13º noche

El vampiro entendía perfectamente lo que Liho buscaba en sus palabras, pero lo que buscaba no existía. El amor era un sentimiento mortal. Los seres humanos se amaban durante un breve periodo de tiempo y luego estaban obligados a separarse, ya fuera por decisión propia o porque la muerte acaba con uno de los dos. Para Shido amar significaba sufrir. No quería tener nada que con el tiempo fuera desapareciendo con la misma rapidez que desaparece el dibujo echo en la orilla de la playa.

De cualquier modo, Liho tenia razón. Desde que le había dado la inmortalidad estaba mucho mas frío con ella. Se sentía culpable, tenia que haber encontrado otra solución, por el bien de ella. Aunque lo negara, su deseo de estar con ella, cuidarla y protegerla era mas fuerte que su ética y moral. Aunque se alejara de ella siempre acababa viéndola. Incluso antes de convertirla en un ser de las tinieblas. Ahora debía cargar con inmortalidad y la pesada cruz de la culpabilidad. Lo que Shido mas temía era que se arrepintiera de ser convertida y se alejara de su lado, como el había echo con Cain. Pero sus palabras, su deseo de estar con el.... ¿Se habría enamorado de verdad o simplemente estaba confundido?. Verla sonreír era mas importante para el que cualquier carga de culpa.

- Shido – Yayoi golpeo un poco la cabeza de este - ¿me estas escuchando?

- ¿Qué? Ah si! – Shido sonrió – estabas diciendo que han aparecido unos cadáveres cerca del hospital, ¿no?

- Estas mas despistado que nunca – dijo Yayoi cruzando los brazos – es caso de Cain y el Dorado Amanecer te tiene absorto, ¿me vas a contar que te ocurre?

- Nada – Shido se levanto y miro por la ventana - ¿qué tienen de extraño esas muertes? ¿es un Bleed?

- No lo parece – respondió Yayoi moviendo la cabeza – los cuerpos tenían heridas que parecían ser echas por un animal.

- Entonces si no es un Bleed, no me interesa – respondió Shido – sabes que me dedico a cazarlos, los casos normales no me interesan.

- Estas de lo mas escéptico – Yayoi suspiro, el vampiro estaba de lo más intratable – pensé que te ayudaría a olvidarte de todo un rato... Por cierto, ¿ya has encontrado piso?

- Si. Liho esta mirándolo ahora. Nos vendrá un sitio mas grande y además noto que se siente intranquila aquí. Cain no podrá encontrarnos allí.

- ¿El sabe que ella...?

- lo hizo porque sabia que yo no permitiría su muerte. además, lo que dijo.... Cain pudo haberla matado y sin embargo....

- De todos modos, tengo la sensación de que Liho no ha dicho toda la verdad.

Shido se limito a mirar por la ventana. Yayoi tenia razón, Liho ocultaba algo. ¿Qué paso antes de que el llegara a la iglesia? No debía forzarla ha hablar, pero era importante saber aquellas cosas. Explicaría porque Cain estaba tan furioso e intento matarla. ¿Qué estaba tramando Cain ahora?

.............................................................................................................................................

Yokho caminaba por una calle casi desierta. Tenia que trazar un plan para poder hablar con Liho a solas y así descubrir que había pasado en el tiempo que había desaparecido. ¿Estaba bien lo que hacia? Cuando ella acerco los labios a los de el. Este, la sujeto como si fuera lo mas preciado que tenia en el mundo y con miedo a perderla. parecía que lo deseaba desde hacia tiempo. Eran cosas que sentía y que no se atrevía a decir. ¿Qué significaba todo aquello? Había muchos misterios alrededor de ese chico.

Doblo la esquina y se encontró en la gran avenida de la ciudad. A pesar de ser temprano, estaba oscuro. El verano llegaba a su fin y comenzaba el otoño. La gente caminaba tranquila mirando escaparates y realizan las ultimas compras. Algunos ejecutivos entraban en los restaurantes para cenas de negocios y muchas mujeres salían de las cafeterías y se apresuraban a llegar ha casa para poner la cena. Le llamo la atención un hombre rubio que se había fijado en ella y la miraba fijamente. Un escalofrío recorrió el cuerpo de la chica pero estaba segura de que, si investigaba acerca de ese hombre, descubriría la verdad. Tenia ese presentimiento. El hombre parecía haberse percatado de que lo había visto porque desvió su mirada hacia un escaparate y cruzo la calle. Yokho dudo entre seguirle o volver a casa. Aquel hombre, sin saber la razón, la atraía de forma vertiginosa. Desde aquella distancia no pudo distinguir sus ojos, pero parecían de un color claro muy llamativo.

Temerosa dio unos pasos inseguros. ¿Por qué dudaba? ¿Acaso no quería saber la verdad?. No era momento para dudas y miedos. No tenia tiempo de pensárselo dos veces o lo perdería. Cruzo la calle y se puso un par de metros detrás del hombre. Este, al ver la actitud de la joven, sonrió y doblo la esquina. Era extraño, parecía haber estado esperándola. Yokho se acerco hasta el lugar y tímidamente echo un vistazo. Era un callejón oscuro entre dos altos edificios. No tenia salida y al fondo no había ningún movimiento. Ese callejón estaba vacío, el hombre había desaparecido. Aun así, puso un pie en la oscuridad. Su curiosidad era mas poderosa que su cabeza. Esto era demasiado, debía volver a casa. Al darse la vuelta, la voz de un hombre la asusto. A pesar de ser una voz dulce y bonita, estaba llena de oscuridad.