Nightmareland

La cosa con Sarah

Las horas pasaron, el tío Frank y papá eventualmente acabaron su pequeña pelea, escucho el timbre de la puerta sonar, dejé el grimorio de mamá en su lugar para después bajar las escaleras y abrir la puerta.

- ¿Sarah? ¿Qué haces vestida así?- pregunté viendo que la rubia llevaba puestos unos lentes de sol enormes, un sombrero playero gigante y bufanda que le cubrían casi toda la cara

- no quiero que nadie me reconozca, tengo una reputación que mantener ¿Sabes Drake?- dijo entrando rápidamente a la casa

- solo entra de una puta vez- dije frunciendo el ceño

- hola, sobrino ¿Quién es tu....¿Amiga?- escuché decir al tío Frank

- tío Frank ella es Sarah, la compañera de la que te hablé- hablé entre dientes rogando para que este momento incómodo acabe

- encantado señorita- dijo mientras besaba su mano

- igualmente- respondió con desinferencia ella

- ven, antes de que esto pase de incómodo a hiperincómodo- sugerí subiendo las escaleras siendo seguido por Sarah

Una vez dentro del cuarto cerré la puerta para después sacar mis libros de la mochila, sentía la mirada de la rubia parada frente a mí, aún no se había movido de su lugar.

- ¿Vas a sentarte o te quedarás viéndome todo el tiempo?- pregunté rompiendo el hielo que se había formado

- no me des órdenes Drake, lo haré pero no porque me lo digas- de quejó mientras se sentaba a mi lado

- si claro, lo que tú digas

Las horas pasaron más rápido de lo que pensé, Sarah es mucho más inteligente de lo que creí, los ejercicios matemáticos le salen casi naturales, aunque no hemos hablado mucho puedo notar que su personalidad es muy distinta que la que muestra en la escuela.

- ¿Vegetales otra vez? Comimos eso ayer- la voz del Frank resonó desde la cocina

- ¿Tú pagas la comida? ¿No? Entonces cállate y ayúdame a picar- respondió mi padre

- no sé cómo tú hijo aguanta vivir contigo- se quejó de nuevo

- ¿Siempre se llevan así de bien?- preguntó la rubia viendo el libro con las ecuaciones

- siempre es quedarse corto, papá y el tío Frank no concuerdan en casi nada- contesté

- ¿Y no te harta escucharlo todo el día así?- volvió a preguntar algo frustrada

- no, los amo a ambos, además sus peleas son divertidas una vez que te acostumbras- comenté soltando una risa

- pues yo ya los habría matado- comentó mientras pasaba el borrador por la hoja con desespero

- oye relájate la hoja no va resistir si la sigues abusando asi- comenté poniendo mi mano sobre su antebrazo

- como sea- dijo con molestia separando su antebrazo de mi- ya es tarde, terminamos la tarea mañana

Apenas pude responder a eso antes de que ella saliera por puerta, suspiré dejando el lápiz en la cama, la primera vez que pude conocer una versión diferente de Sarah regresa a ser la misma que conozco. Luego de darme una ducha rápida me acosté en mi cama completamente rendido, mi cabeza pesaba por todas las ideas en ella ¿Por qué de repente sentía tanto interés por Sarah y lo que le pasaba? ¿Qué estaba pasando? Las cucarachas, el miedo del hospital. Luego de buscar posibles respuestas me entregué a los brazos de Morfeo callendo completamente dormido.

- ¿Que estás mirando ahora? Ponte a trabajar- escuché decir al hombre frente a mi

- ¿Que habrá ahí? ¿Más allá del bosque, padre?- pregunté

- lo mismo que hay en todos lados para la gente como nosotros, vacas, cerdos, sangre y sudor- respondió toscamente mientras barría las menudencias del animal que acababa de matar

- debe haber más, se que si, no puede ser solo eso- objete viendo fijamente el sol asomarse desde la ventana

- puede que si, pero no para nosostros, nuestro deber es criar animales, matarlos y vender su carne en el mercado

Desperté con la respiración agitada, estaba sudando ¿Que había sido aquel sueño? No tenía la más pálida idea, lo único que sabía era que no quería volver a tenerlo, revisé la hora en mi teléfono, aún era muy temprano. Aproveché la paz y tranquilidad para ducharme y desayunar antes de que los dos niños con los que vivo despierten. Los podía ver desde mi asiento en la isla de la cocina, acostados uno junto al otro con sus platos en mano, se había dormido viendo la ley y el orden, el único momento del día en el que no estan discutiendo. Una vez estaba listo para ir al colegio deposité un beso en la cabeza de mi padre y otro en la de Frank.

- nos vemos papá, nos vemos tío Frank- dije antes de salir sigilosamente de la casa

El cielo estaba aún oscuro, con leves tonos naranjas asomándose lentamente en el horizonte, me recuerda tanto a aquel sueño, era tan real, como si lo hubiese vivido yo mismo. Decidí no darle más vueltas al asunto, lo que menos necesito son más problemas en los cuales pensar, mientras caminaba observaba las casas, todas en silencio. Esa mañana decidí tomar el camino largo, por la parte rica del pueblo, papá y yo solíamos andar en bicicleta por aquí cuando era más joven.

- ¿Estás terminando conmigo acaso?- escuché la voz de Sarah resonar en el aire, por lo que decidí esconderme para no ser visto

- sé que es difícil de entender pero... Es lo mejor Sarah- dijo Dustin con su cara seria y preocupada

- pero no lo entiendo, ¿Qué pasó?- preguntó lágrimas en los ojos

- nada es solo que... Tu has cambiado, ya no eres la persona de la que me enamoré, te quiero, pero ya no te amo, por eso prefiero dejar nuestra relación aquí, antes de que acabemos con el afecto que nos tenemos

- ¿Te gusta otra? ¿Es eso cierto?- replicó la rubia, cada vez más alterada

- ¡No! Pero ya no me siento cómodo con esta relación- volvió a decir

- pero Dusty yo...yo te amo- afirmó la rubia poniendo sus manos en rostro del chico

- no, Sarah, tu amas la idea que tienes de mí, amas como nos vemos juntos, pero no me amas a mí, es una ilusión, un espejismo que ambos creamos para ignorar lo miserables que somos

- ¿Eso fuí para ti? ¿Una salida fácil de tus problemas?- cuestionó dejando caer lágrimas




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