Niñera De Mi Hija

Capítulo 3

Demasiada inquietud tenía Blue desde que se reencontró con Michael. Las preguntas no salen de su cabeza, se las hace una y mil veces y todavía no puede entenderlo.

¿Por qué arrebatarle a su hija? ¿Por qué fingir que la amaba? ¿Por qué Débora siempre estaba tras de ella para que dejara a su hijo si todo era una trampa? ¿Acaso era parte de la actuación? Estaba por volverse loca, muchas veces sintió ganas de ir con Michael y enfrentarlo de una vez por todas, pero recuerda como la destrozaron la primera vez y se mantiene quieta.

―¡Una fiesta de antifaces! ―Janina miró a su amiga. ―¿Estás loca? ¡Se supone que es una fiesta de negocios!

―Ya te lo he explicado. ―Blue resopló. ―Es para que todos actúen en confianza, para que no se dejen llevar por caras y nombres. ―La miró a los ojos con una sonrisa. ―Además de proteger mi identidad, los demás se pueden dar la oportunidad de convertirse en socios de quienes piensan jamás tendrían su interés.

―Estás loca. ―Gruñó. ―Espero por tu bien que nada salga mal. ―Negó casi desesperada. ―Aunque debo decir que nadie se molestó con la nueva condición. ―Dejó caer los hombros. ―¿Estás lista para esta noche? Estarás todo el tiempo con él. ―Blue asintió.

―Estoy ansiosa, solo espero que el plan funcione y él toque el tema de la niñera.

―Bueno, si no lo hace en la fiesta, ya sabes donde tiene su departamento, puedes ir ahí y hacer que Cinnia te ayude.

―Lo sé, pero me gustaría que él mismo tocara el tema, sería más fácil. ―Janina la abrazó.

―Todo saldrá bien, ya no eres esa chica desamparada, ahora tienes tanto poder que ellos mueren por tenerte en sus vidas. ―Besó su cabeza. ―Por ahora es momento de irnos de compras. ―Tiró de su amiga. ―Vamos, hoy es la fiesta y debes ir a la altura.

―Vale, vale. ―Blue carcajeó corriendo tras de su amiga.

Una de las cosas que odia de ser la heredera de VanDhel es que no puede ir a la esquina sin que la fotografíen, todos quieren saber todo de ella y eso la pone muy nerviosa. Estar al ojo público jamás ha sido su cosa favorita.

―Cinnia, por favor, hija. ―Michael fue tras su hija. ―Ya tengo ropa, no es necesario hacer esto. ―La niña fijó sus ojos grises y enormes en su padre. ―En serio, será solo una cena de trabajo.

―Pero debes agradecerle que me cuidara. ―Michael sintió que su corazón se saltó un latido al verle el gesto triste a su hija. ―Me gustó como me trató, ella fue muy buena conmigo y cuando tú llegaste no cambió su comportamiento. ―Michael sonrió orgulloso.

―Eres inteligente. ―Besó su frente. ―¿Si compro algo de ropa, dejarás de torturarme? ―Cinnia rio emocionada.

―Sí, papi. ―Tiró de él. ―Quiero que estés más guapo que nunca, ella es muy hermosa. ―Michael se tensó, ¿Cómo decirle a su hija que encontrarse a esa mujer le rompió el corazón sin que fuera ella la responsable de lo que le pasó en un pasado?

―De acuerdo, entonces mi damita es quien manda. ―Michael se dejó llevar por su hija.

Cinnia se divirtió increíblemente con su padre, le gustaba salir de viaje con él porque siempre podía pasar tiempo sin que su madrastra bruja tratara de dejarla a un lado. Michael se dio la vuelta para pagar algunas cosas y Cinnia que había visto algo que le llamó la atención corrió.

―Aquí tiene, señor. ―Michael tomó la tarjeta.

―¿Quieres ir por un helado, brillitos? ―Al girar se encontró solo, él inmediatamente la buscó con la mirada y al ver ese pelo oscuro ondear fue tras de ella. ―Gracias. ―Dijo al tomar la bolsa.

Blue suspiró, estaba cansada de tanto caminar y Janina parecía que apenas estaba iniciando. Deseó escaparse de su amiga como una niña, pero antes de poder dar un paso sintió algo pequeño, regordete y efusivo abrazando sus piernas.

―¡Te encontré! ―Blue miró a la niña asombrada. ―Te vi desde la tienda y corrí, caminas muy rápido.

―Cielo. ―Blue miró a su alrededor. ―Dime que no te le has escapado a tu cuidadora. ―La niña negó.

―Esta vez escapé de mi papi. ―Sonrió como un inocente ángel.

―Oh, cielo. ―Blue acarició su mejilla. ―No puedes escapar así, es peligroso. ―Miró a su alrededor para probar suerte, pero no vio a Michael. ―Debemos ir por tu padre. ―Cinnia la miró a los ojos y después la abrazó con fuerza, eso descolocó a Blue. ―¿Estás bien? ―No intentó romper el fuerte abrazo.

Michael abrió la boca para llamar a su hija, pero ver aquel abrazo lo contuvo. Su hija ni siquiera con su abuela es dulce, ¿Por qué serlo con una mujer que apenas conoce? Samantha ha intentado ganarse el cariño de su hija y no lo consigue a pesar de que siempre ha estado en su vida. ¿Qué tiene esa mujer que le llama demasiado la atención a su hija? Sintió rabia.

―Lo siento. ―Cinnia bajó la mirada una vez se separó. ―Es solo que me gustas mucho. ―La miró a los ojos. ―Me siento bien contigo. ―Blue contuvo las lágrimas.

―Oh, cariño, estoy segura de que con tu madre también te sientes bien. ―Los ojos tristes de Cinnia alteró su corazón.

―No tengo mamá, bueno… papi tiene a su prometida, pero no es mi mami. ―Se encogió de hombros. ―Samantha es una bruja. ―Le susurró al oído sin saber lo que aquel nombre le provocaría a Blue.

―Brillitos. ―Michael llegó a interrumpir la escena, no tolera ver a esa mujer con ese gran parecido a aquella que le destrozó la vida por completo. ―Te he dicho infinidades de veces que no puedes alejarte así de mí.

―Pero he visto a Blu…

―No siempre puedes actuar de manera impulsiva. ―La cortó molesto. ―Pudiste hacerte daño o perderte, ¿Lo entiendes? ―Cinnia hizo un puchero.

―Lo siento. ―Sollozó con sus ojitos llenos de lágrimas.

―Prometo que la llevaría con usted…

―No se meta. ―La señaló Michael siendo un patán. ―Nos vemos esta noche.

―¿Y qué le hace pensar que después de haberme hablado así yo aceptaré esa salida? ―Michael la miró con dureza, se puede parecer mucho a la mujer que amó, pero es totalmente distinta. La insoportable que tiene en frente lo vuelve loco del fastidio.




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