Niñero por obligación

Episodio 11: "Parque"

 

ALESSANDRO SANTORO

 

Espero fuera con el trasero apoyado del capote a esas pequeñas cabecitas rubias correr hacia el vehículo. Desde que ocurrió aquello donde me quedé dormido procuro estar aquí exactamente 30 minutos antes de su salida.

 

—Vaya —escucho a Lucas hablar de lejos mientras sostiene su lonchera de Toy Story—. Al menos ya no te has olvidado de nosotros —bufa mientras se esfuerza por subir al vehículo.

 

«Ayúdalo», dice mi consciencia.

 

¡No! ¡Es un odioso!, respondo al instante mientras observo a Nicci con un puchero de molestia esperando que su hermano termine de montarse en el vehículo.

 

«¡Ayúdalo, no seas inmaduro!», regaña, finalmente decido hacerle caso y lo tomo por sus costillas para ayudarlo a subir.

 

—Bueno, ya, el rencor en esos cuerpitos tan pequeños no es bueno —aconsejo mientras tomo a Nicci y la cargo para dejarla sobre su silla de seguridad.

 

—¿Rencor? —preguntan al unísono, sin entender mi referencia.

 

—Sentir odio por lo que te hizo una persona, es decir, muchas veces es válido, pero no cuando la persona lo hace sin intenciones de dañarlos, como yo… —me quedo callado un segundo para terminar de asegurarlos en sus sillas y abrochar sus cinturones.

 

—¿Como tú cuando nos olvidaste por horas aquí? —termina ella con sus ojos fijos en los míos. Me quedo como un tonto sin responder, reconociendo que logro reflejarme en ellos cuando era más joven… yo quería atención, también quería amor. Pero no obtuve nada al final.

 

—Sí, Nicci… —toco su cabello en un acto inconsciente, mientras me alejo de ellos y cierro la puerta para rodear el vehículo, dispuesto a conducir a la casa, sin embargo, las palabras de la directora hacen eco en mí.

 

Enciendo el vehículo mientras los observo por el retrovisor y me doy cuenta de que se encuentran cuchicheando. No les digo nada, tampoco es que sea divertido escuchar sus parloteos por todo el camino.

 

—Oye... ¿Te regañó la directora? —cuestiona Lucas con mirada de falsa inocencia, su sonrisa anhelante lo delataba sin él darse cuenta. Mis ojos se entrecierran en seguida al darme cuenta de sus verdaderas intenciones y una risa incontenible me abandona.

 

—Sí, me regañó muy feo —respondo calmando mi risa y ellos empiezan a reírse, un poco confundidos ante mi reacción… ¡Es que todo lo piensan!

 

—Eso, para que no nos vuelvas a olvidar más nunca —Nicci cruza sus diminutos brazos sobre su torso y asiente repetidas veces, Lucas, por otra parte, es como su figura repetida. Hacen exactamente lo mismo.

 

Yo sé que verdaderamente no me regañó, sin embargo, quiero hacerles creer aquello para que así piensen que se salieron con la suya y así no me odien más de lo que ya lo hacen, necesito que entiendan que no soy su enemigo. Tampoco es que quiera ser su amigo… estoy en un punto medio.

 

«Tú no cambias», regaña de nuevo mi consciencia, yo decido ignorarla. Me ha hablado tanto estos últimos días que creo que me volveré loco.

 

—Niños —les llamo, sus ojos me miran a través del espejo—. ¿Quieren ir al parque? —propongo.

 

—¿Parque? Pero no está en nuestro itinerario… lo correcto sería ir a casa, hacer nuestros deber y acostarnos a dormir —recita Lucas y yo ruego mis ojos mientras bufo con fastidio.

 

—Hoy podemos salirnos de ese itinerario, además nos vamos a divertir mucho.

 

—¡No me parece buena idea! —refuta el niño.

 

—¡A mí sí! ¡Yo quiero ir al parque! ¡Lucas, anda! —Nicci salta emocionada mientras toca con sus dedos el brazo de su hermano.

 

—Anímate, Lucas. No tienen que someterse siempre al itinerario, divertirse nunca está mal. No haremos nada malo, es solo ir unas horas y luego volvemos. Yo les ayudo con sus debes —me ofrezco naturalmente.

 

—Bueno… ¡Pero nos ayudas con la tarea! —me apunta con su dedo y yo asiento.

 

—Sí, los ayudaré. A ambos —prometo cambiando la luz de cruce para desviarnos hacia el dichoso lugar.

 

(…)

 

ALESSA DIGIORNI

 

«Le enviamos este mensaje de alerta, hemos recibido la notificación policial de que el acusado “Alessandro Magno Santoro” ha tomado otro camino diferente a la casa de la señora Gretta Santoro».




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.