Nigromante del mundo oscuro

Capítulo 7: La Sombra del Traidor

Capítulo 7: La Sombra del Traidor

Con el Codex Umbra en manos de Daniel, la atmósfera en la torre de Umbraal se había vuelto aún más pesada, como si el propio lugar reconociera a su nuevo maestro. Sin embargo, a medida que él y Elara descendían hacia las profundidades de la torre, ambos sabían que el poder que ahora poseían traería consigo peligros aún mayores.

La conexión de Daniel con la nigromancia se había profundizado al punto de que podía sentir el flujo de almas a su alrededor, como si la muerte misma le susurrara al oído. Cada paso en la oscuridad resonaba en su mente como un eco de antiguos conjuros. Pero, a pesar de la creciente sensación de poder, había algo más en el aire. Una presencia que lo inquietaba, como si fueran observados no solo por las sombras, sino por alguien con intenciones maliciosas.

Elara también parecía estar alerta, aunque intentaba ocultarlo. Su mirada se deslizaba hacia los rincones oscuros de la torre con mayor frecuencia, y su respiración se volvía más controlada, como si intentara prepararse para lo inesperado.

Elara hablo "Algo no está bien. Puedo sentirlo... alguien nos sigue." dijo ella en voz baja mientras cruzaban un puente que conectaba dos secciones de la torre.

Daniel asintió. También lo había sentido. "No son los espectros de la torre. Es otra cosa. Más astuta, más peligrosa." dijo en reconocimiento a la advertencia de Elara.

El silencio se hizo más denso entre ellos, roto solo por el crujido de la piedra bajo sus pies. Pero entonces, una voz familiar resonó desde las sombras "Siempre tan cautelosos, ¿no es así, Daniel?" dijo la voz y de la penumbra emergió una figura, una que ambos reconocieron de inmediato. Era Marek, un antiguo aliado de Daniel antes de su llegada a Umbraal. Marek había sido un guerrero oscuro, un mercenario que había vendido sus habilidades al mejor postor, siempre dispuesto a cambiar de bando si el precio era el correcto.

Daniel pregunto "¿Marek?í. ¿Qué haces en Umbraal? Pensé que habías abandonado la causa hace tiempo." dijo sorprendido al verlo aqui.

Marek esbozó una sonrisa torcida. "Oh, lo hice. Pero entonces escuché rumores sobre un poderoso nigromante que se dirigía hacia la torre. Alguien que estaba dispuesto a desafiar a los mismos dioses por poder. No podía dejar pasar la oportunidad de unirme a la fiesta, ¿no?" pregunto con fanfarronia.

Elara dio un paso adelante, sus manos listas para conjurar un hechizo. "Si estás aquí para traicionarnos, Marek, te destruiré antes de que puedas hacer un solo movimiento." dijo con una voz asesina y esto hizo que Marek retrocediera unos pasos y levantó las manos en un gesto de paz. "Calma, calma. No estoy aquí para pelear. Bueno, no inmediatamente, al menos. Solo quería ofrecerte un trato, Daniel." dijo com una voz de vendedor, tratando de convencer a Daniel.

Daniel cruzó los brazos, observando a Marek con desconfianza. "¿Qué clase de trato?" pregunto con cuidado, no se relajo ni un segundo.

Marek se acercó un poco más, aunque mantuvo una distancia prudente. "Mira, ambos sabemos que el Codex Umbra es un arma de poder inmenso. Y también sabemos que atraerá la atención de aquellos que no querrán que lo utilices. Pero conmigo de tu lado, podrías enfrentarte a cualquier amenaza que se te presente. Juntos, podríamos controlar Arvanthia, y nadie se atrevería a desafiarnos."dijo con clara confianza en la voz.

Elara frunció el ceño. "¿Por qué deberíamos confiar en ti? Siempre has sido un traidor. Si te unes a nosotros, ¿quién dice que no nos apuñalarás por la espalda cuando te convenga?" pregunto y demando con una voz molesta, lista para matar a este molesto tipo.

Marek rió suavemente. "Oh, Elara, querida. Es cierto, no soy alguien en quien se deba confiar fácilmente. Pero piénsalo. Ya me conoces, conoces mis motivaciones. Al menos conmigo, sabes a lo que te enfrentas. Además, este mundo está lleno de maldad y corrupción. ¿No es mejor tener a alguien así de tu lado?" dijo con una risita al final.

Daniel permaneció en silencio por un momento, sopesando las palabras de Marek. Sabía que había verdad en lo que decía. Marek era un traidor, pero también un sobreviviente astuto. Tenerlo como aliado podría ser útil, al menos hasta que su utilidad se agotara.

Finalmente, Daniel habló. "Está bien, Marek. Puedes unirte a nosotros. Pero una advertencia: el primer signo de traición, y Elara no dudará en destruirte. No habrá segundas oportunidades.Te matare personalmente" dijo serio

Marek sonrió ampliamente, inclinando la cabeza en un gesto de agradecimiento. "Por supuesto, Daniel. Seré un aliado leal... mientras me convenga." dijo con picardia, se dio cuenta al ultimo que ese no fue lo mejor que pudo haber dicho, ya era demasiado tarde y con el trato hecho, los tres continuaron su descenso por la torre. Sin embargo, la desconfianza permanecía en el aire. Marek se movía con la misma confianza de siempre, pero Daniel y Elara mantenían un ojo vigilante sobre él. Sabían que en este mundo de sombras y traiciones, ningún pacto era eterno. Llegaron a una gran sala subterránea, donde antiguos rituales habían tenido lugar. Las paredes estaban cubiertas de inscripciones arcanas, y en el centro de la sala, un círculo de invocación brillaba con una luz tenue. Era un lugar lleno de historia y poder, un lugar donde la nigromancia había alcanzado su máxima expresión.

Al ver que nadie hablaba, Mareks explicó "es el altar central de Umbraal", mientras miraba a su alrededor con fascinación. "Aquí es donde los nigromantes realizaron sus rituales más oscuros. Se dice que desde este punto, pueden invocar a los mismos señores de la muerte." dijo en un tono codicioso y siniestro.

Daniel sintió la energía del lugar resonar en su interior. Podía sentir el potencial de poder, pero también el peligro inherente. Sabía que cualquier error en este lugar podría costarle su alma.




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