Me acerco un poco a la cuna para verlo mejor aún que me da mucho miedo. Su mirada me causa mucho escalofrío. E cuidado muchos bebés y estoy más que segura que un bebé no mira así, aún que sea a un desconocido.
El bebe a de tener un mes o dos se ve como un recién nacido. No es gordito ni flaquito se ve de un buen peso. El está vestido con un mameluco para bebe color azul hecho de lana.
Miro la cuna, es de una buena madera, es grande, si no me equivoco son las cunas que son hechas para trillizos por eso es muy grande. Las sábanas que tiene la cuna son color blanco, no es un buen color ya que se manchan más rápido. El alto de la cuna también es bastante parece que fue hecha para unos trillizos de 3 años. Aún que está bien ya que le va a durar mucho.
El bebé comienza a llorar. Lo cargo a principio pataleo, pero al final si se dejó aún que sigue llorando. Busco con la mirada su biberón pero no lo encuentro. lo trato de calmar acariciando pero claro que no se va a calmar, tiene hambre.
Que raro que el bebé no tenga su biberón cerca, tampoco se ve su pañalera. No es posible que tengas a un bebé y no le tengas cerca un biberón o algunos pañales.
Quizás y el bebé no es de el, quizás es de alguien más ¿Lo habrá secuestrado? Si yo creo que si, seguro fue para beber su sangre . Pobre bebé. Lo acaricio más. A ¿Cuántos más les habrá hecho lo mismo?. Seguro que el se roba a los bebés y bebé de su sangre. Será mejor que me lo lleve para entregarlo a la policía quizás encuentren a sus padres.
Me doy la vuelta dispuesta a salir de acá y salvar al bebé pero de un segundo a otro ya no tengo al bebé en mis brazos, se me fue arrebatado. Soy levantada por una mano en mi cuello dejándome sin respirar.
— a ¿Dónde te llevabas al bebé? — casi se me salen los ojos. Es su vos. Abro los ojos encontrando me con los suyos, tan iguales a los de el bebé pero los de el son más oscuros más tenebrosos. — contesta— aprieta mas su agarre.
—Lejos de ti, mounstro. — cuando ya estoy apunto de desmayarme escucho una desconocida vos femenina.
— pero ¿Que está pasando aquí?— el me suelta inmediatamente. Me da tos, me acaricio el cuello. Cuando ya me recupero lo miro.
— eso es lo que yo quiero saber. — el le pasa el bebé a una mujer. El bebé para de llorar .La observó. Es bonita. La piel es blanca pero no pálida, su cabello es rubio al igual que el de el bebé. No es delgada pero tampoco es gorda. Es un poco más alta que yo.
—¿Quien eres? — pregunta ella. Yo no contestó, me quedo callada. — yo me llamo Madeline pero me puedes decir maddie— sonríe. Que sonrisa más bonita, es tan blanca.
— Maddie sal quiero hablar con ella. — Madeline asiente y sale. — ¿Que haces aquí?
— pasaba de paso.
— de paso ¿le llamas a entrar a mi habitación? — asiento. Quiero que sienta lo que yo siento cuando el entra a la mía. Miro las paredes de su habitación son color rojo oscuro. — ¿Cómo entraste? — casi le digo que de colada por una de las de limpieza pero mejor me detuve, tengo una mejor respuesta.
— con una tarjeta. — digo como si no tuviera importancia. Me miro las uñas para entrar en mi papel.
— ¿Cómo conseguiste la tarjeta?— no se que contestar. Por qué dudo que el deje una debajo de una alfombra o madera.
— lo hice y ya.
— ¿Cómo?
— solo paso y ya.
— me estás haciendo perder la paciencia.
— solo conformate con saber que entre gracias a una tarjeta.
— no me conformaré, es mi departamento tengo derecho a saber y tú no tienes derecho a entrar así por qué si.
— ¡Oh! Pero ¿Tú si tienes derecho a entrar a a mi casa?— lo estoy disfrutando demasiado.
— es muy diferente.
— ¿Por qué?
— por qué si, quiero saber cómo fue que entraste.
— ya te lo dije solo paso. — estoy disfrutando mucho esto.
— ¿Que quieres? — hacerte sentir como tú me haces sentir cuando entras sin permiso a mi casa pero ahora es otra cosa la que me preocupa. Es el bebé.
— el bebé...
— el no te incumbe, es mejor que te vallas.
— no lo haré, tu si ¿puedes meterte en mi vida pero yo no?
— exacto ahora vete.
— no lo haré, no hasta saber sobre el bebé.
— claro que te irás o si no te voy a morder hasta dejarte sin una gota de sangre — mentiría si dijera que no me dió miedo hasta se me erizaron los vellos. El me agarra de el brazo Para sacarme de la habitación. Su agarre no es fuerte. En el camino aún agarrada por su brazo mire a Madeline dándole pecho al bebé. Ella es su madre. El término de sacarme para luego cerrar la puerta en mi cara.
Así que ella es su madre, viendo el lado positivo tiene a su madre de lado lo que hará que no le haga daño al bebé o quizás la tiene amenazada, aún que no se miraba amenazada. Se veía muy tranquila y feliz. Quizás lo es. Camino hasta la salida de el departamento. Antes de parar un taxi saco el dinero que tengo en mi bolsillo noto que solo tengo 1 dólar con unos centavos, ni un solo taxi me querrá llevar. Ahora ¿que hago?. Se me ocurre una idea pero es muy vergonzosa. Pero no tengo de otra. Camino de vuelta a su departamento. Tocó la puerta .
— ¿Que es lo que quieres ahora? — abre con el ceño fruncido.
— ¿Me hace un favor?— sonrió. Le digo con la voz baja y tranquila.
— no seas tan descarada después de que irrumpe en mi casa y luego de responderme de mala gana ¿Quieres que te haga un favor?, Hasta un favor tu misma y deja de dar vergüenza.
— ¿puede? Porfavor.
— que te lo haga tu amiguito Jaime.
— estoy más que segura que el lo haría pero no está aquí.
— pues llámalo y has que te lo haga.
— no traje mi celular.
— tu si que eres un problema, estás hecha un lío.
— podría porfavor.
— ¿Que ocupas?
— que me preste unos dólares, se los devolveré.
— ¿Unos dólares?
—si, yo se que usted tiene muchos.
— ¿Para que los quieres?
— para volver a casa.
— tu si que eres un caso ¿Cómo se te ocurre ir a un lugar si llevar el suficiente dinero?
— porfavor.