Nightmare- Pesadilla sin fin.

Duodecima Noche

Acariciaba al gato negro el cual dormía sobre su regazo, Alicia estaba sentada  en el porche de esa casita de campo, había hermosas flores en el jardín, la casa estaba amurallada por arbustos enormes.

Dejo escapar un suspiro, estiro los brazos y se dejó caer hacia atrás. Era un día muy bonito. El vestido blanco era fresco, sentía la brisa entre sus pies descalzos.

El gato dio un respingo de la nada y salió corriendo.

-¡Hades!- se levantó.

El gato se dirigía al exterior.

-¡Hades!- corrió detrás del gato- ¡Vuelve!

El gato no debía salir, podrían atropellarla algún desquiciado o un perro atacarla. No podría resistirlo. Aunque era poco probable que hubiera carros ahí.

Volteo a los lados. Vio a Hades entrar a una casa ajena.

Camino hasta ahí, toco sin recibir respuesta.

-Vaya sorpresa, la puerta está abierta- la empujo poquito.- Esta mal que entres Alicia- se dijo a si misma- Pero Hades puede hacer un desmadre.-

Entro.

La casa era de un color rosa brillante, las macetas estaban colocadas de una forma meticulosa. Era como una casa de muñecas demasiado rosa y brillos. Camino de una forma sigilosa, el que no haya recibido respuesta no significaba que la casa estuviese sola, así que debía ser precavida.

-Hades…- tratando de susurrar- hades…-

La puerta que daba al interior de la casa también estaba abierta, se asomó y vio a Hades en las escaleras.

La puerta hizo un leve rechinido. Vio a su alrededor, era una casa peculiar, cada habitación era de un color diferente, pero todos los muebles, piso y demás era del mismo color de la habitación.

Se acercó a las escaleras.

-Hades… vámonos antes de que nos metamos en problemas- extendió su mano para tomarla.

Hades parecía divertirse con la situación así que brinco de escalón en escalón, esquivándola.

-Eres una niña mala – le saco la lengua.

Alicia sintió como su corazón se aceleró al escuchar pasos en el piso de arriba. “Tenía razón, si había alguien, ahora me arrestaran por allanamiento de morada, iré a prisión, solo me violaran en el mejor de los casos” abrazo a Hades, y salió disparada de ahí, la puerta azoto, y ella solo pudo seguir corriendo.

Se detuvo y tomo aire al llegar a los arbustos de su casa.

Hades le dio un mordisco en la mano para que la soltara,  y se  sentó en el porche a lamberse la cola.

Alicia volteo hacia esa casa. 

Había alguien en la ventana del segundo piso observándola.

-Demonios…- Alicia abrió los ojos de par en par- No es posible que se  haya dado cuenta que entre…-

La casa que estaba observando se veía diferente, ya no era rosa, estaba decolorada, vieja, partes rotas, las plantas muertas…, la persona de la ventana seguía ahí, observándola, le sonrió a Alicia y su cabeza giro completamente. Alicia se froto los ojos al pensar que había visto mal. Pero ya no había nadie ahí…

El frio que sintió en su nuca, la hicieron voltear, una cabeza torcida, un cuerpo deforme, Alicia no lo pensó y empezó a correr por la larga calle.

La “persona” bramaba, gritaba como una mujer, corría detrás de ella con las piernas torcidas, cada parte de su cuerpo estaba torcido.

Alicia corrió y corrió,  el camino se adentraba en la neblina, ya no era más un día soleado, había dejado atrás la zona de casas, pero la “persona” seguía persiguiéndola, la neblina cada vez era más espesa, ya no podía ver, pero escuchaba los bramidos cada vez  eran más cercas, “Eso te pasa por meterte a casas ajenas, no es como si le hubiera robado algo”, se aferró al suelo con los dedos del pie, al casi caer a un precipicio mientras corría, sus pies sangraban por las cosas que había pisado.

Podía alcanzar a ver a la cosa torcida, estaba atrapada, era saltar o esa cosa…

Salto al vacío.

 

.-.-.-.-.--.-.-.

Abrió los ojos.

“Que sueño tan mierda” se dijo a sí misma.

 Trato de levantarse, pero estaba rodeada por un brazo fuerte. Levanto las sabanas, estaba desnuda… “¡¿Qué has hecho Alicia?!”…pero reacciono al ver su pecho vendado, y ver el reloj de Orfeo sobre esa mano.

Aun así la situación era extraña, pero agradable, sintió la respiración de Orfeo sobre su cuello, un cosquilleo le invadió el cuerpo, haciendo que se sonrojara.

Decidió que se quedaría así por un rato más.



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En el texto hay: yandere, demencia, gore

Editado: 20.02.2019

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