Nitla: Alanis

CONEXIÓN MÁXIMA

HOLA! una disculpa por el retraso, pero tuve una cirugia y estoy recuperandome, toda va bien afortunadamente pero aun no me siento muy bien. Trataré de ponerme al dia con los capitulos pero no creo que sea este fin de semana, posiblemente sea hasta dentro de 15 dias que todo vuelva a la normalidad con las publicaciones.

 

No sabría describir todas las sensaciones que se acumularon en mí, ni siquiera podría nombrarlas, no es algo en lo que estés pensando mientras estas dejándote llevar por el deseo, pero sí puedo decir que no quería parar. El sexo parecía no ser diferente entre nosotros y los humanos, los movimientos y esa sensación fría y caliente de la que hablaba Erín mientras me contaba su experiencia estaban presentes, las respiraciones aceleradas por el esfuerzo físico, las ansias por besar cada parte de su cuerpo, todo eso estaba sintiendo.

Sentí la repentina necesidad de levantarme, mis alas estaban inquietas, al grado de que no pude controlarlas y se extendieron debajo de mí, enredé mis piernas alrededor de su cadera y me impulse para levantarme y quedar sentada sobre él, él mantuvo su espalda erguida pero reclinó su espalda mientras con una mano  se sostenía sobre la cama y con la otra me sujeta por la cintura, yo me sostenía de su cuello mientras comenzaba a moverme, esto de verdad era puro instinto, siempre me pregunté cómo sabría qué hacer y resulta que tu cuerpo lo sabe.

En algún punto de todo ese cumulo de energía mis alas se cerraron a nuestro alrededor, comenzaba a sentir mi cuerpo ponerse rígido y los ojos de Eliezer estaban más brillantes que cualquier estrella que haya visto, mi boca comenzaba a querer expresarse y casi emitía un grito cuando un flujo de energía recorrió todo mi cuerpo, mientras Eliezer parecía estar pasando por lo mismo, cuando abrí los ojos me encontré con los suyos que me miraban extraño, parecía confundido.

– ¿Qué?

– Tus ojos… tienen el color de los míos. – Se enderezó aun conmigo encima y tocó mi rostro, sin soltarse de mi cintura.

– ¿Es normal?

– No lo sé – sonrió un poco, me pareció vergüenza

No había notado que alrededor de nuestras manos estaba presente el lazo, me solté de su cuello para verme ambas manos – ¿Y esto?

– Esto si es normal, nuestro lazo se ha hecho uno – giró mi muñeca donde estaba la marca que ambos teníamos, ahora estaba completa, me mostro la suya y también había cambiado, me parecía tan extraño.

– Así que ahora todos sabrán que tú y yo… – No fui capaz de terminar la frase, ¡qué vergüenza!

– Que tú y yo somos una misma esencia

Me atrajo hacia sus labios y mis manos volvieron a envolverse en su cuello para seguir confirmando que éramos una misma esencia.

 

Cuando por fin pudimos estar tranquilos, después de habernos saciado hasta el cansancio, caí profundamente dormida entre sus brazos.

Tuve varios sueños extraños, en uno, la escena comenzaba con un pequeño niño jugando en una gran habitación, Enzo entro, lo tomó de la mano y salieron, parecía que lo estaba presentando a una gran multitud de gente, la siguiente escena se materializo a mi alrededor, el mismo pequeño caminaba en un lugar que reconocía, era la cueva a la que Eliezer me había llevado en una ocasión, vi varias escenas similares de él jugando en múltiples y hermosos lugares, después estaba Enzo nuevamente, le enseñaba movimientos de combate, todo este tiempo solo veía de espalda al pequeño, hasta que logre mirarle la cara, era Eliezer, quien ahora se veía un poco mayor, seguía entrenando con Enzo pero en esta ocasión invocó su espada y sentí tanta emoción como si fuera yo misma quien hubiera realizado esa hazaña, sentí su alegría al ser abrazado por Enzo quien parecía orgulloso de él, el tiempo paso en medio de solo entrenar, y el  pequeño creció hasta estar más o menos de mi altura, parecía adolescente. Reconocí el sitio perfectamente, era ese lugar donde mis padres me llevaban a las ceremonias de convivencia entre aliados, lo vi llegar y ser presentado como el futuro rey de los zomax, después de que todos ahí lo llenaron de halagos, se retiró un poco, parecía fastidiado y comencé a escuchar que alguien tarareaba una canción, era la voz de una niña, el comenzó a seguirla y ahí estaba ella, por sus alas sabía que era Anxelin, estaba sentada en la orilla de un rio mirando a las lunas que había en el cielo, algo rodeaba a la pequeña, tenía un aura de múltiples colores rodeándola y podía sentir algo en mi corazón, estaba acelerado, quería abrazar a la pequeña, admirarla, era tan bonita.




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