Ninja Oscuro (naruto Uzumaki)

La Desición De Sakura

KONOHA

Desde que supo que Naruto se había ido de la aldea estuvo cabizbaja, no entendía qué sucedió para que él hiciera tal cosa. Debió ser algo grave.

Pero lo que más la angustiaba era ver que no confío en ella, después de todo lo que pasaron juntos. ¿Por qué no confió en ella? ¿Acaso no eran amigos?

De la rabia hizo un cráter en el piso con su puño ocasionando el asombro y miedo de los aldeanos. Todos sabían que a ella no debían hacerla enojar. Como discípula de Tsunade, ella era mejor que su maestra. El viento acarició su rosado cabello suavemente.

Los días pasaron y por más que indagó nada logró tener en claro. En concreto nadie sabía nada sobre el paradero de Naruto, solo que se había ido de la aldea dejando su banda y una nota a Hinata.

La pobre estaba destrozada y no era para menos. Pero lo que más le dolió fue saber que el consejo de Konoha había usado a Naruto para ganar la guerra y ahora lejos de reconocerlo más bien pretendía destruirlo.

Y la pasiva actitud de los aldeanos y demás ninjas... simplemente la decepcionó. Por tales razones ya no disfrutaba curando las múltiples heridas de ninguno de los de Konoha.

Tantas veces había recurrido a sus maestros, Tsunade y Kakashi, sin éxito alguno. Ni siquiera ellos mismos demostraban interés en Naruto.

Por lo visto  no parecian importarles. Esos días se había limitado a vagar por las calles de la aldea como un ente sin vida y sin interés.

Cuando empezó a alegrarse de las desgracias y dificultades que todos tenían supo que algo tenia que hacer pero ¿Qué? Fue cuando recibió noticias de Naruto.

Esa tarde llegó a casa como de costumbre, pero al entrar vió en la mesa del comedor una nota con un sello que solo ella podría romper.

Intrigada lo eliminó y al leer su rostro fue pasando de la intriga al asombro para finalizar en la más absoluta alegría. Encendió una ornalla de la cocina y mientras miraba como las llamas devoraban la carta haciendo desaparecer todo rastro la oscuridad se fue apoderando de su ser.

Konoha ya no era su hogar pero seguía sintiendo agradecimiento a sus maestros y por respeto a ellos les escribió una carta

Maestros 
Tsunade y Kakashi

Solo me resta decirles que desde que Naruto se fue nada fue igual. Me decepcionó Konoha y su maldito desprecio hacia quien dejó todo por ellos. ¿Cómo es posible que lo llamen arma de Konoha y nadie grite en su defensa? Debieron ser pulverizados por el enemigo pero...Quizás dentro de poco sepan el error que todos cometieron. Yo seguiré siéndole leal a él y a partir de este instante me marcho de aquí. Seguiré apoyando a Naruto quién es el único ninja con el derecho a ser feliz aquí.

Sakura

Esa noche se fue al lugar donde Naruto le había pedido que vaya ya que la estaría esperando.  El mismo sitio donde tiempo atrás ella intentó evitar que Sasuke dejase la aldea. Eran unos niños aún.

Cuanto camino les esperaba por recorrer. Rió amargamente al recordar a esa niñita inútil, débil e ingenua que era. Creía en los cuentos de hadas. Pero ahora todo, absolutamente todo, era distinto.

Cuando llegó el lugar estaba desértico y la noche oscura y silenciosa. Él tenía que llegar muy pronto. Pero no tuvo que esperar mucho ya que en minutos lo vió, ahí estaba. Parado bajo la luz de la.luna azúl parecía un ángel de la oscuridad.

Él la miró detenidamente, su rostro impasible carecía de toda emoción. Diferente al Naruto del pasado. Era normal. Sabía que estaba analizandola, buscando algún indicio de la más leve traición por parte de ella.

Sakura sonrió con placer mientras pensaba "Asegúrate Naruto, verás que no tienes que desconfiar de mi".

Al cabo de unos momentos él sonrió feliz y por un instante volvió a ser el de antes.

Había comprobado la lealtad de Sakura, su gran amiga.  Se le acercó en menos de un segundo y la abrazó con fuerza. Ella le respondió el abrazo. Naruto no se había dado cuenta lo mucho que la extraño.

Pero en ese instante ella le dió un fuerte golpe en el estómago dejándolo sin aire. Luego dijo:
— Eso es por haberte marchado sin decirme nada — Fruncia el ceño — No sabes lo preocupada que estuve Naruto. 
— Perdón Sakura...ay...duele...

Sakura sonrió nuevamente y lo volvió a abrazar con tanta fuerza que el siguió sin poder respirar por unos momentos
— Menos mal que me contactaste Naruto.

Naruto volvió a ponerse serio y sombrío, miró la aldea con absoluto desprecio.

Luego la miró a ella. En esa mirada le dijo muchas cosas que Sakura entendió perfectamente. Dolor. Decepción. Frustración. Furia.

Y finalmente oscuridad, aquella envolvente oscuridad que había llegado a él para quedarse. Su mirada era amenazante.
— ¿Estás lista entonces? — le preguntó él con una voz siniestramente fría.
—Siempre lo estaré Naruto.

— Bien — Naruto sacó del Interior de su capa negra un bulto y se lo arrojó. Ella lo abrió. Era una capa negra con nubes rojas,como la que usaban los Akatsuki y la que ahora llevaba Naruto. Ella se la colocó al instante — Vámonos entonces.

Los dos se alejaron de Konoha perdiéndose en la oscuridad de la noche sin mirar atrás. A ninguno le importaba ya esa aldea ni nada de lo que a ese lugar respecta.




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