Niñera prohibida

CAPITULO UNO - LA NOTICIA FATAL-

Lo único que pienso es que deben de estar equivocados, de que mi padre no pudo haber muerto en ese accidente de que no acabo de quedarme completamente sola en este. Que mi casa, mis pertenencias, mas importante aun; las personas que tenía a mi alrededor acaban de esfumarse así, sin más.

—Esto no puede ser. —Murmuró mientras aguardo por una mirada algo que me indique que estoy teniendo una pesadilla, alguien que me pellizque, que me haga despertar.

Parpadeó varias veces miro a mi alrededor, pero todo es lo mismo. Los 2 detectives están en mi sala de estar, mi mejor amiga sostiene mi mano. Mientras lágrimas bajan por sus mejillas.

—Lo siento mucho, Hanna. —Dice el detective, el cual conoce a mi familia desde que tengo uso de razón, siempre he visto al Detective Steven cerca de mi padre. Han sido amigos desde secundaria.

—Pero es que esto no puede ser justo. Estaban aquí hace menos de 2 horas. ¿Cómo? ¿Cómo es posible esto? ¿Cómo puedes, cómo…?—Mis ideas no se coordinan y es obvio, cómo puede alguien asimilar una noticia como esta.

Pienso una y otra vez en sus palabras.

—Tu padre acaba de fallecer en un accidente de tráfico. Todavía se desconocen los motivos o cómo fue el suceso. Solo sabemos que el auto cayó al río. Acaban de sacar el cuerpo. No tengo otra forma cómo decírtelo, Hanna, pero es la realidad. Tu padre ha muerto y Petra, que iba con él, está en el hospital. Su condición es delicada. Probablemente no sobreviva la noche.

Petra, que tan solo estaba con mi padre por su dinero, es la responsable de todo esto. Estoy segura de que ella tiene algo que ver, pero es un pensamiento tan oscuro y desconsiderado dado las circunstancias de que esta en el hospital que me lo guardo para mí.

Mi amiga Samantha está más entristecida que yo. Sus lágrimas sí bajan como torrentes por sus mejillas. En cambio, yo, yo estoy enojada. ¿Cómo es posible que mi padre me hiciera esto? ¿Cómo es posible que pudiera morirse así, sin más, dejándome sola, sabiendo que solamente lo tenía él? ¿Cómo es posible que pudiera abandonarme tirarme al olvido, irse sin más? Sin Luchar. No sé lo que pasó en el siguiente automovilístico, pero él debió luchar por quedarse, por esperar, por salvarse. Él debió luchar y no dejarme sola.

—Hanna. —La voz de Steven, el Detective, me hace volver a mirarlo. Es un hombre de unos treinta y tantos años, no sé exactamente cuántos, sólo sé que se parece bastante a mi padre. Y siempre lo he visto como una figura paterna.

Mi madre murió cuando yo apenas era una bebé. No tengo ni un solo recuerdo de ella, más que las fotos que mi padre se encargó de colocar por todas partes para que yo nunca la olvidará.

Mi padre era un hombre excepcional, el mejor papá que pude haber tenido a mi lado, mis labios tiemblan y siento que voy a echarme a llorar.

Pero no puedo hacerlo, llorar no va a traer a mi padre de regreso.

—¿Hanna, hay alguien a quien podamos llamar para que te reciba en casa? Si quieres puedes quedarte conmigo. Sabes que en mi familia eres más que bienvenida.

¿Alguien a quien pueda llamar?

Estoy completamente sola, estoy tan sola que no tengo ni siquiera a una persona que me reciba en su casa. No tengo ni un solo tío. Mi padre es hijo único, mi madre es hija única. Lo fue antes de morir. Ambos lo fueron y yo soy hija única. En realidad, mis abuelos jamás los conocí. Con una relación prohibida que nadie aceptó ni quiso, el matrimonio de mis padres fue un caos y ahora pago las consecuencias de no tener a nadie a quien recurrir.

—¿Hanna se puede casar conmigo en mi casa? —Pregunta mi amiga. —Samantha siempre ha sido así. Siempre protegiéndome, a pesar de que somos de la misma edad.

—No creo que sea una decisión que tú debas tomar, Samantha. —Dice Steven mientras nos mira ambas con dolor. El esta sufriendo también. Lo se. Pero solo pienso en sus palabras. Mi padre esta muerto.

—Pero ella puede quedarse en mi casa. Tenemos una habitación disponible. Sé que mis padres no les va a molestar tenerla en casa. —Argumenta Samantha, mientras yo aprieto más su mano.

—Tranquila, pensaré en algo mientras, ¿puedo quedarme aquí en casa, cierto? —Le pregunto al Detective mientras suelto la mano de mi amiga y me levanto del sofá.

Él se lo piensa un momento, estoy segura de que va a decirme que no. Sin embargo, él asiente lentamente mirando a su compañero, el cual se ha mantenido en silencio desde que hemos llegado. Sé que la noticia ha debido de ser dura para él. Sé que ha debido de ser demasiado difícil confirmar la muerte de uno de sus mejores amigos. Pero más difícil es para mí saber que estoy sola.

Que mi padre se ha marchado.

Me niego a llorar delante de ellos, me niego a dejarme derrumbar. No puedo hacerlo porque no puedo verme débil.

No puedo dejar que noten cuando sola me siento y cuando destruida estoy.

—Muchas gracias por venir. Detective. —Digo mientras esbozo un intento de sonrisa.

—Puedes quedarte conmigo en casa. —Vuelve a ofrecerse.

—Conmigo también estoy segura de que mis padres…

—Tranquilo, tengo 17 años, puedo quedarme en mi casa. No seria la primera vez que me quedo sola en casa. —aunque es la primera vez que mi padre muere y no tengo a nadie mas a quien recurrir.




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