¡Hola! he vuelto, andaba disfrutando de unas pequeñas vacaciones, espero les guste este capitulo, no olviden agregar a sus bibliotecas y darle click a la estrellita si lo desean :p
Mis parpados estaban pesados y mis movimientos se sentían torpes, estaba acostada sobre algo, no sabría decir que, porque no veía nada, lo que fuera, era invisible a mis ojos, me senté tratando de orientarme y poco a poco respirando hondo y con los ojos cerrados la sensación empezó a desaparecer.
Al levantar la mirada vi a Erin, estaba acostada en el aire frente a mí, me levanté de inmediato y choque contra una pared invisible, me sobé la nariz, creo que incluso vi luces del golpe que me di, cerqué el lugar con las manos pero era imposible acercarme a ella, al parecer estábamos en la misma habitación pero separadas, comencé a gritarle pero ella no se movía ¿y si estaba muerta? Oh no, no, no, no, no puede ser, ella no puede…
– Alanis…
– Erin, Erin, ¿me escuchas?
–No me siento bien – apenas podía escucharla, hablaba casi susurrando
– Tranquila, tal vez sea temporal, yo también me sentía mal
– Me siento peor que si hubiera bebido vodka, tequila y whisky juntos.
Caí arrodillada y solté un suspiro aliviada, si estaba bromeando tal vez no era tan malo, comencé a escuchar ruido como una fuerte corriente de aire, era un zumbido, al girar hacia arriba noté que nos estábamos moviendo, las paredes alcanzaron otra habitación donde nosotras estábamos al centro, alrededor había un puñado de achts, y hablaban entre ellos pero no los entendía.
– ¿Cuál es tu nombre? – seguí la voz hacia uno de ellos, este tenía apariencia más humana pero aun así, su piel negra, ojos naranja y amarillo hacían que me causaran cierto temor.
Lo miré y me acerque atreves de mi celda con una mano por delante, hasta que toque la pared invisible que nos separaba– ¿Por qué habría de decírtelo?
– Para el registro
No contesté, me aleje de él un poco y comencé a mirar el lugar, camine todo alrededor apoyando mi mano para no volver a golpearme la cara, ellos parecían estar metidos en algo, uno que otro solo miraba.
– ¿Por qué nos trajeron aquí?
– Queremos tu habilidad, resulta que ninguno de nosotros puede volar, a pesar de que la vida de muchos anxelin fueron absorbidas por nosotros, ninguno pudo obtener sus alas y no habíamos tenido la oportunidad de ver a ninguno desde la guerra, su raza no es guerrera así que no venían a la tierra y los que están mezclados y son guerreros, ninguno tenía alas, excepto tú.
Comencé a sentirme con un nudo en el estómago, una sensación que no había sentido antes, no en este grado, miedo. Estaba en su territorio, en una jaula invisible, con mi mejor amiga casi desmayada ¿Cómo demonios iba a salir de aquí?
– Y entonces… ¿Qué sigue? – pregunte dándome una falsa sensación de seguridad, no iba a mostrar mi absoluto temor de lo que me quisieran hacer.
– Hay dos maneras, la fácil y la difícil. En la fácil nos muestras tus alas por voluntad y te hacemos algunas pruebas tratando de no lastimarte mucho, te aseguro que seremos cuidadosos, en la forma difícil, te rehúsas a mostrarnos tus alas y buscaremos la manera de hacer que las uses para poder estudiarlas y… sin duda te va a doler, mucho.
Hizo una pausa y no me quitaba sus ojos de encima, esperando ver si lograba intimidarme – ¿de qué manera prefieres ayudarnos?
Puse mi cara de altanería, pensándolo bien, las posibilidades de elegir la manera fácil estaban en 0%, no iba a facilitarles las cosas para que se hicieran más fuertes, así que solo quedaba la manera difícil, y trataría de resistir hasta encontrar una forma de salir de aquí junto con Erin.
– ¿En serio necesito contestar? – levanté una ceja
– Supongo que no
Las paredes subieron de nuevo y solo estuvimos Erin y yo nuevamente.
Después de un rato Erin se despertó por completo, parecía que se sentía con resaca pero fuera de eso decía sentirse normal.
– ¿Cómo saldremos de aquí? – Me preguntó mientras hacia el mismo recorrido que yo había hecho antes con las manos al frente.
– No tengo idea, pero tranquila, algo se me ocurrirá – Estuvimos frente a frente, era como si no hubiera nada entre nosotros, nuestras manos no se tocaban pero estaban una frente a la otra.
– Temo por ti
– Tranquila, ya verás que saldremos bien de esta
No sé cuánto tiempo había pasado pero nos habíamos quedado dormidas, estaríamos cabeza con cabeza si no existiera esa barrera, desperté porque escuchaba conversaciones en otro idioma busqué con la mirada de donde provenían pero no logré ver nada, estuve de pie dando vueltas tratando de ubicar de donde provenían y de pronto estaban frente a mí, eran tres y se mantenían hablando entre ellos, uno de ellos tocó con la palma de su mano una especie de cerradura y sentí el cambio de temperatura, habían abierto la puerta, retrocedí y busqué con la mirada a Erin, ella estaba de pie tras de mí viendo asustada todo.
– Pon las manos al frente – me ordenó uno
– ¿para qué?
– Obedece
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Editado: 13.04.2020