus brazos – dijo una voz dentro de la cabeza de Shido - huye, no tienes descansos, ni treguas, ni refugios que duren. La envidia de los mortales busca destruirte; pero tus armas son más poderosas que el miedo de tus enemigos. Recuerda, estás muerto. Tus pulmones ya no necesitan aire. La sangre es tu alimento. Desde ahora estás en la sangre que le arrebatas a la vida. Estás vació por dentro, sólo puedes ofrecer oscuridad y muerte.

- ¿Oscuridad y muerte? – Shido estaba recordando frases que le decía Cain. Estaba soñando otra vez. Ahora estaba en el castillo de Cain. No tenia tiempo de soñar, tenia que ver si Liho estaba bien – mi hermana y mi sobrina creen que estoy bien....

- Los vivos no creen en ti – le respondió Cain con una copa llena de sangre - se piensan inmunes a tu embrujo. Ellos perdieron tu origen entre sus mitos. Tú eres diferente, tú recuerdas. Eres solo memoria y ansia. Los hombres usarán la razón para explicar tu realidad. Adviérteles que su ciencia se desmorona ante tus mitos, pues no los guardas en una biblioteca, sino que te acompañan siempre. El reino al que perteneces se divide en dos territorios: el mítico y el literario. Tienes la libertad de pasar de uno al otro.

- ¿Mítico y literario? – pregunto Shido, no estaba entendiendo nada de lo que Cain le decía.

- Uno restringe más que el otro – fue la respuesta de Cain - el otro embellece al uno. En uno no eres más que un cadáver reanimado, en el otro eres un seductor que caza. Los que respiran intentarán confundirte con sus vampiros artificiales. También querrán dividir a tu especie en clanes y razas. Diviértete con su ingenio. Recuerda: son sólo juegos fruto de su afán de clasificación...

- ¿Clanes y razas? – Shido intento levantarse de la cama, pero estaba atado a ella. Cain le deslizo sobre el y vertió el contenido de la copa sobre su boca. Shido había abandonado su casa y aldea, ante la cantidad de gente que había matado por lo que era y busco refugio en Cain, su creador y único amigo.

- Tu especie es una, aunque haya otras emparentadas – Cain no escuchaba nada de lo que Shido le decía, estaba tan feliz de tener un compañero al que enseñar a ser un depredador como el, que no tenia tiempo para preocuparse por niñeces - no todo aquel que beba sangre es un vampiro y todo vampiro bebe la esencia de la vida humana. Cuando estés ante la sangre, tómala. No atiendas las súplicas del mortal. No te compadezcas de su dolor. Eres un vampiro, ¿por qué debería de importarte?. Ellos te exorcizan con sus cuentos, películas y canciones. Se equivocan, con eso no pueden mantenerte alejado. No los escuches. Soporta sus insultos, tienes toda la noche para vengarte.

- No quiero matar humanos – fue la respuesta de Shido – no quiero esto que me has dado. ¿Has visto lo frío que es mi cuerpo y lo frío que es tu corazón?, ¿tu quieres esto?

- El frío que hace dentro de ti, es el del abismo. Ahí a donde nunca llega el sol. La Soledad es tu hogar y tu fortaleza. No puedes estar ni contigo mismo: no tienes un reflejo que te atrape, que te limite. – Cain se levanto y se dirigió a una silla donde se sentó - Te consideran maligno porque no eres como ellos, porque no amas lo que ellos, porque no buscas lo que ellos, porque huyes de lo que ellos buscan, porque eres un rencor añejo. Huye del sol porque define las formas, pero no mata. Tú eres prisionero de las apariencias. Persigue a la Luna, ella disfraza, permite liberarte.
Los vivos son una invitación perpetua. – Cain salió de la habitación, había vuelto a llegar la noche - Tú decides si aceptas todas, o eliges entre ellas, o si prefieres forzar las cerraduras...

Shido volvió en si. Estaba dentro del pozo. Sobre el estaba Liho inconsciente. Menos mal, no le había pasado nada. Escucho un ruido cerca. Era el Bleed. Se mordió su dedo y sus ojos cambiaron para habituarse a la oscuridad. La espada la lanzo contra una sombra voluminosa. Un grito sonó dentro del pozo, el Bleed estaba sellado por la sangre de Shido. Intento levantarse, pero no pudo. Le dolía un poco la pierna. debía haber caído mal. Dejo a Liho suavemente en el suelo y se levanto. Solo tenia una torcedura en el pie, nada grave y que se curaría enseguida. Camino hacia el Bleed que estaba en la zona mas oscura del pozo. Este miraba a Liho y sonreía con malicia.

- No permitiré que la toques – le dijo Liho tapando su visión.

- No importa – el Bleed sonrió ella morirá de todas formas, pasaremos aquí días. Si no acabas tu con ella, acabare yo. ¿Eres el salvador?. Si, debes de serlo.

- Soy un simple huma.... – Shido cayo sus propias palabras.

- ¿Humano? – el Bleed soltó una gran carcajada que resonó pro todo el pozo. Se llevo la mano al lugar donde estaba la espada clavada, al reírse le dolía la herida – eres un vampiro. Lo eres desde hace muchos siglos. No puedes negar tu naturaleza, tu y yo somos iguales.

- No – Shido se apoyo en la pares – puede que no tenga mas remedio que alimentarme de la sangre humana, para no morir. Puede que viva en las tinieblas como tu, pero no permitiré que digas que somos iguales. Tu utilizas a los humanos para tu propio benecifio. Los engañas hasta llevarlos a tu terreno y acabar con ellos lentamente sin importar lo que ocurre a su alrededor.



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En el texto hay: vampiros, romance, magia

Editado: 07.04.2019

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