ALESSANDRO SANTORO
Han pasado diez meses, meses me han pasado volado. Meses que al lado de la compañía perfecta se escurren como agua entre mis dedos.
Hacen dos meses desde que le pedí matrimonio a Alessa y ella, incrédula de mi propuesta, la acepto. Obviamente, me ayudaron mis gemelos. Esos que, de un tiempo para acá, me dicen “papá”. Aún se aguan mis ojos, cuando, en medio de una sorpresa y con un cartel gigante, me pedían que, por favor, les dejara decirme papá.
¿Para qué les miento? Era lo que más necesitaba porque es que los quiero como unos hijos, ellos son mis hijos.
Mi relación con Alessa es madura, es comunicativa. Ella me enamora cada día más. Su manera de ser principalmente con los niños me cautiva.
Lo siento especial, más aún, cuando antepone a los niños antes que mí. Eso me derrite, Dios mío.
Termino de firmar los papeles, esos que le ceden a Gretta el 20% de una de las empresas más comerciales a fin de dejar a los niños y a lo suyo en paz. Brinco en una pata cuando acepté darle aquellas acciones, ella, en cambio, se va del país y viajará por el mundo como tanto le gusta a su vanidoso culo.
Nunca los quiso. Los trajo a este mundo para asegurar su billetera y nada me dio más cólera que escuchar aquella confesión tan cruda y cruel de parte de una madre. Pero… no todas las madres, lo son y al fin entiendo el significado de aquellas palabras.
Yo fui un niño que creció en un lugar que no hubo amor, donde los desprecios formaban parte de mi día a día. Las burlas y los insultos, más.
Gracias al cielo eso no me convirtió en una mala persona, puedo decir que me reivindique.
Alessandro Santoro es, ahora, el magnate italiano de apenas 29 años con la mejor gestión empresarial de toda Italia. Y Alessa Digiorni, aparte de ser la prometida de este caramelito, tiene un prestigioso bufete de abogados. Uno que, de la mano del abogado que me ayudó con el caso de los niños, es el mejor del mercado jurídico.
Estoy orgulloso de todo lo que logré de su mano. De todo lo que ella me ayudó a entender. De lo que soy con los niños y de lo felices que son los gemelos conmigo.
Editado: 01.09.2022