Capítulo 5: A las Puertas de Avernus

Capítulo 5: A las Puertas de Avernus

El viaje hacia Avernus fue largo y peligroso. Daniel y Elara cruzaron tierras plagadas de horrores, desde bosques infestados de monstruos hasta aldeas destruidas, donde los cadáveres de los habitantes colgaban como advertencias para los viajeros.

Elara había hablado de Avernus como un lugar maldito, donde los lamentos de las antiguas batallas entre la luz y la oscuridad todavía resonaban en el aire. Nadie en su sano juicio se acercaba a esas tierras, y los pocos que lo hacían rara vez regresaban. Pero para Daniel, aquello solo significaba una cosa: oportunidad.

Después de semanas de viaje, finalmente llegaron a las fronteras de Avernus. El paisaje era desolador, casi irreal. Los cielos estaban siempre oscuros, incluso en pleno día, y una niebla espesa cubría el suelo, dificultando la visibilidad. En la distancia, Daniel pudo divisar la torre de los nigromantes, una estructura colosal y retorcida, que se elevaba hacia el cielo como una garra negra que intentaba rasgar el espacio.

Los dos se detuvieron y miraron la gran torre con asombro "Ahí está", murmuró Elara, deteniéndose a la entrada de Avernus.continuo hablando en voz aspera, un susurro "La Torre de Umbraal. Los antiguos nigromantes gobernaban desde allí, controlando a los muertos y desatando poderes inimaginables. Pero también es un lugar lleno de trampas y guardianes. No será fácil entrar." dijo con la voz cada vez mas silenciosa.

Daniel la observó con calma. "Nada que valga la pena lo es. ¿Qué sabes de los guardianes?" pregunto con curiosidad.

Elara frunció el ceño, recordando lo que sabía y respondio "Los nigromantes eran paranoicos por naturaleza. Crearon criaturas de pesadilla para proteger la torre, y sellaron los niveles más profundos con magia oscura. He escuchado historias de espíritus vengativos, sombras vivientes, y constructos hechos de huesos y almas. Además, hay trampas mágicas que podrían desintegrarnos en un instante." termino de explicar y miro de manera curiosa a Daniel que no reacciono ante estas cosas reveladas.

Daniel asintió, procesando la información. "Entonces, deberemos ser cautelosos. Pero con lo que ya hemos aprendido, y con el poder que adquiriremos dentro de esa torre, podremos enfrentarlos." dijo simplemente, como si entrar a una torre llena de magia negra mortal, fuera lo mas normal de mundo.

Con la mirada en blanco de Alara y un Daniel despreocupado, ambos cruzaron el umbral de Avernus, adentrándose en el corazón de las tierras malditas. La atmósfera cambió de inmediato. El aire era denso, cargado de energía oscura, y cada paso que daban hacía que las sombras a su alrededor parecieran moverse, como si los observaran.

Conforme avanzaban, Daniel comenzó a notar la influencia de la nigromancia en el entorno. Los árboles, marchitos y retorcidos, parecían moverse ligeramente, como si estuvieran vivos pero atrapados en un estado entre la vida y la muerte. En el suelo, pequeños destellos de luz se deslizaban entre las raíces, como almas perdidas que intentaban escapar.

Daniel no pudo evitar hablar "Este lugar... es una fuente de poder oscuro", comento a la ligera, sintiendo cómo la energía fluía hacia él. "Es como si las propias sombras estuvieran vivas." termino de hablar con la voz clara de asombro.

Alara asintio y saco su pecho para decir "Lo están", respondió en voz baja. "La nigromancia aquí es tan fuerte que incluso el paisaje está corrupto. Pero también significa que nuestras habilidades serán más potentes. Deberás aprovechar cada fragmento de poder que encuentres." dijo con calma, pero para Daniel era como si esta mujer fuera un borracho. Cada paso que da es como si estuviera rosada.

Daniel asintió sin comentar por el caminado presumido de la mujer, que es ridiculo, cerrando los ojos por un momento para concentrarse. Sintió cómo la energía oscura de Avernus resonaba con su propio poder, fortaleciéndolo. Con cada paso, se sentía más conectado con el lugar, como si la tierra misma lo aceptara como uno de los suyos.

Después de horas de caminata, finalmente llegaron a las puertas de la torre. La estructura era aún más imponente de cerca. Los muros negros estaban cubiertos de inscripciones arcanas que brillaban con un resplandor siniestro. Las puertas, enormes y forjadas en hierro oscuro, estaban decoradas con calaveras y símbolos de muerte.

Elara dijo "Estamos aquí". "Pero no sabemos qué nos espera dentro." , su voz tensa

Daniel sonrió levemente. "Sea lo que sea, lo enfrentaremos juntos. Ya hemos llegado demasiado lejos para retroceder ahora." dijo tratando de aligerar el ambiente.

Elara asintió, y con un gesto de su mano, comenzó a deshacer los sellos mágicos que mantenían las puertas cerradas. Las runas brillaron intensamente por un momento antes de desvanecerse, y las puertas se abrieron lentamente con un chirrido que resonó en el silencio de la noche.

Dentro, la torre estaba envuelta en oscuridad, pero una oscuridad que parecía tener vida propia. Las sombras se retorcían y serpenteaban por las paredes, y un aire helado se arrastraba por el suelo. A lo lejos, Daniel pudo escuchar el retumbar de pisadas, aunque no había nadie visible.

Elara no pudo evitar murmurar mientras avanzaban. "Este lugar está lleno de magia oscura", "Debemos mantenernos alerta. Cualquier cosa puede atacarnos en cualquier momento." dijo con una cara tensa y ojos verdes brillosos.

Mientras exploraban los corredores de la torre, la tensión crecía. El silencio era abrumador, roto solo por el sonido de sus pasos y el ocasional crujido de huesos bajo sus pies. A medida que descendían más profundamente en la torre, comenzaron a encontrar pertenencias de los antiguos nigromantes: libros polvorientos, esqueletos encadenados a las paredes, y urnas que contenían cenizas malditas.

Mas adentro de la torre, llegaron a una gran sala, el corazón de la torre. En el centro de la sala, una fuente de energía oscura brillaba intensamente, rodeada de cráneos flotantes que emitían un resplandor siniestro. Pero no estaban solos.