No Abras Los Ojos

No Abras Los Ojos

"No abras los ojos", me repetía a mi mismo constantemente mientras sentía como esa cosa tocaba mi puerta, intentando engañarme.

La noche anterior fueron gritos en la habitación de mis padres, y la anterior a esa la voz de mi abuela fallecida.

—Riki, ya volví mi vida, por favor mírame—

Me decía el hijo de puta, imitando la voz de mi abuela a la perfección.

La primera vez que paso fue hace casi dos semanas, mientras dormía, empecé a escuchar unos ruidos bajo mi cama, eran como unos susurros imposibles de entender. Salí adormecido de mi cama, y me agaché pensando que había dejado mi antigua radio encendida bajo mi cama.

En el momento que mire debajo... vi una figura, algo deforme, algo que soy incapaz de describir. Sin siquiera poder gritar, mis ojos se pusieron borros y un chillido muy agudo empezó a taladrar mis oídos.

Lo siguiente que recuerdo es despertarme en el suelo de mi habitación, con mi despertador sonando de en mi mesita de luz. Ese día me sentí raro, me sentía más débil de lo normal, apenas pude prestar atención en clases y tengo recuerdos borrosos de la mayor parte del día.

La siguiente noche, sentía la respiración de alguien al lado de mi cama, estuve a punto de abrir mis ojos, hasta que lo escuché.

—Riki, te dormiste muy rápido anoche, ¿qué pasa? Solo quiero que me veas—

Empecé a llorar del miedo, me obligue a mi mismo a mantener los ojos cerrados. Durante el resto de la noche sentí su respiración a mi lado. Ignore mi alarma esa mañana, me negaba a siquiera moverme, no fue hasta que mi padre entró a mi habitación a despertarme y apagar mi alarma, y a partir de ahí, empezó mi infierno.

"No abras los ojos", me repetía a mi mismo mientras escuchaba como esa cosa dejaba de golpear mi puerta y enteaba a mi habitación. Mi corazón empezó a latir más lento, dejé de poder mover mi cuerpo y empecé a respirar con dificultad.

—Mírame Mírame Mírame Mírame Mírame...—

Empezó a repetir sin parar sin imitar ninguna voz, era como si estuviera desesperado, como si estuviera tan cansado como yo de repetir esto todas las noches. Pensé en resistirme, pero esta noche era diferente, sabía que el resistirme únicamente me llevaría a repetir esta rutina noche tras noche. Quería terminar con ésto, así que simplemente abrí mis ojos.

Otra vez volví a tener la visión borrosa y el horrible chillido taladrando mis tímpanos. Esta vez se sumo un dolor insoportable, como si mis órganos empezarán a quemarse por dentro, sentía como esa cosa hacía ruidos desesperados, era como un perro deborando un pedazo de carne luego de semanas sin comer.

El dolor se volvió insoportable, el sonido de algo deborandome, desgarrando mi carne con desesperación se volvía cada vez más intens. Los quejidos ahogados salía de mi garganta, mezclados con gritos que no podía emitir.

De un momento al otro, dejé de sentir dolor. Todo se había quedado en silencio. La presión en mi pecho desapareció, y el ruido, el sonido desgarrador, se desvaneció. Estaba... quieto. ¿Cómo? Me di cuenta de que había vuelto a tener los ojos cerrados.

Volví a abrir con miedo mis ojos, y en lugar de ver a esa cosa, simplemente pude ver mi habitación. Todo era... normal, la luz de la luna entraba por la ventana, miré mi despertador, marcaba las 4:27 am.

Desconcertado, me acerqué con cuidado a la puerta de mi habitación para ir con mis padres, pero esta no abría. Empecé a forcejear, pero no lograba abrirla.

Me acerqué a mi ventana, pero únicamente logré ver la luna, y dónde se suponía que debería estar mi patio, había un vacío oscuro. Empecé a desesperarme, y volví temblando a sentarme a la orilla de mi cama. Hasta que lo escuché, en la esquina de mi habitación.

—Mírame...—



#460 en Terror
#484 en Paranormal

En el texto hay: horror, paranormal, terror

Editado: 01.04.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.