Nitla: Alanis

EL MEJOR

Estoy segura de que últimamente mis emociones son extremas, y todo gracias a las tonterías que he hecho, para mí, Marco era alguien importante, en el aspecto de que crecí con él, me enseño muchas cosas sobre los anxelin y trató arduamente de enseñarme conjuros, nunca olvidaría eso. Y aunque parezca extraño ya casi no recuerdo nuestros encuentros, todos ellos han sido reemplazados por algo mucho más fuerte, algo que me tarde en notar pero que enseguida reconocí como amor.

Eliezer no solo era guapo, era amable, gentil, dedicado y la lista continuaría infinitamente con todas sus cualidades; en este momento al verlo ahí, apunto de librar una pelea, me ponía nerviosa, no porque pensará que fuera débil, si no por el hecho de que esta enemistad había surgido por mi causa, si no me hubiera dejado llevar por mi estupidez, esto no estaría pasando.

El combate dio inicio cuando Marco lanzó un conjuro y un centenar de lo que parecían llamas fueron arrojadas a Eliezer, él no se movió, su cuerpo expulsó una llamarada azul y las pequeñas flamas desaparecieron.

– No puedes ganarme con fuego – espetó sin tacto alguno.

– Ya veremos

Marco volvió a hacer el mismo conjuro pero esta vez no eran llamas, eran enormes piedras en color amarillo, los brazos de Eliezer se rodearon de llamas y corrió en medio de todo el ataque, cuando estuvo cerca de Marco, saltó y desde el aire golpeó con el puño una piedra hacia él, Marco reaccionó y lo esquivo sin problema, pero se descuidó y perdió de vista a Eliezer, quien estaba moviendo sus manos en movimientos circulares para luego dirigir las palmas de sus manos hacia él, las llamas llenaron toda la arena mientras caminaba lento hacia Marco y concentraba todo su poder en él, Marco estaba resistiendo con un escudo a su alrededor pero se notaba que le estaba costando mucho mantenerse, no sé qué hizo pero de pronto se escuchó su grito y su escudo explotó.

Me perdí unos segundos mientras trataba de enfocar mi vista ya que eso último había desprendido mucha luz, escuchaba estruendos pero no lograba ubicar de donde provenían, al enfocar la mirada, estaban ellos dos peleando con sus puños, ahora libraban una batalla cuerpo a cuerpo. Yo no sabía si estaba respirando, estaba pasmada viéndolos pelear de esa manera, pero los demás estaban tan emocionados, me parecía ridículo que esto les gustara.

Salté un poco por el impacto que escuché, Marco estaba en el suelo y Eliezer lo golpeaba sin parar en el estómago, en un momento en que Eliezer levantó su brazo para volver a golpearlo, Marco le lanzo un conjuro y atrapó su mano en el aire con un lazo que se enrolló  en su muñeca, Eliezer lo desapareció sin mayor problema al usar sus llamas, pero nuevamente Marco le lanzaba el mismo conjuro, esta vez Eliezer estaba totalmente cubierto por aquellos lazos y Marco sin dudarlo se lanzó sobre él, estaba golpeando su cara a puño limpio, sentí mis manos temblar, sin notarlo comencé a dar pasos hacia el frente y Nohla me detuvo.

– No sé qué está pasando, pero esto no está bien… – Volteó a verlos – Jamás los había visto así.

Otra explosión, Marco y Eliezer ahora estaban de frente, cada uno con el rostro cada vez más ensombrecido, Eliezer se abalanzo nuevamente sobre Marco, aquello parecía no acabar, no sé cuánto tiempo ha pasado pero sus ataques empeoraban.

– Nohla hay que detener esto.

– Solo los reyes pueden terminar un combate

– Loxhe, búscalo – Erin se veía también preocupada – Él puede acabar  con esto.

Como si fuera una orden, Nohla salió en su búsqueda, Erin me tomó del brazo y observamos preocupadas aquel tormentoso espectáculo. Ahora ambos estaban con sus espadas, sé muy bien que esa no es una habilidad en Marco, estaba en desventaja, o al menos eso creía, pero estaba respondiendo cada ataque de Eliezer, en uno de esos choques, Marco guardo su espada repentinamente y tomó con sus dos manos el filo de la espada de Eliezer, algo estaba diciendo y luego de sus manos ensangrentadas salió un brillo verdoso y la espada de Eliezer desapareció, Marcó aprovechó y lo tomó por la muñeca, una descarga salió de sus manos y apareció un hilo que iba desde la mano de Eliezer hasta la mía, miré el hilo confundida, este salía del anillo que Eliezer me había dado la noche de nuestra unión.

– ¡Lo sabía! ¡Si la tienes hechizada! – El grito de Marco se escuchó y la multitud comenzó a murmurar.

– Estupenda demostración de poder –Loxhe había llegado en el momento oportuno – Sin lugar a dudas, Nitla tiene guerreros formidables al frente de sus tropas, siéntanse seguros en la  batalla que se avecina.

La multitud estalló en gritos ante sus palabras, todos estaban eufóricos por lo que habían presenciado, Loxhe les indicó con los brazos que salieran y ninguno se atrevió a desobedecer. Yo salí de ahí con Erin aun colgada de mi brazo, caminé hacia donde ellos se dirigían, alcancé a ver como los tres se metían en una habitación, y me dirigí hacia ella.

Al abrir la puerta el escenario era peor, ellos estaban empujándose.

– ¡Quita ese hechizo! ¡Dijiste que no la tenías hechizada!

– ¡Y no la tengo bajo ninguno!

– ¡Mientes!

– ¡Basta! – Intenté meterme en medio de ambos – ¡Ya basta! ¡Sepárense! – Trate de separarlos pero no funcionaba, estaban sujetándose con bastante fuerza.




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