Nightmareland

Asesina

Luego de una pequeña y rápida explicación sobre lo que había pasado el tío Frank me ayudó a cargar a Lucien, que seguía inconsciente, hasta al sofá y recostarlo. Escuchaba la voz de papá regalándome por mí imprudencia, o algo así, sinceramente no estaba prestando atención, lo único que me importaba era saber por qué Lucien no despertaba.

- entonces ¿Tú amigo es un vampiro y lo mordió un hombre lobo?- preguntó Frank mirándome preocupado

- sí, o bueno eso creo, en el bestiario de mamá dice que los vampiros pueden convertirse en criaturas gigantes con alas- respondí con la voz algo temblorosa

- ¿Por qué no me llamaste hijo? ¿Y si te pasaba algo?- resonó la voz de Ezra

- pero no pasó, bueno, no a mí- dije señalando a Lu aún inconsciente

Escuché como mí tío inhalaba una profunda bocanada de aire para después soltarla en un suspiro ruidoso. Eso definitivamente no podía ser bueno.

- pues debió ser un lobo muy poderoso para dejar en este estado a tu amigo- comentó con la mirada seria- muéstrame la herida

Sin esperar más me dispuse a levantar la manga de la camisa de Lucien, un fuerte y asqueroso hedor inundó mis narices, olía como a carne podrida, pero ¿Cómo era posible? No había pasado ni una hora desde que lo mordieron. Tuve que apretar fuerte la mandíbula para evitar vomitar.

- principiante- escuché la voz sacarrona de Frank- ¿Sabes cómo curar la mordida de un hombre lobo?

- ¿Que no los vampiros pueden regenerarse?- pregunté confuso

- Sí, pero no con las mordidas de hombre lobo, son una de las pocas cosas que pueden matarlos- ay carajo

- ¿Dijo m-matar?- cuestioné completamente asustado mirando a mi padre

- ¡Ey! Concéntrate, aún tenemos algo de tiempo para evitar que el veneno se disperse- replicó chasquedando sus dedos para llamar mi atención- yo te ayudaré

- si, lo siento, ¿Qué debo hacer?- pregunté agitando la cabeza

- primero, pon tus manos sobre su herida haciendo presión- explicó mientras yo hacía casaso- ahora debes decir esto "Invoco sanationem incantationis"

- Invoco sanationem incantationis- repetí prestando suma atención a la pronunciación y acentuación

- "Ad sanandum hoc Pugnator"- continuó Frank

- Ad sanandum hoc Pugnator- repetí con la voz algo temblorosa

- bien ahora repitamos los dos juntos, una, dos, ¡Tres!- dijo en un grito

- Invoco sanationem incantationis, Ad sanandum hoc Pugnator- dijimos ambos al unísono comenzando a repetir el encantamiento una y otra vez

La casa lentamente comenzó a temblar, sentía como un poder, más grande del que jamás había tenido, lo sentía dentro de mí. Una luz dorada y mágica salió de nuestras manos, iluminando la oscura habitación por completo, mientras nosotros seguíamos con nuestro cántico sin parar. Después de unos minutos paramos nuestras voces y la luz dorada desapareció, así como también el olor a carne podrida, al levantar las manos vimos que la herida estaba completamente cerrada, el único rastro que había de ella era una ligera cicatriz aunque parecía más una hecha por un perro que un lobo.

Una sonrisa amplia se dibujó en mis labios mientras abrazaba fuerte al tío Frank, quien respondió a mi abrazo algo sorprendido, no era muy cariñoso que digamos.

- gracias por la ayuda tío, no se cómo lo habríamos salvado sin ti- respondí feliz

- si... No hay de qué sobrino- musitó sin quitar su cara de sorpresa- tu amigo estará bien, solo hay que darle tiempo para que descanse

- ¿Puedo quedarme con el hasta que despierte papá?- pregunté usando la sonrisa más chantajista que tenía

- buen intento, pero tú ya te has metido en suficientes problemas pequeño, ahora ve a alistarte para la escuela, yo cuidaré de Lucien- mierda

- pero es mí cumpleaños papá- insistí

- no me interesa irás a la escuela- maldición si que esta enojado

- tío Frank ¿Tu no dirás nada?- pregunté cómo último recurso

- a mí ni me mires, no pienso meterme en esto, además tu padre tiene razón

- increíble, la única que vez que quiero que estés en desacuerdo con papá me das la espalda- gruñí mientras me levantaba caminando a las escaleras

- Kai- me llamó mí padre desde atrás a lo cual me volteo y camino hacia el- feliz cumpleaños cariño- sonríe cálidamente dándome una cajita- no puedo estar enojado contigo

- oh papá- musité mientras lo abrazaba con ternura- ¿Eso significa que puedo faltar hoy a clases?

- buen intento pero no funcionará- respondió aún sonriendo y con voz calmada

- demonios- gruñí para después soltar una risa y subir a mí cuarto

Una vez en mí habitación empecé a quitarme mí sucia y rota pijama, después de darme una ducha relajante salí del baño y observé mis piernas, brazos y torco cubiertos por pequeñas cortadas, sin mencionar el enorme ematoma en la zona de mis costillas, todo eso por y aún así aquí estoy, vivito y coleando.

- te gané hijo de puta- sonreí mientras posaba frente al espejo, flexionando mis brazos como esos chabones que aparecen en tiktok

Después de jugar un rato y apreciar me a mí mismo, procedí a vestirme para la escuela, el outfit de hoy serían unos pantalones vaqueros, una camiseta blanca lisa, por encima una camisa a cuadros roja y para finalizar mis clásicas zapatillas converse.

- ¿Que dices Dusty? Si ya sé que me veo fabuloso, ¿Quieres besarme aquí?- hablé para mí reflejo poniendo la cara más seductora que se hacer

Comencé a reír a carcajadas por mis propias tonterías, creo que haber estado tan cerca de morir y sobrevivir es lo que me puso de tan buen humor. Claro hay un lobo asesino suelto y una extraña secta satánica que hace cosas raras con almas pero como sea, la vida es solo una, "si te pasas toda la vida pensando en lo malo te pierdes lo bueno" eso dice mí papá siempre. Lo cual me recuerda que debo abrir su obsequio, tomé la pequeña caja y al abrirla mis ojos casi brillaron, cual personaje de anime, al ver un hermoso collar con un cuarzo negro tonos violetas en el. Sin esperar me lo puse, así juego con mi look de hoy.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.