Quiero protestar. Quiero gritarle que se valla y dejé las cosas como estaban, que así eran mejor así. Sin el. Lo haría pero mis compañeros están presentes, que vergüenza sería yo al hacerlo, pero en cualquier momento lo haré, cuando tenga la oportunidad.
— silencio— todos los que estabán celebrando se han callado. Los que estában parados abrazandose unos a otros se han sentado.— se que a algunos no les gusta mucho la lectura— me voltea a ver a mi. Yo de nuevo apartó la mirada. — por eso e decidido llevarlos a la biblioteca de la ciudad— casi se me cae la mandíbula. Nunca e ido a una biblioteca por qué no me gusta leer, papá era el que iba para traer los que necesitaba, que yo solo leía las primeras 3 páginas y las dos últimas, por si me pasaba al frente para decir mi opinión o algo sobre el libro pero no por que me interesaba. — será como un viaje escolar—pero a lo aburrido. No quiero ir — alisten sus mochilas y cuadernos de la asignatura porque nos iremos ahora—lo miro extrañada. Hemos tenido muchos viajes escolares hemos ido a museos, parques, pero nunca a una biblioteca. Seguro que por eso el director le a dado el permiso tan rápido. — señorita Smith, es hoy no mañana, así que parece y agarre lo que le pedí — lo volteo a ver, siento unas miradas. Son mis compañeros me están viendo, todos ellos ya tienen sus mochilas colgando de su hombro. Me levanto, me apresuro a guardar todo en mi mochila, que es solo mi cuaderno de la clase, ya que no había sacado mi cartuchera— vamos— el se pone alfrente, mientras que los demás lo seguimos por detrás, yo voy de última. Estoy bien aquí, no quiero ni verlo. Nos subimos al autobús. Yo me e sentado en los asientos de atrás. El se para. Todos lo miramos — cuando lleguemos a la biblioteca cada uno puede elijir el libro que quiera, puede ser de cualquier categoría, ese libro lo leerán en clase y luego harán un resumen— algunos de mis compañeros vuelven a celebrar. Me gustaria más que el lo eligiera ya que no se ni siquiera que categorías hay.— Recuerden ser ordenados y respetuosos en el lugar— se vuelve a sentar en el asiento delantero. Yo miro por la ventana.
Cuando ya llegamos todos bajamos ordenadamente, lo que es muy extraño ya que mis compañeros siempre bajan desordenados y gritando. Entramos a la biblioteca donde hay muchos estantes con libros hasta llegar al techo. Se por que hay muchos, a nadie le gusta leer. la biblioteca está vacía a excepción de nosotras. Que sorpresa. Muchos de mis compañeros fueron a buscar un libro mientras que yo me quedé parada viendo los estantes a lo lejos.
— señorita Smith ¿Que parte de tienen que elijir un libro no entendió?.— mucho tengo me joda en la escuela, en mi casa, en el supermercado pero aquí ya es mucho.
— ¿Que parte de que quiero que se valla de mi vida no entendió? — le miro a los ojos molesta.
— no me importa lo que quieras. Quiero que vallas por un libro para que lo leas. — ruedo los ojos.
— todo tiene que ser como tú digas— ruedo los ojos.
—si.
Voy al estante que tenía al frente. Miro los libros que tengo al frente. Agarro uno al azar. Ni siquiera le ví el color, o la categoría, solo lo agarre. Solo leeré las primeras páginas y las últimas. No se dará cuenta.
— señorita— miro de dónde proviene la voz, es una señora de unos 40 o 45. — habrá historia de la biblioteca, acompañarme porfavor — ¿Historia de la biblioteca?. Asentí. La seguí, ella fue por mis compañeros, hasta llegar a un pasillo donde habían muchas fotografías enmarcadas, era la única parte así. — el es Jaime, el hijo de el fundador de la biblioteca— miro a dónde señala. Hay un guapo moreno, con una camisa que en cualquier momento estallara por lo fuerte de sus brazos, su abdomen se marca en la camisa. Me mira, le sonrió, el me devuelve la sonrisa, es tan hermosa.
— buenos días.— dijo Jaime. Con una vos muy ronca. Jaime que nombre más varonil, como el.
— buenos días — contestan mis compañeros. Yo estoy tan perdida en su hermosa cara, hermoso cuerpo, hermosa sonrisa, que ni siquiera me salen las palabras.
— deja de mostrar tus horribles dientes amarillos, dan asco— me susurra, Mr. Barruzco. No son amarillos, estaba apunto de tener una discusión con el pero note que Jaime me seguía viendo así que decidí ignorarlo. Jaime se aclara la garganta.
— la persona que fundó la biblioteca es mi padre en el año...— ignore todo lo que dijo solo me consentre en su hermosa cara. Una que otra vez bajaba mi mirada para ver sus músculos. Pero la volvía casi al mismo segundo por qué solo me estaba viendo. Escuché aplausos de mis compañeros así que pienso que ya a acabado. Ellos se van, yo me quedo siguiendo viendo su hermoso rostro. Hasta que escucho como alguien se aclara la garganta bulliciosamente. Miro de dónde proviene. Es Mr. Barruzco.
— ya es hora de irnos.
— ¿Ya tan pronto?— no quiero irme, no por que quiera leer libros si no quiero seguir viendo lo presioso que es Jaime.
— veo que le gusta mucho leer—lo miro, hablado Jaime.
— me encanta— miento.
— ¿Los de romance y pasión? — pregunta. Yo casi me caigo cuando lo dijo. Miro a el libro, abajo de el está escrito: pasión y romance .
— ummm...— me aclaro la garganta— si — trato de decir mas segura pero a salido como un susurro— no, no emmmm...
— no tienes por qué avergonzarte está bien .... — espero a que diga algo pero mas bien parece que el espera a que yo diga algo— ¿Tu nombre es...?
— Alison, Alison ese es.
— muy bonito.— sonrió. Que amable es.
— gracias, el suyo también lo es.— al igual que su cara y cuerpo.
— gracias. — su sonrisa se hace más grande.
— no hay de que, es tan varonil— se me escapa sin poder evitarlo.
— ya es tarde, es hora de irnos—mr. Barruzco me agarra de la muñeca, jalandome hasta llegar al autobús, dónde había nadie ¿Dónde están todos?, Seguro viendo la biblioteca o hablando con Jaime. Que envidia, mientras yo estoy sostenida de la mano de un loco secuestrador.