Valtz con un desconocido (Parte II)

Buscaba con la mirada a aquella mujer. ¿Cuál sería su nombre ahora?, ¿Podría ser que lo recordara? Habían pasado tantos años encerrado, y ahora... por fin sería capaz de verla.

Se abría paso entre la gente, hasta que la encontró. Una chica de cabello chocolate con un hermoso vestido rojo, miraba despistadamente a la multitud. Era hermosa, la observo detenidamente, contemplándola. Hasta que ella volteo y sus miradas se cruzaron.

Comenzó a caminar hacia ella. Subió la escalinata.

-Buena noche moya ledy- tomo la mano de ella y le planto un beso.

-Buena noche- respondió.

El adoraba esos ojos amielados que lo observaban con curiosidad.

Asteri esperaba que el antifaz cubriese sus mejillas sonrojadas. No comprendía como un extraño le causaba tal sensación. Ahora que estaba cerca podría observarle a más detalle. Sus ojos carmesí eran tan profundos, su tez era tan pálida. Y sintió su mano tan helada casi como la de un cadáver. Él era muy alto, cabello largo recogido en media coleta, el contraste entre su pálida tez y su cabello oscuro, era algo peculiar. Sabía que a pesar de que el antifaz le cubría parte del rostro realmente era guapo.

-¿Me concedería esta pieza?-el extraño pregunto tendiéndole la mano.

Asteri solo asintió y le sujeto del brazo. Bajaron los escalones. Se colocaron de enfrente. La lluvia tomaba más fuerza y los relámpagos comenzaron a caer.

Comenzó una hermosa canción, parecía que los violines lloraban. El la sujeto con una mano en la cintura. Ella coloco su mano sobre el hombro de él, se alegraba de haberse puesto tacones ese día. Parecía que sus cuerpos encajasen a la perfección como dos piezas de rompecabezas, sus pies se movían como al recordar una vieja canción y tus pies se moviesen solos. Era como si todo eso ya hubiera sucedido.

El corazón de Asteri se encontraba agitado cautivado por ese hombre. No dejaban de verse a los ojos. Se encontraba en una clase de trance, donde solo existían ellos dos, era un vaivén de emociones. El la acerco más a su cuerpo. Ella podía sentir la virilidad de ese hombre contra su cuerpo. Estaban más cercas, ella deseaba el poder tocarlo más.

La canción termino. Y ellos se detuvieron. Los aplausos de la gente la hiso entrar en razón. Las personas los habían rodeado, como si de algún espectáculo se tratara. Ella lo soltó apenada.

Antes de que ella pudiera decir algo. Su padre llamo la atención de los invitados.

-Queridos invitados, les agradezco esta noche por acompañarnos.- comenzó por decir.- Como algunos saben y otros no hoy estamos aquí festejando a mi hija.- volteo hacia ella- Asteri, ven.

Asteri no sabía que sucedía, volteo a ver al hombre. El solo le sonrió, ella camino hacia su padre.

-Como decía- se aclaró la garganta- Hoy estamos aquí para celebrar el compromiso de matrimonio de mi hija Asteri – sonrió, tomo una copa de vino- Salud- la bebió toda de un trago.

Asteri abrió los ojos como platos.

-Espera, ¿Qué?- dijo hecha un mar de dudas.