Capítulo 6: Los Secretos de Umbraal

Capítulo 6: Los Secretos de Umbraal

Después de absorber la energía oscura de la fuente en el corazón de la torre, Daniel sintió una transformación profunda en su ser. Su conexión con la nigromancia se había fortalecido hasta niveles inimaginables. Ahora, su poder parecía ilimitado, como si pudiera moldear la oscuridad misma a su voluntad. Sin embargo, con ese poder también vinieron las sombras, susurros de antiguos nigromantes que una vez habían dominado la torre de Umbraal. Eran voces que prometían más fuerza.

Elara, aunque también exhausta, lo observaba con una mezcla de respeto y preocupación. Sabía que Daniel estaba cruzando una línea peligrosa, una línea que pocos podían cruzar y regresar intactos. A pesar de eso, su lealtad hacia él seguía firme. Ambos compartían una ambición, una necesidad de superar los límites del poder y desafiar el mundo en el que vivían.

Elara pregunto "¿Cómo te sientes?" mientras se acercaba a Daniel, quien todavía estaba procesando la energía que había absorbido.

Daniel abrió los ojos, ahora brillando con un tenue resplandor oscuro. "Más fuerte que nunca", respondió, su voz resonando. "Pero también más consciente de lo que está en juego. Esta torre guarda secretos que aún no hemos descubierto, y sé que dentro de ella yace el verdadero poder que buscamos." termino de hablar con una cara decidida.

Elara asintió, sabiendo que no había tiempo para descansar, volvio hablar. "Entonces sigamos adelante. Hemos vencido al primer guardián, pero hay más peligros por delante. Debemos estar preparados para cualquier cosa." dijo en un tono de advertencia.

ambos continuaron su exploración de la torre. Los pasillos se volvían cada vez más oscuros y angostos, y la sensación de estar siendo observados se intensificaba. Daniel podía sentir la presencia de las almas atrapadas en la torre, espíritus inquietos que no habían encontrado paz desde que los nigromantes cayeron.

Al girar una esquina, se encontraron con una gran puerta de piedra, adornada con símbolos arcanos que brillaban con una luz espectral. Era evidente que lo que había detrás de esa puerta era de suma importancia.

Elara murmuró "Este es el siguiente umbral", examinando los símbolos. "Los nigromantes sellaron esta puerta para proteger algo. Debemos romper los sellos, pero hacerlo desencadenará defensas aún más letales que las que hemos enfrentado." dijo en un tono realizado y no se olvido de recordar los peligros de esos muertos codiciosos.

Daniel, sin embargo, estaba decidido. "Entonces lo haremos. No podemos retroceder ahora. Lo que hay detrás de esta puerta podría ser la clave para desatar todo el poder de Umbraal." dijo sin siquiera tomar en cuenta las preocupaciones de Elara. Esto la molesto mucho, aun asi no tiene la fuerza o el coraje para decirle nada y con eso, Daniel y Elara comenzaron a trabajar juntos para deshacer los sellos. Cada uno de ellos requería una combinación de magia oscura y sacrificios simbólicos. Usaron fragmentos de los esqueletos que habían encontrado, ofrendas de sangre de animales y bichos, y la energía residual de las almas que Daniel había absorbido. El proceso fue agotador y doloroso, pero finalmente, los sellos comenzaron a romperse uno por uno.

Cuando el último sello se desintegró, la puerta de piedra se abrió lentamente, revelando una cámara interior que estaba sumida en una oscuridad casi tangible. En el centro de la sala, rodeado por pilares de huesos, había un altar antiguo. Sobre el altar, un objeto brillaba débilmente con un resplandor malvado: un grimorio negro encuadernado en piel, con runas que se movían y cambiaban de forma en su superficie.

Elara dio un paso adelante, sus ojos fijos en el grimorio. "Ese es el Codex Umbra, el libro de hechizos prohibidos de los nigromantes. Contiene conocimientos y conjuros que podrían destruir reinos enteros... o corromper a quien los use." los ojos nunca abandonaron el libro y cada vez se acercaba mas.

Daniel también sentía la atracción del libro, como si este le susurrara promesas de poder inimaginable. Sabía que el Codex Umbra era lo que había estado buscando, el verdadero corazón de la torre de Umbraal.

Daniel, hablo "Este libro... será la clave para dominar todo el mundo", dijo, avanzando lentamente hacia el altar. "Con su poder, nada podrá detenernos." termino con una sonrisa llena de placer.

Pero antes de que pudiera tocar el grimorio, una figura apareció de las sombras. Era un ser alto y encapuchado, con un cuerpo envuelto en oscuridad pura. Sus ojos brillaban con una luz rojiza, y su presencia emanaba una energía aterradora.

La voz del ser resonó en la sala, "¿Quién osa profanar la tumba de los nigromantes?" termino de hablar con una voz profunda y llena de malicia. "¿Creen que pueden reclamar el Codex Umbra sin pagar el precio?" pregunto en un tono amenazante.

Elara se puso en guardia inmediatamente, y Daniel sintió que su corazón se aceleraba. Este no era un simple guardián. Este era un antiguo nigromante, uno que había ligado su alma a la torre para proteger su legado.

Daniel respondió con firmeza"Somos los herederos de tu poder" dijo con valentia tratando de mantener la calma. "Hemos venido a reclamar lo que nos corresponde." termino de decir con una confianza falsa que fue visto por la figura.

El nigromante soltó una risa oscura. "Herederos, dices... ¿Crees que eres digno de portar el conocimiento que este libro contiene? ¿Crees que puedes dominarlo sin que te consuma? Si deseas el Codex Umbra, deberás demostrarlo." al terminar de decir esas palabras, el nigromante levantó su mano, y de las sombras emergieron figuras retorcidas, antiguos guerreros y magos caídos que habían sido corrompidos por la magia oscura. Sus cuerpos estaban cubiertos de huesos y fragmentos de armadura, y sus ojos brillaban con un hambre insaciable.

Daniel y Elara se encontraron rodeados. No había escapatoria, solo un enfrentamiento directo. Sabían que este combate sería decisivo.Elara no pudo evitar hablar "No nos dejarán tomar el Codex sin una lucha, mientras comenzaba a conjurar un hechizo defensivo.