Capitulo 12

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El sol comenzaba a ocultarse detrás de las colinas, tiñendo el cielo de un cálido naranja que prometía una noche tranquila en el pueblo. Mientras terminaba las tareas del día en la granja, no podía evitar que mis pensamientos se deslizaran hacia las recientes tensiones. La tarde había sido complicada, especialmente después de la escena en el huerto que Marta había orquestado con maestría. Aunque Mateo había sido comprensivo, no podía evitar sentirme expuesta y vulnerable.

Fue entonces cuando decidí que necesitaba hablar con alguien. La hermana de Mateo, Sofía, siempre había mostrado un interés genuino por mí, aunque su actitud al principio había sido algo reservada. Sentía que ella podría ser el único rayo de esperanza en medio de esta tormenta de desconfianza y celos. Así que me dirigí hacia la casa principal, decidida a buscar a Sofía.

La casa, aunque acogedora, tenía una atmósfera que reflejaba la personalidad de Sofía. Era un lugar con una decoración cálida y amigable, en contraste con el ambiente más austero que yo había conocido hasta ahora. Cuando entré, Sofía estaba sentada en una mesa de la cocina, rodeada de libros y papeles, claramente inmersa en algún proyecto.

—Hola, Sofía —dije, intentando sonar natural a pesar de la tensión que sentía—. ¿Te importaría si hablamos un momento?

Sofía levantó la vista de sus papeles y me ofreció una sonrisa amable. Había algo en su mirada que me hizo sentir que estaba hablando con alguien que realmente entendía. Se levantó de su silla y me indicó que me sentara en una de las sillas libres alrededor de la mesa.

—Por supuesto, Valeria —respondió con calidez—. ¿Qué sucede?

Me senté, sintiendo el peso de la conversación que estaba a punto de tener. No sabía por dónde empezar, así que simplemente decidí ser honesta.

—Hoy ha sido un día complicado. Marta hizo un buen trabajo al hacerme quedar mal en el huerto. Y aunque Mateo fue comprensivo, no puedo evitar sentir que la situación me está superando.

Sofía frunció el ceño, su mirada se volvió más profunda y contemplativa. Se recargó en la mesa, mostrando un interés genuino en lo que estaba diciendo.

—Lo siento por lo que has pasado, Valeria. Marta puede ser bastante… complicada. Ella tiene sus propias razones para actuar como lo hace. Pero, ¿qué te ha llevado a estar en esta situación?

Su pregunta me sorprendió. En mi mente, el conflicto con Marta parecía tan grande que había olvidado lo que realmente me había llevado a esta granja. Miré alrededor, notando la tranquilidad del entorno, una cualidad que parecía tan lejana de mi vida anterior en la ciudad.

—Estoy aquí para convencer a Mateo de vender su terreno —dije, finalmente—. Pero eso no es todo. Quiero demostrarle a mi padre que puedo manejar la empresa. A veces siento que todo esto es una prueba más grande de lo que imaginé.

Sofía me miró con comprensión. Sus ojos reflejaban una empatía que me hizo sentir más ligera. A pesar de sus sospechas iniciales, parecía dispuesta a escucharme y comprender mi situación.

—Entiendo —dijo con una voz suave—. Mateo es un hombre de principios. Y aunque no lo diga abiertamente, valora mucho la honestidad y la integridad. Si quieres ganarte su confianza, tendrás que ser auténtica.

Sus palabras resonaron en mí. Había estado tan centrada en cumplir con mi misión y demostrar mi capacidad, que había descuidado el hecho de que, a veces, la verdad y la honestidad son las claves para superar los obstáculos. Me sentí inspirada por su consejo.

—Gracias, Sofía. Lo tendré en cuenta —respondí, sintiendo una oleada de gratitud hacia ella—. No sé qué haría sin tu apoyo.

Sofía sonrió, y en ese momento, parecía que toda la tensión acumulada se disipaba un poco. Era como si me hubiera dado una nueva perspectiva, una que necesitaba para enfrentar los desafíos que se me presentaban. Mientras me levantaba para irme, Sofía me detuvo con una mano en el brazo.

—Valeria, sé que las cosas están difíciles ahora, pero no olvides por qué estás aquí. Mateo puede ser difícil de leer, pero la sinceridad siempre abre puertas. Si eres honesta con él, estoy segura de que encontrará una manera de ver quién eres realmente.

Salí de la casa con un nuevo sentido de propósito. La conversación con Sofía me había dado una visión más clara de cómo debía manejar la situación. Aunque la batalla por el terreno y la aceptación de Mateo no estaba ganada aún, sentía que había dado un primer paso importante hacia la resolución de los conflictos. Caminé de regreso hacia la granja, con la determinación de enfrentar el día siguiente con una actitud renovada, lista para enfrentar lo que viniera con honestidad y autenticidad.

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