Niky

INTRODUCCIÓN

Aquel día había comenzado como otro cualquiera, pasar los días en esa mansión me estaba volviendo loca. odiaba aquel lugar, todo me traía recuerdos y pensamientos malos, pero a pedido de mi padre, no tuve opción.

Aparentemente el se había metido en otra situación peligrosa con otro ser humano sin un poco de empatia y dignidad, como él mismo se mostraba desde siempre, y eso me ponía directamente en peligro.

La simple acción de mirar por las ventanas me dejaba completamente enfadada, aquel lugar parecía una carcel. Hombres armados caminaban por todo el jardín las 24 h del día, sensores de movimiento y cámaras fueron instaladas por toda la propiadad y yo estaba obligada a convivir con un guardaespaldas con cara de mala leche por todos lados.

La única cosa capaz de traerme un poco de alegría era mi movil que no paraba de sonar, trayendome información sobre los eventos musicales benéficos  que yo misma estaba organizando a distancia.

Trabajaba directamente con producción musical, mas especificamente con personas necesitadas. Mi ONG ya era reconocida en vários estados del país y comenzaba a echar raíces en otros países de America Latína.

Siempre fuí amante por el arte de la música, pero teniendo en consideración mi realidad, nunca podría ser reconocida por eso. Ser la hija del gran jefazo del crimen traía a mi vida mucho mas que terror y vergüenza, estaba obligada a permanecer escondida en las sombras.

Las horas costaban de pasar, y al final del día el ritmo de los mensajes ya estaba disminuyendo bastante. Tumbada en mi cama dejaba mi mente viajar, soñando con un día en que podría convertirme en otra persona.

Para mi espanto un sonido muy alto viniendo, a lo que parecia ser del la entrada , llamo mi atención. Levantandome de la cama corrí hasta el pasillo, mi guardaespaldas ya estaba hablando cosas que no entendía en su comunicador. Con un semblante serio me dijo que tenía que seguirlo sin perder tiempo hasta el cuarto seguro.

La mansión estaba siendo atacada, los sonidos de disparos ahora eran perceptibles y parecían aproximarse hasta nosotros. Mi corazón ya latía muy fuerte en mi pecho, a mi lado el guardaespaldas mantenia sus manos rigidas en su arma lista para disparar.

Bajamos rapidamente las escaleras, pero cuando pise el último escalon la gran puerta de vidreo de nuestra frente fue destrozada. Los hombres de mi padre entraban corriendo y disparando por todas partes al enemigo que yo no era capaz de ver en medio de todo aquel caos.

Mi guardaespaldas me cogió del brazo colocandose delante de mi para protegerme de los tiros. La adrenalina corría por mis venas y cada segundo que pasaba parecian convertirse en horas. El tiroteo continuaba incesante y no me di cuenta cuando el hombre que intentaba protegerme calló delente mío con un agujero en medio de la frente.

En medio de aquel terror cogí su arma que había caído al lado de su cuerpo y corri desesperada hasta el cuarto seguro. Este se situaba escondido en el escritório de mi padre, si conseguia llegar hasta ahí, seguro que conseguiría sobrevivir. Pero al llegar al local me encontre con una escena aterradora, varios cuerpos se amontonaban en el suelo y un hombre de no mas de 30 años apuntaba un arma directamente a mi padre, que mantenía sus manos en alto  en señal de rendición.

- Pero que tenemos aqui! Tu querida hija a decidido hacer acto de presencia- El hombre dijo al verme.

- Ella no tiene nada que ver con esto, tu problema es con migo- Mi padre dijo rabioso.

- Nada sería mas justo, Marcos. Tu mataste a mi padre, ahora yo mato a tu hija.

- Si le pones un dedo encima...

En ese momento el hombre apenas dio una sádica sonrisa, y mirándome a los ojos, desvió el arma con el que apuntaba a mi padre en mi dirección. Estaba completamente aterrada. Cuando finalmente apretó el gatillo, la bala que era para mí, le dio de lleno al cuerpo de mi padre, que se había puesto delante de mí para protegerme. Durante un segundo pude ver en el rostro de mi padre el miedo, y entonces cayó a mis pies sin vida.

La reacción de cualquier persona que estuviese en mi lugar sería gritar o llorar, o simplemente intentar huir. Pero la mía fue levantar el arma que tenía en la mano y disparar justo en el medio del pecho del hombre sin pestañear, él no se esperaba aquello, probablemente no se había dado cuenta de mi arma y ni lo consideraba una posibilidad.

Corrí en el mismo instante hacia el cuarto seguro, que ya estaba listo para ser utilizado, al cerrar la puerta me di cuenta que el hombre al que acababa de disparar se estaba ahogando con su propia sangre.

Me senté en una de las esquinas y tire la pistola muy lejos de mí. Estaba entrando en estado de shock, mi cuerpo mal contenían los espasmos que pasaban por él. Mis manos temblaban, perdí la noción del tiempo. Los monitores mostraban la aproximación de la policía y el enfrentamiento de la misma con los invasores de la propiedad.

Me asuste cuando la puerta de mi escondite se abrió, pensaba que era imposible que alguien la derrumbara. Pero luego me di cuenta que fue la propia seguridad de esta la que la había abierto, y el hombre que se aproximaba de mí con una cara triste, era mi tío.

                      PROXIMAMENTE...



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En el texto hay: muertes, amor

Editado: 06.02.2019

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