Nitla: Alanis

INVASIÓN

Espero que estén bien y en su casita, por desgracia para mí, la cuarentena me trajo un montón de trabajo, esto del homeoffice no es lo que yo esperaba. Les cuento que ya estamos por finalizar esta primera parte y si pudieran recomendar mi historia a alguien más les estaré eternamente agradecida, me emociona ver sus lecturas.

Cuidense mucho.

 

Antes creía que el sexo era algo extraño, no entendía porque todo el mundo parecía dominado por ese tema pero ahora lo estaba comprendiendo, me sentía lujuriosa, cada parte de mi cuerpo se sentía alterada, quería todo de él, su movimiento estaba haciendo que mi cuerpo vibrara de placer mientras yo trataba de controlar los gritos que amenazaban con salir.

¿Cómo sé que estoy lujuriosa? Fácil, en un  momento en el que él se acercó a besarme, aproveche que pego su pecho al mío para girar hasta colocarme encima de él, no tenía idea de que hacer, mi cuerpo lo hizo por si solo ¡lo juro!, sus manos fueron hacia mis pechos y sentí algo de vergüenza por la situación pero su mirada encendida en azul me estaba diciendo que lo que veía, lo disfrutaba, eso me bastó para llevar mis manos a su pecho para tener soporte y comenzar a moverme encima de él, me sentía torpe, no sabía si lo estaba haciendo bien hasta que lo vi cerrar los ojos y emitir un quejido, solo haberlo escuchado fue suficiente para que mi cuerpo se moviera más rápido, pronto comencé a sentir un calor intenso en todo mi cuerpo hasta que sentí que no podía más, grité y pude escucharlo también.

Sentí que la fuerzas me abandonaron momentáneamente y caí sobre su pecho, estaba agitada pero mi cuerpo aún estaba encendido, mis alas habían hecho acto de presencia desde el comienzo y fueron las que me ayudaron a moverme mientras yo estaba encima, Eliezer se movió y quedé debajo suyo, me miro y después me beso, continuo besándome mientras salía de mí y me colocó de costado mientras él se ponía detrás, mis alas estorbaban así que me concentré para mantenerlas quietas, subió mi pierna sobre las suyas y lo sentí entrar nuevamente, otro quejido salió de mi garganta, era tan placentero sentirlo que no podía evitarlo, uno de sus brazos pasaba por debajo de mi cuello y con su mano sostenía mi seno mientras besaba lentamente mi cuello, su otra mano sostenía mi cadera y cuando comenzó a moverse mi espalda se arqueó; nuevamente estaba sintiendo el fuego recorrerme, esta vez no pude controlarme y estaba gritando, y aunque lo hacía despacio me daba un poco de vergüenza. Cuando Eliezer llegó al punto máximo lo escuché en mi oído y eso provoco que por diferencia de segundos yo también llegara al límite.

No dijimos nada, nos quedamos en silencio al terminar, bajé mi pierna y traté de voltearme pero no me dejó, su mano abandonó mi cadera y se posicionó en el pecho que estaba libre mientras la otra continúo en el mismo lugar, me sentí tan bien con su extraño abrazo que suspire y llevé una de mis manos hasta colocarla encima de las suyas, me soltó y su mano se entrelazó con la mía y en esa posición estuvimos hasta que me quedé dormida.

Nuevamente en encontraba viendo sus recuerdos, me alegraba ver que la mayoría eran míos, mi sonrisa se borró cuando llegamos a ese día. Despertó mientras yo estaba dormida, sentí la rabia que lo consumía en ese momento, se levantó apretando sus puños mientras caminaba frente a la cama en la que yo dormía, se debatía entre despertarme o no, pero terminó saliendo de la habitación.

La siguiente escena era él destruyendo todo lo que se le cruzaba en un mundo que no había visto antes, parecía árido pero tenía enormes rocas, algunas montañas, el panorama cambió drásticamente después de que Eliezer expulsara toda su furia, jamás imagine que él albergara tanto poder. Me sentía tan culpable de verlo así y afortunada porque no me despertó, no quiero ni imaginar que pudo haber sucedido, confiaba en él pero verlo así me hacía dudar de su autocontrol.

La siguiente escena era de él llegando a la casa de Loxhe.

– Loxhe, ¿podemos hablar?

– Claro, tu energía está dispersa ¿Qué sucede?

– No sé ni por dónde empezar, es algo privado pero… no se a quien más recurrir, Enzo no está así que la otra persona en quien confío eres tú. Es sobre Alanis.

– ¿Qué sobre ella?

– ¿Tú notaste algo extraño entre ella y Marco?

– ¿Extraño dices? No, la verdad es que no, aunque la gente rumoraba que pasaban mucho tiempo juntos, de hecho antes de tu unión con ella, el círculo de gente cercano a ellos estaban convencidos de que el árbol los uniría, más allá de eso, nada.

– ¿Crees que el árbol se equivoque?

– ¡Jamás! – Loxhe parecía enojado – ¿Cómo te atreves a pensar eso?

– Estuve con Alanis, tuvimos la máxima conexión y… vi todo, ellos tenían algo en la tierra, me refiero a una relación más cerca que una amistad, mucho más cercana – hizo énfasis en sus últimas palabras y el enojo lo hizo golpear con el puño el tronco de un árbol cercano.

– Ya veo, y ahora comprendo tu enojo ¿ya hablaste con ella?

–No, me desperté antes y salí de ahí, en mi estado no podría hablar.

– Fue lo mejor, recuerda que no debes actuar por impulsividad.

– No sé qué hacer… Estoy tan… – guardo sus palabras y trató de tranquilizarse.




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