La alarma sonó, haciéndola despertar, froto sus ojos. Se incorporó, para apagarla. Se asomo por la ventana de su habitación, el sol ya comenzaba a salir. Se dirigió hacia el baño.
Se desvistió, solo se quitó el camisón para dormir, y las pantis. Dormía sin alguna clase de sujetador ya que le calaba la varilla.
Se metió a la ducha, dejo que el agua caliente cayera sobre su cuerpo.
-Siento que mi mente explotara- suspiro- Yo no soy capaz de cometer semejante barbarie, o ¿si?-
Alicia estaba tan sumergida en sus pensamientos que no notaba la temperatura alta del agua. Vio sus manos, sus dedos ya se habían arrugado.
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Alicia bajo las escaleras, un delicioso aroma emanaba de la cocina.
-Buenos días, Alicia- Una mujer de treinta y tantos, dijo, mientras le sonreía.
-Buen día mamá- respondió Alicia con desanimo.
Por alguna extraña razón Alicia sentía que algo no cuadraba, todo estaba "bien", se sentía inquieta.
-¿Qué sucede Alicia?-
-Nada-
-Dime, mira te eh preparado hotcakes, siéntate a desayunar, antes de que te vayas a la escuela.-
-Bueno- dijo tomando asiento- Solo... siento que algo no está bien...-
-¿De qué hablas? Todo está p-e-r-f-e-c-t-o, Alicia –sonrió, tendiéndole un plato con comida.
-Gra... - Alicia observo el plato, eso definitivamente no eran hotcakes, una sustancia viscosa rojiza de la cual resaltaba un ojo de color castaño -¿Madre?- Voltio a verla.
Una sonrisa desbordante tenía la madre. Y las cuencas de sus ojos estaban vacías.
Alicia trago en seco.
-Vamos Alicia comételo todo- dijo amablemente- está hecho con amor, una parte de mí.
Alicia apretó con fuerza el tenedor entre sus manos.
-Se me hace tarde...- balbuceo- Creo que ya me voy a la escuela-
-¿No comerás lo que prepare para ti, Alicia?- Su sonrisa desapareció.
- Eh, cuando vuelva.- Se apresuró a dirigirse hacia la salida.
Un llanto comenzó a hacerse audible.
-¡¿Por qué nunca aprecian mis hijos lo que hago por ellos?!- Comenzó a sollozar la madre.
Alicia volteo hacia atrás. Su madre ya no era más ella. Parecía un conjunto de órganos viscosos palpitantes que se acercaba hacia ella.
Alicia abrió la puerta, pero vaya sorpresa. No había nada. Solo un vacío.
-¡ALICIA!- una mano salió de esa cosa viscosa para sujetarla.
Alicia no lo pensó más y dio un paso afuera de ese lugar, cayendo hacia el vacío.
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La luz le daba en la cara. Haciéndola abrir los ojos. Se incorporó sentándose.
-Joder- mascullo, llevándose las manos a la cabeza, su cabeza pulsaba de dolor.
Observo a su alrededor, se encontraba en un tipo de bosque. Solo veía más y más pinos.
Intento trepar uno, pero eran demasiado altos. Comenzó a caminar para no desesperarse, camino y camino por horas. El sol comenzaba a ocultarse, su cansancio ya era notable, sus labios ya se sentían secos, ni siquiera había encontrado un riachuelo para beber, ni que se diga de la comida, a pesar de que el hambre aumentaba, le daba asco con tan solo recordar lo de la mañana.
Se recostó contra el tronco de un árbol. Su pecho comenzaba doler.
-¿Por qué ahora?- trato de contener el dolor.
Un ruido extraño hiso que se sobresaltara.
-¡¿Tu, otra vez?!- exclamó Alicia.
Editado: 20.02.2019