Me encontraba entrenando con Nolha, desde hace unos días se dedicaba a enseñarme conjuros y la verdad es que es un muy buen maestro, tiene mucha, pero mucha paciencia; mis logros habían subido de nivel, ahora ya podía hacer destellos sin salir disparada y también podía hacer ráfagas de viento pero eran muy débiles, lo mejor de todo es que podía cambiar mi ropa y eso me tenía bastante orgullosa.
Mi relación con Eliezer no podía estar mejor, no lo había visto desde que fuimos de paseo, de hecho tampoco había visto a mi padre, sabía que seguían probando esa habilidad de ir a cualquier lugar sin necesidad de ningún anxelin porque Eliezer había mandado algunos mensajes escritos, me tenía sorprendida de que escribiera en lenguaje humano para que yo los entendiera.
– ¿Qué sabes de mi papá y Eliezer?
– Creo que regresaran esta misma noche, es una lástima que se van a perder el juego de hoy.
– ¿Cuál juego?
– Hoy vas a mostrarle a todo mundo porque perteneces a nuestro escuadrón
– Ajá – Alargue la palabra – y eso significa…
– Vas a pelear
– ¿qué? – mi pregunta salió con tono obviamente alterado y pude escuchar una risa burlona tras de mí.
– Oh, claro, la humana en nuestro escuadrón no sabe de los juegos, pues es simple, permíteme explicarte, los juegos son batallas para demostrar nuestras habilidades a todos los habitantes, pero las peleas más importantes son las que se llevan a cabo dentro de cada escuadrón, básicamente si yo te reto y resulto ganadora tengo el poder para expulsarte del equipo para siempre. Aquí solo sobrevive el más hábil.
Esto era obviamente una amenaza, estaba tan segura de poder derrotarme que me causó gracia y con una sonrisa en la boca contesté:
– Ya veo, me parece interesante, aunque debo admitir que me causará mucha vergüenza tener que expulsarte.
Se rio a carcajadas – Estoy ansiosa por verlo – con su gran sonrisa en la cara, dio media vuelta y se fue.
Khalan, Nohla y Thena, le dedicaron una mirada de desaprobación.
– Lamento mucho que esto esté pasando, es cierto que existe esa regla, pero nadie la aplica, los juegos son efectivamente una demostración de habilidades pero nadie ha pedido expulsar a ninguno de los contendientes que son derrotados –dijo Khalan en tono apenado
– Trataré de calmarla – Dijo Thena y fue tras ella.
– No quiero ponerme del lado de ninguna, pero por favor, se un poco comprensiva con ella… la está pasando muy mal. La cara de Nohla era de genuina preocupación.
– La está pasando mal porque quiere, fue ella quien se hizo ilusiones vanas – Sentenció Khalan – Lo que le causa tanto enojo es que se jactó con todo el mundo de ser la futura reina y ahora debe de cargar con la vergüenza de sus propias palabras.
– Es claro que ella y yo jamás podremos llevarnos bien pero aunque no lo crean, no disfruto de su ira hacia mí, si yo pudiera… cambiaria muchas cosas – iba a abrir mi bocota y decir que cambiaría mi condición como compañera de Eliezer por su libertad pero no lo creí conveniente, no quería que ninguno de ellos supiera lo que pasaba por mi mente respecto a este planeta y sus absurdas reglas.
El entrenamiento termino temprano y quedamos de vernos en el rathisven, al parecer el evento se llevaría a cabo ahí; más tarde en mi baño de otro mundo mientras recuperaba mis energías desgastadas mi mente volvía a darme dolor de cabeza, en cualquier oportunidad que tenia de estar a solas, los recuerdos de Marco me atacaban sanguinariamente, por eso evitaba regresar temprano a casa, al terminar los entrenamientos venia volando de regreso y volaba muy lejos y muy alto para poder cansarme y solo llegar y dormir tranquilamente, acepto que funciona pero no del todo. Cada día que pasaba varias veces al día pensaba en Marco ¿Dónde estará? ¿Pensara en mí? En cuanto notaba la línea de mis pensamientos los cortaba, pero me costaba mucho poder desviar mi atención a cualquier otra cosa.
Antes de salir de casa me eché un vistazo en el espejo, llevaba el uniforme de mi escuadrón pero había retocado un poco la ropa, ajusté un poco más los pantalones y le di ciertos detalles en el modelo, también recogí mi cabello en una trenza y le di color muy sutil a mis parpados y labios, me sentía lista para patear traseros, específicamente el de Issa.
Llegué volando al rathisven y mi mamá ya me esperaba en la entrada, me dio un fuerte y entusiasta abrazo, tenía días sin verla.
– ¿Cómo estas mamá?
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Editado: 13.04.2020