Nitla: Alanis

COLOR DE ROSA

Desperté la mañana siguiente repasando la cena después del show, cenamos en un restaurante a las afueras de la ciudad en compañía de Marco y su familia, nosotros nos sentamos uno al lado del otro y por debajo de la mesa Marco tomo secretamente mi mano, estaba soñando despierta, todo había cambiado entre nosotros tan de pronto, que me costaba mucho creerlo.

Sabía que lo que quería y mucho, también sabía que tenía una conexión inexplicable con él, como si con el pensamiento le llamara, como si nos comunicáramos a distancia, no sabía si lo amaba, pero si no lo amaba, estaba muy cerca de hacerlo.

Me estaba cambiando cuando vi algo de reojo, en el espejo algo se veía diferente, me acerque a él y la figura fue tomando forma, era Marco en el espejo

– Pon tu mano sobre el espejo- me dijo, y lo obedecí sonriendo, no sabía que era lo que estaba haciendo adentro de mi espejo, ni como había llegado ahí, pero me alegraba mucho verlo, cuando lo toque, entrelazo sus dedos con los míos y salió dando un paso

– Tienes que enseñarme a hacer eso

– Claro, te enseñare todos mis trucos, y como si hubiera pasado mucho tiempo sin vernos, nuestros labios se unieron en beso desesperado, tierno y dulce a la vez.

– Quería verte antes de que fueras a clases, que te parece si tenemos una cita

– Pues me encantaría, pero no sé si pueda, ya sabes, aun no le digo nada a mis padres, así que… no estoy segura de poder decirle que saldré contigo en un cita

–Entonces que sea nuestra primer cita secreta, dijo acercándose a mí –¿te gustaría?

– Claro que me gustaría, pero ¿Qué haremos con Tony?

– Eso déjamelo a mí, te aseguro que Tony no dirá nada por perderte de vista un rato

– ¿Sobornaste a mi escolta? Pregunté incrédula, Tony jamás sería sobornado

–Digamos que es un amigo cercano, y no tendremos problemas si nos mantenemos en lugares seguros, por supuesto que siempre estarás protegida conmigo, lo sabes ¿verdad?

– Claro que lo sé, dije dándole un pequeño beso

– Entonces, no se hable más, te veo en los baños de la escuela a las 9 en punto – me abrazó y me dio otro beso, no un beso rápido, fue lento y apasionado, tanto que sentí mi respiración hacerse profunda, él se separó de mí, besó mi frente y se volvió hacia el espejo, regreso a verme y me dijo: – se puntual.

– Te estaré esperando – sonrió y dio un paso dentro del espejo, en mi habitación solo estaba yo y mi reflejo.

Apenas eran las 6:30, y tenía que esperar hasta las 9, sin duda iba a ser una mañana larga, me revise en el espejo, y no me gusto mi ropa, no como para mi primer cita con Marco, así que revolví toda mi ropa, me probé una y otra y otra vez casi toda, hasta que elegí un vestido floreado, me puse una chaqueta y unos botines, me mire por última vez en el espejo, y salí disparada a la puerta, mi mama estaba parada ahí

– Buenos días cariño, ¿no vas a desayunar?

– No mama ya es tarde – le di un beso y me apresure a salir lo más rápido que pude

El camino a la escuela se me hizo eterno, a pesar de que no tardamos nada en llegar; estando en clase Erin se la paso emocionada porque, en primera iba a saltarme las clases y en segunda, me las saltaría para irme con mi no oficial novio a pasear, revise el reloj cada cinco minutos hasta que dieron las ocho cuarenta y cinco.

–Erin, puedo encargarte mis cosas, por favor

–Por supuesto nena, diviértete mucho y cuídate – me guiño un ojo, me levante del asiento y fui rumbo a los baños; cuando llegue allí, había otra chica arreglándose en el espejo, así que me metí en un baño a esperar que se fuera, poco después, escuche sus pasos saliendo y me dispuse a salir yo también, cuando me asome por la puerta no había nadie, así que me tranquilice, mire al espejo curiosa, esperando notar cualquier cosa que diera señal de Marco.

El reflejo en el espejo comenzó a ponerse borroso y casi de la nada Marco estaba del otro lado

– Vas a tener que subirte al lavamanos para poder venir – solo veía la mitad de su cuerpo

– De acuerdo, déjame intentar – Coloque mis palmas en el espacio que había entre dos lavamanos y me empuje hacia arriba, subí la rodilla para apoyarme y luego subí la otra, arrodillada en el lavamanos lo miré y me dio risa

–Bien hecho, ahora dame tu mano – con cuidado acerque mi mano al espejo y mis dedos atravesaron para encontrarse con los dedos de Marco, aun arrodillada avance lo suficiente como para sentarme y pasar mis pies al otro lado, luego las manos de Marco jalaron levemente de mis piernas, y ya estaba del otro lado.

Con mi mano entrelazada con la de Marco, examine el lugar, era otro baño, pero no lo conocía, resultaba nuevo para mí – Vamos, tenemos muchas cosas que hacer – su voz se escuchaba llena de entusiasmo, caminamos a la puerta y asomo la cabeza –Libre, podemos salir – al salir del baño, entendí porque la precaución, estábamos en el baño de hombres.

El centro comercial era enorme, jugamos videojuegos, nos probamos ropa en las tiendas, comimos pizza, estaba segura de que jamás me había divertido tanto, cada que teníamos oportunidad uníamos nuestros labios, caminábamos abrazados, nos tomábamos de la mano, todo aquello parecía un sueño, un hermoso sueño color de rosa del que no quería despertarme; ya habíamos recorrido todo el lugar cuando vi una cabina – ¿Para qué es eso? Pregunté – ¡Claro!, no podía faltar la prueba de este día – me dijo mientras me abrazaba por detrás y caminábamos a la cabina. Estando adentro comprendí lo que era, ya lo había visto en otras ocasiones, solo que en ese momento no reconocí lo que era, nos sentamos y en el primer flash, Marco me dio un beso en la mejilla, luego sonreímos con nuestros rostros juntos hacia la cámara, y comenzamos a hacer caras, para nuestra última foto, me tomo por la barbilla y beso mis labios, yo correspondí y alargue el beso lo más que pude, al separarnos tomo mi rostro entre su manos y me dijo – Te amo.




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