No puedo creerlo, que Steven acaba de decirme, no puedo creer lo que el mejor amigo de mi padre acaba de pronunciar.
—¿Usted está diciendo que no tengo casa? —Pregunto mientras mi cerebro procesa con lentitud lo que él acaba de decir.— Mi padre se casó con Petra…
—Lo siento mucho, Hanna.
—¿Cómo es posible que se haya casado con ella?
—Tu padre sufría de una condición de salud que no te comunicó, sé que lo hizo para no preocuparte.…—Murmura mientras se pasa la mano por el espeso cabello negro. Steven es un hombre de treinta y tantos años, sin embargo, no lo aparenta. Su cabello es tan oscuro, sus ojos del mismo tono, le hacen parecer implacable, y considerando que es detective, vestido con ese uniforme negro, se ve aun mas imponente.
—Mi padre no estaba enfermo, es imposible que estuviera enfermo. Si mi padre hubiese estado enfermo, le aseguro que yo lo hubiese sabido.
—Él no quería preocuparte. Es por eso que me obligó a mantener el secreto. Tu padre padecía una enfermedad en su corazón desde hace más de 6 meses. Por eso procuró casarse con Petra para dejar todo a su nombre y que tú, hasta llegar a los 18, no tuvieras ningún tipo de inconveniente con la casa o con tu manutención. Él estaba intentando hacer de todo para salvar tu futuro, para dejarte una buena herencia.
—¿Cómo es posible? ¿Porque nunca me lo dijo? ¿cómo es que no me dijo que podía…?
—Tú sabes muy bien que para tu padre tú eras su prioridad, así que para él lo más Idóneo: dejarte en manos de un adulto para que no tuvieras que caer en manos de servicios sociales.
—Pero ¿cómo voy a caer en manos de servicios sociales? Tengo 17 años…
—Hasta que no cumplas la mayoría de edad….—Comenzó él a decir, sin embargo, su compañero lo detuvo.
—Steven, no es nuestro trabajo hacer esto.
—No lo entiendes, conozco esta niña desde que era una bebé…
—No es nuestro trabajo, no hemos venido a eso.
—No, Claro—interrumpo—, ustedes han venido a decirme que mi padre ha muerto, que me he quedado sin casa, que ahora voy a caer en servicios sociales y que una familia me va a adoptar a mí con 17 años, que mi vida se ha derrumbado. —le digo mirando a su compañero como si pudiera con tan solo una mirada explotarle la cabeza —ustedes solamente han venido a eso, ¿cierto? A darme las tan buenas noticias..
—Hanna…
—Steven vamos.
—Vinieron así, sin más, y ahora se van a largar. —Digo.
—Mañana, un detective pasará por aquí con un representante de servicios sociales. Si vas a quedarte ahí esta casa recuerda que debes de cerrar bien las puertas, si necesitas ayuda, puedes ir a donde tus vecinos como tu amiga ha ofrecido.
El hombre parecía casi sacado de una caricatura, diciendo todas estas cosas como si él no sintiera absolutamente nada-
—Hanna, sabes que mi casa es tu casa, a Fernando se que le hubiese gustado que yo…
—No. —Digo. —Gracias. Me quedaré aquí.
Y así, sin abundar nada más, vi a los hombres salir de la casa mientras mi amiga y yo nos quedábamos de una pieza mirándonos con la boca abierta.
¿Cómo es posible que mi padre haya contraído matrimonio con esa estúpida?
¿Cómo es posible que me dejara sin casa?
Yo no conozco a los familiares de Petra, no sé quiénes son, a pesar de que mi padre tenía 6 meses saliendo con esa mujer, nunca lo vi.
¿Ahora unos extraños se van a quedar con la casa de mis padres?
Cumplo mis 18 años en 2 meses, tan solo 2 meses.
—Han, ¿qué vas a hacer? —Me pregunta mi amiga mientras comienza a morderse las uñas.
Una costumbre bastante dañina que tengo tiempo corrigiéndole. Sin embargo, cada vez que está nerviosa, mi mejor amiga se muerde las uñas hasta que ésta casi le sangra.
A pesar de que Samantha y yo somos prácticamente contemporáneas, divididas por tan solo un par de meses de los cumpleaños de cada una, siempre hemos estado juntas viviendo. prácticamente puerta con puerta.
Conozco a los padres de Samantha, conozco a sus dos hermanos. Hemos sido vecinas desde que ambas llegamos a este mundo.
¿Cómo es que ahora resulta que esta no será mi casa?
¿A dónde se supone que voy a vivir?
—Han, podemos ir a mi casa ahora mismo te aseguro que mi mamá pensará en algo, papá no está en casa, pero él no se opondrá a que vivas con nosotros. Esto podemos solucionarlo, no tienes que quedarte aquí en esta casa tú sola…
—Samantha Cálmate, estás hablando demasiado rápido y no me dejas pensar, no voy a irme a ningún lado. Esta es mi casa, nadie puede sacarme de mi casa…
—¡Tu papá acaba de morir! —Exclama ella, sacudiéndome los hombros. —Es que no lo escuchas, tu papá acaba de morir. ¡Le dejó la casa a esa zorra!
—Estoy escucha…
—Tú no estás escuchando, al parecer se te han tapado los oídos, no estás entendiendo nada, está ya no es tu casa, está a nombre de Petra, tú no tienes nada. Ven a mi casa y vamos a pensar en un plan. Hablemos con mamá, ella es abogada, seguro que ella sabrá qué hacer.
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Editado: 08.01.2025