Cain sonreía desde lo alto del campanario. Desde allí dominaba toda la ciudad con la vista. Desde ese punto se sentía poderoso y capaz de todo. Había conseguido engañar a la amiga de esa pequeña vampiro y ahora dominaría la situación. Sin embargo, algo se le escapaba. Observando a Liho pudo ver la confianza ciega que la pequeña tenia en el joven vampiro y como, Shido se sacrificaba por protegerla sin importarle que pasara. ¿Qué era ese sentimiento? Cain no lo conocía.
Escucho un ruido y movimiento a su espalda. Al volverse pudo ver a la joven muchacha apoyada en el dintel de la puerta del campanario, llevaba una camiseta de Cain que le llegaba por los muslos.
- Cain – la joven se acerco - ¿por qué estoy así vestida?
- Te quedaste dormida – respondió este sonriendo. Tenia que ganarse la confianza de la joven – así que te acosté en la cama.
- Ya es de día – comento esta acercándose a Cain y apoyando la cabeza en su hombro. No sabia los motivos de esa acción pero, tenia la sensación de que anoche ocurrió algo y Cain no se molesto al hacer ese gesto. Lo conocía de poco, pero quería confiar en el – quizás debería volver a casa....
- Ahora, esta es tu casa – Cain rozo sus labios con los de ella – quédate conmigo, hasta que caiga la noche.
- Esta bien – respondió ella sonriendo – me quedare contigo.
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Liho no podía conciliar el sueño. A pesar de estar cansada, de tanto darle vueltas al asunto, no conseguía dormir. Shido se encontraba en el otro lado de la puerta. Estaba esperando la pequeña confesión pero Liho tenia miedo de encontrarse con su mirada clara y sincera, tenia miedo de decir lo que el vampiro no quería escuchar. No quería admitirlo, pero Shido estaba mas preocupado por ella de lo que mostraba.
abrió la puerta y echo un vistazo. parecía estar vacío, quizás Shido no estuviera. No era posible, era mediodía y no podía salir, además no la dejaría sola. Camino lentamente y al levantar la vista hacia el sofá, lo vio. Sus cabellos de un suave violeta, parecía cristal. Sus labios rosados parecían estar vivos y su piel blanca era como la porcelana. Liho no sabia si dormía profundamente. Se acerco y se sentó a mirarlo. A pesar de ser una criatura de la noche y de provocar temor a la gente, viéndolo dormir parecía un ángel. Un ángel que había perdido el favor de Dios y condenado a la oscuridad. Eso eran los vampiros pero Shido, parecía tener un brillo especial. Apoyo sus manos a cada lado del sofá y beso a Shido. Este era el primer beso que le daba sin ninguna razón. Normalmente lo había echo para alimentarse un poco cuando no tenia a Yayoi cerca, esto era lo que se llamaba un beso verdadero.
- Cuando te despiertes te contare la verdad – susurro Liho al levantarse.
- ¿Por qué no empiezas ahora? – la voz de Shido sonaba tranquila.
- ¡¿Estabas despierto?! – Liho estaba sonrojada.
- Cuando te oí abrir la puerta de la habitación me desperté – Shido sonrió – parece que has olvidado que tenemos un oído muy fino.
- Ya... Claro – Liho se acerco a la cocina y recogió un poco – supongo que ya sabrás lo quien eres.
- ¿Qué quieres decir? – Shido se incorporo.
- Cain pretende utilizarte – Liho miro al joven vampiro. Permanecía impasible después de lo que le había contado - ¿Es que ni te inmutas? ¿Ya lo sabias?
- Una vez en los muelles una pequeña vampiro me dijo que era el elegido – respondió Shido tranquilo – siempre he sabido que Cain solo se preocupa de si mismo y que no le importa nada, pero.. aquel día en la iglesia....
- Yayoi me dijo que yo estoy en peligro – Liho salió de la cocina y se sentó en la mesa de trabajo de Shido, donde jugueteo con un bolígrafo – creo que no soy la única que ha ocultado algo.
- Aun no me has dicho lo que ocultas – Shido estaba de espaldas a ella. Si quería que le contara algo, el tendría también que contar – El es poderoso. Comparado con el, yo no soy mas que un joven vampiro, un aprendiz. El día que peleamos en el tejado de la iglesia, pudo utilizar parte de su poder. Yo no lo conozco y no se si podré desarrollarlo. Quizás seas poderes distintos a los míos.... A pesar de todos mis años.... Desde que me creo nunca le vi titubear ante nada pero contigo, a pesar de lo que hizo... Liho, Cain no fue capaz de matarte.
- ¡¿Cómo puedes decir eso?! – exclamo Liho sorprendida – sino me hubieras convertido en lo que soy ahora, yo.....
- El no iba a dejarte morir – Shido la miro directamente a la cara – a pesar de todo lo que hizo, el habría echo lo mismo que yo, sino hubiera llegado a tiempo.
- Entonces – Liho se quedo pensativa – todas aquellas veces que me ofreció la inmortalidad... Aquella vez en mi apartamento y en la iglesia.....
- El busca compañero. Ahora eres mas fuerte que antes, pero a la vez eras la mas frágil.
- No entiendo.
- El, como ya sabes, tiene mucho años. Al principio le pasaría como a nosotros. Conservaría sus sentimientos humanos. Con el paso del tiempo los fue perdiendo....
Editado: 07.04.2019