Nightmare- Pesadilla sin fin.

Tercera Noche

-Despierta, ¿Me extrañaste?- Su rostro sínico aparecía de nuevo.

Alicia despertó de un brinco. Llevo sus manos hacia su cabeza.

-Ya no entiendo nada- contemplaba el vacío - ya no sé qué es un sueño y que es real.-

-Yo solo vengo a ofrecerte lo que más deseas en esta vida- esas palabras como si fueran veneno.

-¿chocolate?- respondió Alicia dudando.

El ente le dio una mirada de "¿enserio wey?"

-Lo que tú realmente deseas es poder sentir-

-¿De que estas hablando?-

-Quieres llenar ese vacío, sentir que eres amada, poder amar-

-¿Para qué quedria eso?- dijo mientras volteaba hacia los lados.

- No por nada decidiste "enamorarte" de él, aunque tú y yo sabes que solo es una obsesión, deseas que él te reconozca, que te diga que te ama, y no es posible, es doloroso, ¿verdad? El que puedas estar junto a él, y él no se dé cuenta de tus intenciones.- Sonreía

-¿A qué quieres llegar con tus explicaciones que no me sirven de nada?- toma aire- Acaso, ¿te me estas ofreciendo? Ni siquiera sé si eres hombre o mujer, o al menos si eres humano.- termina pensativamente.

-¿Acaso eso importa?, tu asesinas sin distinción.-

-Tienes razón- responde sin más.

Se acerca a Alicia por la espalda y le susurra.

-Te daré aquello que deseas, mira hacia enfrente- Ella voltea y ve un enorme castillo.

-¿Yo para que quiero una casa?- Mira al ente.

-Es que aún no has visto lo que hay adentro querida- le sonríe-

Pero no puedes entrar tan desalineada.-

-¿Qué tiene de malo mi ropa?- se mira a sí misma, viste un vestido negro corto con medias rayadas, y el cabello sujeto en una coleta alta- Talvez este un poco manchada de sangre eh de aceptar-

El ente deja escapar un suspiro. Le tapa los ojos con las manos.

Al abrir los ojos de nuevos, Alicia se vio a sí misma, sus ropas habían desaparecido, ahora vestía un hermoso vestido de gala, y su cabello estaba recogido en un elegante tocado, y su labios teñidos de un sutil carmesí.

-¿Qué me has hecho?-

-Solo es para la ocasión- Sonrió.

Tocaron la puerta de aquel lugar.

-Bienvenida a casa, madeimoselle- un hombre para chuparse los dedos abrió la puerta.

-¿Y este quién es?- pregunto Alicia.

- Es tuyo- Sonrió- Al igual que todos ellos- señalo hacia adentro del lugar.

Había cientos de hombres hermosos, uno cada vez más guapo que el anterior, una que otra doncella.

Alicia no tenía la más mínima idea del porqué de todo eso, se adentraron más en el lugar.

-Ahí está tu fruto más anhelado- le señalo a alguien que estaba sentado viendo hacia la chimenea.

-¿Qué?- Sus ojos se clavaron en la espalda de aquel.

El hombre volteo hacia Alicia.

-¡Alicia!- sonrió y se levantó- Al fin has llegado.- se dirigió hacia ella.

-¿Qué haces aquí...?- El la abrazo.

-Creí que jamás llegarías Alicia- La abrazo con más fuerza.

-Pero... Dante, ¿Qué te sucede?- sus ojos mostraban confusión.

-¿De qué hablas Alicia?, dijiste que tenías asuntos que atender, y debías salir del castillo, te estuve esperando todo este tiempo.-

Alicia volteo a ver al ente pero ya no estaba.

-Disculpa Dante, no me siento muy bien, ¿podrías soltarme?-

-¿Estas bien?, ¿sucede algo?-

Alicia empujo a Dante.

-¿Qué si sucede algo?- ríe- Todo esto... ¡No es real!-

-¿De qué hablas Alicia?- pregunta confundido.

Alicia toma un candelabro de mesa.

-Dije que, ¡NO ERES REAL!- Se deja ir contar Dante y golpea su cabeza.

Dante cae el suelo, desmayado por la contusión.

Alicia, lo observa. Su respiración comienza a tranquilizarse.

-¡Dante!- se acercó a él, y lo abraza- Perdóname, no era mi intención- comienza a llorar- lo siento, soy un monstro- empieza a salir sangre de la cabeza de Dante.

-Oh, no- toca el rostro de Dante, Alicia se manchaba de sangre de nuevo- No, no, no... ¡NO!- Grito de desesperación.

Su llanto aumentaba al igual que la sangre que emanaba.

-Ah... ¿pero qué hiciste Alicia?- la voz del ente resonaba.

-No lo sé- volteo para buscarle- Sé que estas aquí, ayúdalo, no dejes que muera.-

-¿Por qué haría eso?, ¿Qué me das a cambio?-

-No tengo nada de valor, ¿Qué puedo darte?- su llanto comenzaba a cesar.

- A ti- Se materializa de la nada.

-¿Qué?- suelta el cuerpo de Dante, y se incorpora, comienza a reír - Que chistoso, primero me dices que esto y aquello no existe, que me darás lo que quiero, y ahora dices que me quieres a mí- su rostro se torna serio drásticamente- Yo no seré de nadie y no recibiré ordenes tuyas- toma el mismo candelabro y se acerca corriendo al ente y le golpea.

Pero el ente ni se inmuta, si no que empieza a reír.

-Cada vez se te es más fácil atacar- ella solo estaba confundida- Eso me servirá para cuando regrese por ti-



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En el texto hay: yandere, demencia, gore

Editado: 20.02.2019

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