¡HOLA! Gracias por sus lecturas, y sobre todo gracias por agregar a sus bibliotecas, espero sigan disfrutando de la historia, me encantaria ver que le dieran me gusta o me dejaran sus comentarios, ¡GRACIAS DE NUEVO! Por cierto, viene una parte de la historia que en lo particular me gusta mucho una pareja secundaria por asi decirlo.
El beso duro lo necesario para dejarme sin aliento, cuando nos separamos lo miré a los ojos y después me recargue en su pecho, lo cual hizo que el me abrazara, las sensaciones que esto me provocaba eran mucho más intensas de lo que me esperaba.
Cuando volvimos a casa, estuve aún más nerviosa, no sabía qué hacer y ninguno de los dos había dicho nada, cuando entramos a la habitación lo primero que mis ojos vieron fue mi enorme cama, el cuerpo me empezaba a traicionar, quería estar con él, quería que me besara, que me abrazara, necesitaba tenerlo cerca. Caminé hacia la cama y me senté en ella.
– ¿estas cansada? – él estaba aún cerca de la puerta, estaba dándome espacio, que en mi opinión era mucho.
– No ¿Y tú?
– Tampoco… – Lo veía con ganas de decirme algo así que lo miré – Yo, no sé… ¿crees que… sea posible… que bailes para mí?
Por unos microsegundos, sentí como mi respiración se detuvo y me removí en la cama
– ¿Qué tipo de baile quieres? – Esperaba que me pidiera la danza de invitación, ¡Ay demonios! Tengo que controlarme
– Lo que tú quieras, solo deseo verte bailar… la última vez que lo hiciste quedé… maravillado. – Esto último lo rebusco mucho, creo que no era la palabra que quería utilizar.
Me puse de pie y caminé hacia él – en ese caso, ven, siéntate – estiré mi mano y él la tomó, lo guie a la orilla de la cama en donde comenzó a quitarse la capa, la manera en la que me miraba mientras se acomodaba, me hizo hervir la sangre, no sé, tal vez lo esté interpretando mal, pero veo en su mirada deseo y eso me emociona.
– ¿Cómo podríamos hacer para tener música? –Mi pregunta parecía ser algo que esperaba y me señaló hacia el baño
– La última vez que estuve en la tierra, te traje algunas cosas que dejaste en tu casa, creo que he visto que con algunos de los aparatos que traje ponen música.
Fui hacia allá, en una caja en el suelo, que por cierto ya había visto pero por alguna razón nunca la abrí, estaban cosas como zapatos, pulseras, pero lo que ocupaba era mi teléfono celular, aunque no sé si vaya a funcionar aquí. Afortunadamente encendió y si tenía música en él, solía guardar las canciones que mi madre usaba para dar clases, mirando en las listas de reproducción me topé con la que creí adecuada, era de belly dance, si… yo iba a bailar eso para él, si quería estar con él, no había nada mejor que un baile de esos, eran provocativos y me gustaba la ropa que se usaba. Me puse de pie decidida, recordé un traje de una competencia de belly dance que había visto, era la falda típica con vuelo y una abertura pronunciada de lado, en la parte de la cadera una pretina gruesa con pedrería y la zona del abdomen se supone va descubierta, pero no me atrevo a tanto, usé una tela delgada que dejaba ver un poco, y en la parte del sujetador la adorne también con pedrería, elegí el color verde, ya que ese color para mí era especial, lo asociaba con él.
Respiré profundo antes de salir, camine con la cabeza viendo mis pies, pero sentía su mirada, afortunadamente para mí, estaba atardeciendo y no había mucha luz, era escasa, solo estaba la luz que entraba por las ventanas, lo miré y ahí estaban sus ojos resplandecientes.
– Necesito la música más alta, ¿Cómo podría…? Le hice señas de mi celular
– Yo puedo hacer eso – estiró su mano y puse la canción.
Poco a poco la música subió de volumen y comencé a moverme, era relativamente fácil hacer este baile, básicamente vueltas y movimientos de todas las partes del cuerpo pero más de la pelvis, me dejé llevar por la música y es que cuando bailaba me transportaba a otra dimensión, era como si mi cuerpo se moviera solo, pero en esta ocasión trate de hacer los movimientos más provocativos que conocía, mientras bailaba, lo vi y no pude evitar sonreír al verlo tan atento hacia mí, me acerqué a él cuando movía mis pechos, en clara insinuación y cada vez lo veía más deseoso.
Para terminar, le di la espalda y me apoye sobre una rodilla mientras me inclinaba hacia atrás, calcule la distancia para estar lo más cerca que podía, vi su rostro sobre el mío y esta vez fui yo quien tomó su hermoso rostro y lo acerqué para besarlo, esto era tan malditamente caliente, que sentía todo mi cuerpo con alta temperatura. Lo solté y gire mi cuerpo para estar de frente, el seguía sentado en la orilla de la cama y yo de rodillas ante él.
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Editado: 13.04.2020